El director del Instituto Nacional de Antropología e historia (INAH), Diego Prieto Hernández, dio a conocer durante la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) que se apresurarán los trabajos de salvamentos en los dos últimos tramos del Tren Maya para poder liberarlos en abril próximo.
El responsable del INAH reveló que la prospección arqueológica ya concluyó en los más de mil 600 kilómetros lineales que abarcan todo el mega proyecto, por lo que ahora sigue concluir con los trabajos de registro y salvamentos de los vestigios que se encuentran en la zona, los cuales ya se cuentan en miles.
Tan solo en el Tramo 7 del recorrido, el cual va de Bacalar (Quintana Roo) a Escárcega (Campeche), se tiene identificados cerca de 11 mil piezas arqueológicas pertenecientes a los antiguos asentamientos mayas. Por ello, el INAH tiene la encomienda de concluir las labores de salvamento para poder liberar los derechos de vía y que el tren sea concluido e inaugurado en diciembre de 2023.
“Ya hemos recorrido —considerando variantes— más de mil 600 kilómetros lineales de derechos de vía. Esto además de las obras complementarias e inducidas del propio tren que nos hemos permitido identificar elementos que constituyen la base de la más grande investigación arqueológica que se haya desarrollado en el área maya de México y Mesoamérica”, comentó.
De acuerdo con el funcionario, el Tramo 5 (que va de Cancún a Tulum) en Quintana Roo, ya se completó casi el 82% del visto bueno de la obra; el Tramo 6 (Tulum - Bacalar) ya cuenta con poco más del 60 por ciento de aprobación arqueológica, mientras que el Tramo 7 es el que menor avance lleva, con un 57 por ciento.
Según la Secretaría de Cultura, dichas cifran aumentarán considerablemente en las siguientes semanas, bajo la supervisión y con el trabajo de diversos especialistas en la materia.
Y es que, hasta este 13 de marzo, Prieto destacó que en todo el proyecto del Tren Maya ya se logró preservar 46 mil 416 bienes inmuebles (es decir, estructuras y barradas); 832 mil 23 trozos cerámicos encontrados entre el tramo 1 y 5; mil 795 bienes muebles (cerámicas, lítica y figurillas); casi 700 vasijas; 490 osamentas, así como más de mil 200 cuevas y cenotes.
Al momento, en los siete tramos del Tren Maya se encuentran laborando 520 arqueólogos, topógrafos, drones, ambientalistas, geólogos y antropólogos físicos, de acuerdo con la Presidencia de México, mientras que son auxiliados por 500 elementos militares.
Dzibanché-Kinichná, una zona arqueológica desconocida hasta ahora
Por otra parte, gracias al Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza) se han rescatado e intervenido 26 sitios cercanos a la ruta del tren. De entre todos, Diego Prieto destacó la importancia de Dzibanché-Kinichná, el cual se encuentra al sur de Quintana Roo y no había recibido atención, permaneciendo en las sombras por siglos; las razones: su poca población, la dificultad en el territorio y la precariedad económica.
Cabe señalar que dicha zona arqueológica se dio a conocer hace casi un siglo, cuando —durante el sexenio de Lázaro Cárdenas— se llevó a acabo la Expedición Científica Mexicana. Sin embargo, las exploraciones en aquella región no comenzaron hasta la década de 1990, cuando el arqueólogo Enrique Nalda se interesó.
Se trata de los vestigios de una antigua civilización, la cual surgió cerca del siglo III a.C., y cuyo punto máximo de su esplendor ocurrió entre los siglos VI y IX, durante la dinastía Canul.
Está ubicada dentro de una superficie de 60 kilómetros cuadrados y cuenta con cuatro grandes conjuntos arquitectónicos interconectados con caminos. Dentro de sus principales construcciones destacan los templos de los Cautivos, del Búho y el de los Cormoranes, donde fueron encontradas cámaras funerarias de importantes personajes de la cultura.