La muerte de Norma Lizbeth Ramos, estudiante de tercer año de secundaria, tras una pelea con una compañera que le hacía bullying desató la indignación en todo el país y reflejó que el acoso escolar no ha podido ser erradicado.
En este sentido, algunos especialistas en la materia han externado su preocupación respecto a las consecuencias que estos actos de violencia pueden tener. Entre las opiniones al respecto estuvo la de Tania Ramírez, directora ejecutiva de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM).
Durante una entrevista con Azucena Uresti para Radio Fórmula, mencionó que el lamentable fallecimiento de la joven de 14 años “debería ser de los [hechos] que nos obliguen a realizar luto nacional”.
Aunado a ello, explicó que hubo múltiples fallos en el caso tanto por parte de las autoridades escolares como por el personal médico.
Testimonios de la familia de Norma Lizbeth, incluidos los de su hermana Alma Delia, revelaron que la directora de la Escuela Secundaria No. 518 Anexa a la Normal de Teotihuacán sabía no sólo de la pelea, sino de las constantes agresiones de las que era víctima la estudiante. “Había varios indicios de que Norma Lizbeth realizó denuncias sobre el abuso que sufría”, indicó Tania Ramírez.
En cuanto a los servicios de salud, la directora de la REDIM mencionó que el personal de emergencias no actuó debidamente, pues luego de la pelea, durante la que Norma Lizbeth recibió múltiples impactos, “la mandaron a su casa con pastillas para el dolor”.
Cabe recordar que el enfrentamiento entre Norma y su compañera —hoy detenida— ocurrió el 21 de febrero de 2023. Debido a que ambas fueron suspendidas por la escuela, la adolescente estuvo en casa durante su recuperación.
Y aunque en un inicio parecía que el mayor daño había sido una fractura en su nariz, con el paso de las semanas su estado de salud decayó. Comenzó a sentir náuseas y perdió la conciencia en varias ocasiones. Las secuelas se volvieron fatales el 13 de marzo, cuando Norma se desmayó y no volvió a despertar.
En otro diálogo, pero con Liliana Sosa para Milenio, la directora de la REDIM agregó a las reflexiones sobre este asunto que las acciones para erradicar el bullying en las escuelas implican “una responsabilidad compartida” que debe ser asumida, en un primer momento, por los espacios educativos.
Consideró, en este sentido, que en el caso de Norma Lizbeth hubo omisiones por todo el personal responsable del estudiantado en el plantel, desde la directora hasta las y los profesores.
Además de que la institución educativa “no hizo lo suficiente” pese a las múltiples alertas y acusaciones de la violencia que sufría la menor, Ramírez expuso que, probablemente, la familia no tenía las herramientas necesarias para abordar la situación y actuar.
Ante esto, defendió que al hablar de bullying o acoso escolar se debería encaminar la discusión hacia las violencias que las y los niños aprenden desde sus entornos comunitarios e incluso en sus propias familias.
Bajo esta misma narrativa, reconoció que quienes perpetran tales actos de violencia en contra de otros estudiantes también pudieron haber sido víctimas de otras agresiones. “Tiene que pasar un proceso de análisis para saber cuál es la historia de una niña que golpea hasta la muerte a una compañera”, manifestó respecto al caso de Norma Lizbeth y Azahara Aylin “N”, su agresora.
Finalmente, hizo un llamado a la comunidad educativa del plantel donde estudiaba la joven para que, en aras de honrar su memoria y prevenir cualquier posible caso de abuso y acoso, realizaran una reconstrucción de la historia de vida de Norma Lizbeth, pues estimó que sería preferible conocer detalles de su vida más allá de la situación que derivó en su muerte.