Mientras en Nuevo Laredo, Tamulipas, el control de la economía criminal recae en el Cártel del Noreste, una ramificación de “Los Zetas”, más hacia el este, aproximadamente a 345 kilómetros, también en la frontera con Texas, la ciudad de Matamoros es terreno del Cártel del Golfo.
Aunque recientemente Matamoros estuvo en el ojo del huracán por la muerte de dos estadounidenses, presuntamente a manos del Cártel del Golfo, esta ciudad fronteriza históricamente ha sido un epicentro para el narcotráfico y los conflictos violentos.
La ciudad hace frontera con Brownsville, Texas, por lo que es considerada como uno de los cruces más concurridos para traficar cocaína, metanfetamina, fentanilo y armas.
La hegemonía del Cártel del Golfo en el cruce Matamoros-Brownsville se remonta a la década de los 30 del siglo XX, cuando el clan de Juan Nepomuceno Guerra un contrabandista de whiskey, mantenía el control del contrabando a través del Río Bravo.
La organización que más tarde iba ser conocida como Cártel del Golfo se estableció en los años ochenta. Sin embargo, desde hace tiempo dejó ser una organización criminal unificada, pues derivado de las capturas y abatimientos de sus líderes, así como sus disputas con Los Zetas y el Cártel del Noreste, el grupo se ha fragmentado en varias células criminales.
De acuerdo con información de la agencia antidrogas estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés), el líder del Cártel del Golfo en Matamoros es identificado como José Alfredo Cárdenas Martínez, alias “El Contador”, arrestado en la Ciudad de México en febrero de 2022.
“El Contador” es sobrino de Osiel Cárdenas Guillén, el otrora líder del Cártel del Golfo arrestado en Matamoros en 2003 y extraditado a los Estados Unidos en 2007. El gobierno estadounidense vincula a “El Contador” con el líderazgo del Cártel del Golfo desde 2015. Sobre él pesa una acusación en el Distrito Sur de Texas por cargos de tráfico de cocaína, heroína y fentanilo.
También ha sido identificado su posible sustituto: José Alberto García Vilano, apodado como “Kena” o “Ciclón 19″, y a quien se le vinculó directamente con el secuestro de cuatro estadounidenses el pasado 3 de marzo.
García Vilano controla el grupo de “Los Escorpiones” y “Los Ciclones” en Matamoros, quienes se hicieron celebres en junio de 2021, cuando se entrenaron a los Metros en Reynosa, presuntamente por el control del puente internacional, ejecutando a 15 civiles inocentes en un solo día.
Al mismo tiempo, las facciones del Cártel del Golfo resisten la irrupción del Cártel del Noreste, que opera de forma más unificada y ostenta el control de Nuevo Laredo.
Mientras que Matamoros se halla bajo la influencia del Cártel del Golfo, que extorsiona y cobra piso a prácticamente todas las actividades productivas. Desde vendedores de flores y de pollos hasta dueños de hoteles, hospitales, bares, restaurantes, agencias aduanales y concesionarias.
De acuerdo con diversos analistas e investigadores, en Tamaulipas hay más de seis grupos criminales disputándose el territorio. Detrás de las disputas se encuentran las rutas del trasiego de drogas, particularmente las sintéticas como el fentanilo y la metanfetamina, pero también los negocios del tráfico de migrantes por la cercanía de la zona con la frontera estadounidense.
Actualmente cuatro células del Cártel del Golfo y dos de Los Zetas mantienen la disputa por 80 mil 249 kilómetros del estado. Del Cártel del Golfo las células son Los Metros, Los Ciclones, Los Rojos y Las Panteras y por parte de Los Zetas, están Los Zetas Vieja Escuela y el Cártel del Noreste.