Bardo, Falsa crónica de unas cuantas verdades, la más reciente película de Alejandro González Iñárritu que fue nominada a Mejor Fotografía en los Premios Oscar 2023, es una cinta que rápidamente pasó a formar parte del imaginario colectivo mexicano.
Y es que, el filme cuenta la historia de Silverio (Giménez Cacho), un periodista mexicano que después de alcanzar una prominente fama debe retornar a su país de origen. Lo cual hace que se enfrente a una fuerte introspección que toca puntos morales, históricos y familiares.
Respecto a esto, César Vigné, quien estuvo a cargo de la recreación de la batalla de 1847 del castillo de Chapultepec, platicó con Infobae México sobre cómo fue trabajar con uno de los directores fílmicos más renombrados de la actualidad.
“La experiencia fue muy interesante, tener la oportunidad de trabajar en una película de época, yo personalmente es algo que disfruto, está padre irte a recrear un poco lo que pasó”, comenzó a decir.
En este sentido, Vigné -quien tiene una amplia trayectoria como stunt (actor de riesgo)- ahondó en los retos que precisó codearse con Iñárritu en lo que fue la representación al conflicto armado donde se hicieron conocidos los Niños Héroes.
“(González Iñárritu) es una persona muy interesante y con una perspectiva de las cosas para el trabajo, para el momento de grabar que siento que tiene muy claro lo que necesita y es muy específico en sus necesidades. Hay directores que están un poco más experimentales y una cosa interesante es que siempre está buscando una mejor manera de enriquecer la toma, del plano, la escena”, mencionó.
El artista que también ha trabajado en grandes producciones como Apocalypto, Resident Evil 3, Museo, Roma o Nuevo Orden apuntó que una de sus mayores gratificaciones al laborar en Bardo residieron en los retos constantes a los que tuvo que enfrentarse.
“De pronto tú buscas esa perfección que te pide en un momento y cuando crees que la estás logrando, te pide otras tres cosas. Le pone otras tres rayitas y no hay un momento en donde diga: ‘Ya está bien, tenemos palomita, vámonos a descansar’, siempre es como estar apretando, engranando, buscar de que forma se puede platicar de una manera más interesante o ser visualmente más efectivo”, externó y agregó:
“Es muy padre trabajar en ese tipo de proyectos, porque el resultado final es poesía y además te hace descubrir que siempre hay la forma de hacer las cosas mejor. Te hace ir un poco más allá de lo que estamos acostumbrados y eso yo lo agradezco porque creces en ese camino y aprendes nuevas cosas de trabajar e implementas nuevos mecanismos que nunca hubieras tomado”.
El stunt apuntó que para concretar esta parte del filme tuvo que estudiar previamente a profundidad tanto otros proyectos que ha realizado Iñárritu a lo largo de los años, así como empaparse de cómo eran dichos enfrentamientos bélicos de la época.
“Fue como estudiar de su trabajo previo, de ver como muchas batallas grandes, analizar. Al ser tomas muy abiertas, algunos planos y paneos, hay muchas cosas pasando en pantalla al mismo tiempo y en este caso en particular, él quería que todas las cosas tuvieran en una lógica y que cada soldado mexicano tendría tener un soldado americano con el que se iba a encontrar y debíamos tener una coreografía para ellos (...) no hay un detalle que pueda quedar suelto en cada uno de los emplazamientos”, puntualizó.
Asimsmo, Vigné remarcó la importancia que los actores de riesgo tienen en la industria cinematográfica y dejó en claro que está dispuesto a ayudar a las nuevas generaciones para que sigan sus sueños.
“Hay un gran camino, para el cine, para las series y para los stunts también. Hay que seguirse formando, hay que buscarle (...) Nosotros hacemos entrenamientos y vamos preparando a los chavos”, concluyó.