Con motivo del 200 aniversario del Heroico Colegio Militar, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) decidió incorporar nuevas armas a su arsenal. Una de ellas es la subametralladora SAX-200, la primera fabricada en su totalidad por ingenieros del Ejército Mexicano.
El diseño de esta arma, perteneciente a la familia Xiuhcóatl, fue posible gracias a herramientas digitales como softwares de tercera dimensión, los cuales permiten visualizar en computadora los diferentes grupos y componentes.
Una vez que se tiene el diseño final, el personal procede al ensamble de cada una de sus piezas. La subametralladora automática SAX-200 tiene en total 100 componentes, todos manufacturados en la fábrica de armas del Ejército.
Aunque no se tiene prevista una fecha para que la SAX-200 sea integrada a las operaciones militares, debido a que el prototipo sigue en periodo de pruebas, la Sedena anticipó que será utilizada por militares de alto mando, como generales, jefes y oficiales del Ejército y la Fuerza Aérea.
Con este nuevo modelo se pretende sustituir al H&K MP5, un subfusil de calibre 9 milímetros desarrollado por el fabricante alemán Heckler & Koch y cuya circulación comenzó en la década de 1960.
A diferencia del subfusil alemán, la SAX-200 utilizará cartuchos calibre 5,56 × 45 mm, que es la medida estándar para las Fuerzas Armadas de los Estados miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
La utilización de cartuchos de 5,56 mm. en lugar de balas 9 mm. le permitirá a los agentes militares tener a su disposición una subametralladora con mayor alcance y munición con una velocidad superior.
Los cartuchos 5,56 mm. también son utilizados en armas como el fusil AR-15, un rifle semiautomático ligero pensado para permitir el transporte de una mayor cantidad de munición. Este tipo de fusiles ha sido ampliamente utilizado en México por grupos del crimen organizado.
Según los datos proporcionados por la Sedena en la presentación de esta arma, podrá disparar hasta 800 balas por minuto y, debido a su longitud de 50 centímetros, ofrecerá una gran versatilidad para operaciones anfibias, infiltraciones aéreas e incluso misiones en zonas urbanas.
Conviene resaltar que la subametralladora SAX-200 comparte 68% de componentes con el fusil FX-05 Xiuhcóatl, el rifle de asalto predilecto del Ejército Mexicano, de manufactura 100% nacional y presentado en el Desfile Militar del 16 de septiembre de 2006. Es decir, sólo 32% de las piezas son exclusivas de la SAX-200.
Xiuhcóatl: la razón detrás del nombre de las armas mexicanas
Las armas que “engalanan” el repertorio del Ejército Mexicano son nombradas como parte de la línea Xiuhcóatl. Esta palabra proviene del náhuatl y puede ser traducida como “serpiente de fuego”, “serpiente solar” o “serpiente preciosa”.
De acuerdo con la mitología mexica, Xiuhcóatl no hace referencia a un ser en específico o a una deidad, sino que era la palabra con la que se le llamaba a un arma viviente.
El mito fundamental narra que Xiuhcóatl era el artefacto más poderoso y era empuñada por Huitzilopochtli, dios de la guerra y el Sol. Fue con esta “serpiente de fuego” que, inmediatamente después de nacer, logró derrotar a sus 400 hermanos – Centzon Huitznáhuac, o las constelaciones del sur– y a Coyolxauhqui, su hermana, cuyo cuerpo cayó por las laderas de la montaña Coatépec.
La narración estableció que, durante aquella lucha cósmica, Huitzilopochtli cortó la cabeza de Coyolxauhqui y la arrojó al cielo. Con dicha acción, Coyolxauhqui se convirtió en la diosa de la Luna (o de la vía láctea), mientras que su hermano recién nacido se consolidó como el regidor del Sol.