Seis años después de la ejecución de la periodista Miroslava Breach cuando esperaba, a bordo de su camioneta, a su hijo para llevarlo a la escuela, el caso reúne un total de 2 sentencias condenatorias en contra de un autor material y un auxiliador del crimen así como la identificación del responsable criminal.
Sin embargo, pese a los avances significativos, aún existen dos órdenes de aprehensión por ejecutar a cargo de la Fiscalía General de la República (FGR).
La ejecución de la comunicadora “marcó la historia del gremio periodístico mexicano por todas las circunstancias que permearon alrededor de su crimen, involucramiento de funcionarios públicos y actores del crimen organizado en la orden y ejecución de trabas institucionales, así como amenazas a los familiares”, explicó la organización civil Propuesta Cívica.
La ONG detalló que desde el inició el caso de Miroslava supuso un reto no solo por el contexto del crimen, sino por los retos a nivel de procuración de justicia. “Los nudos de impunidad son más tensos en las fiscalías del país, las fiscalías son grandes responsables en la captura de la justicia para las víctimas”.
Propuesta Cívica detalló que no solo buscaban el esclarecimiento de los hechos y sentencias condenatorias para todos los responsables, sino también comprobar jurídicamente que Miroslava había sido asesinada por motivos relacionados con su actividad periodística.
Sin embargo, de acuerdo con el comunicado publicado en su página web, “nos dimos cuenta de que fuimos demasiado ambiciosos, más allá de sentencias condenatorias, se requieren diversos cambios en las estructuras del sistema de justicia penal mexicano, en el diseño del modelo de política criminal integral para prevenir y atender los delitos contra periodistas, que integre los diversos factores que permiten la alta comisión de delitos y que a la par involucre otras áreas de la política pública”.
El caso de Miroslava
Especializada en la información política y de seguridad, Breach fue corresponsal del diario nacional La Jornada durante más de 15 años y editora de El Norte de Juárez, en la frontera con Estados Unidos.
Breach Velducea fue abatida al salir de su casa en la ciudad de Chihuahua. La periodista de 54 años se encontraba en su auto preparándose para llevar a uno de sus hijos a la escuela cuando le dispararon 8 veces. Su hijo, que estaba en el vehículo, resultó ileso.
Hasta el momento no se conocen los motivos detrás del homicidio, aunque el ex gobernador Javier Corral llegó a decir que la principal línea de investigación era su trabajo periodístico “de ahora y de antes”.
Tampoco descartó que pudiera existir la participación de personajes políticos o grupos de delincuencia organizada.
Y es que muchas de sus publicaciones se referían a casos de corrupción política, abusos de derechos humanos, agresiones a comunidades indígenas y violencia de carteles de narcotráfico.
En el lugar del crimen, los presuntos agresores dejaron un cartel con amenazas. El gobernador no informó el contenido del mensaje para no afectar la investigación, aunque en algunos medios –incluso La Jornada- se publicó que contenía una advertencia contra Corral.
Su caso es emblemático de la situación que afronta la prensa en México, uno de los países del mundo más violento para el gremio periodístico, donde cada año se registran numerosos asesinatos, agresiones e intimidaciones contra la prensa por parte del crimen organizado y de autoridades.