Amelié es una de las cintas más reconocidas del cine francés contemporáneo. La historia de la tímida camarera cuya vida gira en torno a mejorar la de los demás, ha sido elogiada desde su estreno en 2001, gracias en gran medida a su apartado visual y la idealización que la cinta hace de la vida parisina.
Jean-Pierre Jeunet, mente maestra detrás de Amelié, ha regresado a en múltiples ocasiones a la silla del director, sin embargo, nunca ha recreado el éxito internacional que tuvo con esta cinta.
Es así que Jean-Pierre ha decidido revisitar esta icónica cinta para darle un giro muy especial: convertir a la simpática Amelié en una espía de la KGB.
En un cortometraje titulado La véritable histoire d’Amélie Poulain”, un court métrage de Jean-Pierre Jeunet (La verdadera historia de Amélie Poulain, un cortometraje de Jean-Pierre Jeunet), el director toma varias escenas de la película y las reordena junto a una narración que guía al espectador a través de la “verdadera historia de Amelié”.
En el cortometraje de alrededor de 6 minutos de duración, las características que hicieron de Amelié un personaje tan icónico del cine se vuelven los argumentos para creer que es una espía. Su amor por fotografiar nubes es sólo una excusa, en realidad se trata de una fotógrafa experta dedicada a capturar documentos secretos. La costumbre de arrancarse la piel de los dedos es una forma de que sus huellas digitales no sean detectadas; cuando se pintaba la cara para entretenerse en casa, realmente se trataba de su entrenamiento de camuflaje.
Jeunet también aprovecha algunas de las contradicciones de su película: ¿Cómo es que una camarera tenía un departamento perfectamente amueblado en Montmartre, uno de los distritos más caros de París? La única respuesta lógica es que Amelié no es lo que parece.
Como espía, Amelié tenía una importante misión: vigilar y eliminar a su vecino Raymond Dufayelowski, quien en la cinta se le conoce como “el hombre de cristal” por la fragilidad de sus huesos y por nunca salir de casa (bastante sospechoso). El cortometraje explica que Raymond es fundador de un movimiento anticomunista, el cual financia falsificando pinturas famosas.
Todo esta reestructuración de la historia de Jeunet tiene un fin: demostrar que el montaje es clave para crear un producto audiovisual. A pesar de que se usan las mismas imágenes de la película, al reordenarse cobran un sentido completamente nuevo para el espectador. De esta forma, al tratarse de producciones creadas por Jean-Pierre Jeunet, se podría considerar que hay un universo donde Amelié es esta chica perturbada por la muerte de su madre y el trato de su padre y otro donde su comportamiento tan especial se debe a su entrenamiento como una espía rusa.
Durante una entrevista celebrada con El País en 2014, el director compartió su opinión de por qué el personaje de Amelié ha trascendido no sólo de su propio catálogo, sino dentro del cine a nivel global.
“Una cosa que llega al alma de todo el mundo es que sea un personaje tan generoso, que realice actos de generosidad sin pedir nada a cambio. Amélie habla de cosas positivas, de pequeños placeres de la vida, como meter la mano en un saco de semillas (...) Es una mezcla de muchas cosas distintas”.
Tras el filme El extraordinario viaje de T.S. Spivet de 2013, el director se tomó casi una década para regresar a la pantalla grande, Jeunet estrenó Bigbug en 2022 directamente en la plataforma de Netflix. La cinta que presenta un futuro distópico donde los robots que complacerían a sus amos humanos se revelan, está muy lejos de la sencilla historia de Amelié, lo que la crítica ha visto con muy malos ojos con reseñas que la consideran entre mediocre y mala.