El pasado 6 de marzo, sicarios del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) atacaron a balazos, y con bombas molotov, el complejo recreativo de La Palapa, en Celaya, Guanajuato.
El grupo armado ejecutó a tres personas e hirió a otras ocho, además de incendiar varias cabañas en el lugar. Habitantes de Celaya reportaron altas columnas de humo y la policía encontró el cuerpo de un hombre calcinado.
De acuerdo con los testigos, los perpetradores del ataque gritaron tras cometer el ataque, reiteradamente, la siguiente frase: “¡Puro cuatro letras!”.
Asimismo, en las afueras del complejo turístico, relacionado con el Cártel de Santa Rosa de Lima (CSRL), fue abandonada una narcomanta en la que le daban un últimatum de 24 horas para irse del estado a un hombre identificado solamente como Castellanos.
Cinco días después, vino la respuesta de Santa Rosa de Lima, pues a la medianoche del sábado siguiente fue atacado el centro nocturno “El Estadio Men´s Club”, ubicado sobre la carretera libre Celaya-Querétaro. El saldo fue de 10 muertos y cinco heridos.
Al día siguiente del ataque en La Palapa se produjo la desaparición de cinco meseras y una mujer que las promovía. Las víctimas, de entre 19 y 48 años de edad, habían sido contratadas para trabajar en una fiesta que iba a celebrarse en el residencial El Álamo Country Club, un fraccionamiento exclusivo con campo de golf de 18 hoyos.
Los familiares de una de ellas declararon que recibieron una llamada y que se escucharon gritos “como si todo se hubiera salido de control”. Los datos telefónicos indicaron que la última señal del celular de una de las jóvenes provino de las inmediaciones de Rincón de Centeno, en el municipio de Juventino Rosas, a unos 12 kilómetros del fraccionamiento.
La hipótesis más fuerte de las autoridades apuntó a que las mujeres fueron acusadas de pasar información. Se sabe que anteriormente ya habían trabajado en otros eventos realizados en la misma zona, que se encuentra bajo el control del Cártel de Santa Rosa de Lima.
Precisamente en el fraccionamiento El Álamo Country Club llegó a habitar la suegra de José Antonio Yépez Ortiz, alias “El Marro”, a la que incluso se le acusó de pagar ahí los sueldos de los halcones.
Diez días más tarde, en la misma zona de donde salió la última señal del celular de una de las víctimas, en el municipio de Rincón del Centeno, los cuerpos de las mujeres fueron hallados completamente calcinados al interior de una fosa clandestina.
Presuntamente la orden fue desaparecer los cuerpos por completo, pues los peritos hallaron miles de pequeños fragmentos óseos.
Un taxista declaró que había bajado a las víctimas en un punto específico y que de ahí se las llevó un supuesto chofer de Uber. Ello abrió el camino para la aprehensión de una célula formada por seis hombres, y más tarde 14 personas, algunas de ellas de origen tamaulipeco, que presuntamente pertenecían al Grupo Escorpión, el brazo armado del Cártel del Golfo que estuvo detrás de secuestro y asesinato de dos ciudadanos estadounidenses.
Entre los detenidos se encuentra el supuesto chofer que se las llevó. Las autoridades sostienen que hay pruebas que confirmaron que uno de los encargados de la desaparición el que las entregó a la célula criminal que acabó con sus vidas.
En Celaya hay más de 100 mujeres desaparecidas o no localizadas, cuyas edades fluctúan entre los 15 y 19 años de edad. Celaya es además la ciudad con el mayor número de mujeres desaparecidas en Guanajuato.