La mañana del 9 de marzo un hallazgo en las calles de Matamoros, Tamaulipas, sorprendió tanto a los habitantes como a las autoridades del lugar, pues cinco hombres fueron abandonados —maniatados y con vida— junto a una cartulina firmada por el Grupo Escorpión, brazo armado del Cártel del Golfo.
“El Cártel del Golfo Grupo Escorpiones reprueba energéticamente los echos del día viernes 3 de marzo pasado en donde desafortunadamente falleció una persona inocente, madre trabajadora y fueron secuestrados cuatro ciudadanos americanos, de los cuales dos fallecieron y por ello emos decidido entregar a los involucrados, quienes en todo momento actuaron bajo su propia determinación e indiciplina y en contra de las reglas que el CDG a operado siempre (sic.)”, pudo leerse en la primera parte del mensaje.
Posteriormente, los presuntos miembros de la célula armada pidieron perdón a la población, así como a las familias de las víctimas. Concretamente, sus palabras fueron:
“El CDG se disculpa con la sociedad matamorense, los deudos de la señora Arely, las personas y familias americanas afectadas. El CDG le pide a la sociedad que este tranquila porque estamos comprometidos a que esos errores causados por indiciplina no se repita y paguen los responsables, sea quien sea!!! (sic.)”.
Inicialmente, la Fiscalía General de Justicia (FGJ) de Tamaulipas atendió a los sujetos como víctimas del delito debido a las condiciones en que fueron hallados. No obstante, durante las primeras entrevistas relataron su probable participación en la múltiple privación de la libertad.
Por tal motivo, la Fiscalía ejecutó órdenes de aprehensión en contra de los cinco hombres, quienes fueron identificados como Antonio de Jesús “V”, Luis “V”, Ever Noel “H”, Juan Francisco “L” y Gustavo “M”. Fueron capturados por los delitos de secuestro agravado y homicidio simple intencional.
Cabe recordar que, derivado de lo ocurrido el 3 de marzo, falleció Arely Pablo Servando, de 33 años, y fueron secuestrados Shaeed Woodard, Zindell Brown, Latavia McGee y Eric James Williams. Woodard y Brown fueron hallados sin vida, mientras que McGee y Williams regresaron a Estados Unidos.
Esta situación generó fuertes tensiones en la ciudad fronteriza, pues las fuerzas de seguridad de México y Estados Unidos actuaron en distintos operativos conjuntos para ubicar a las víctimas.
Frente a tal escenario, según el periodista Parker Asmann de Insight Crime, la entrega de los presuntos miembros del Cártel del Golfo habría sido una maniobra para “salvarse de lo que más temen: un ataque frontal dirigido por el gobierno estadounidense y la policía y el Ejército Mexicano”.
“A fin de cuentas, más que un acto de buena fe, la ‘disculpa’ del Cartel del Golfo no debe verse más que como un acto calculado de autopreservación”, añadió el especialista en temas de seguridad, pues dicho discurso contrasta con las múltiples atrocidades en las que se ha visto involucrado el Cártel del Golfo —así como sus células— a través de los años.
Por mencionar algunos, Asmann recordó la matanza de Reynosa del 19 de junio de 2021 que cobró la vida de al menos 15 personas entre estudiantes, obreros y adultos mayores.
A ello se suman, por ejemplo, la masacre de San Fernando de agosto de 2010 —en la que Los Zetas secuestraron y asesinaron a 72 migrantes— y el hallazgo de 36 fosas clandestinas con 196 cuerpos en abril de 2011, igualmente en San Fernando, detrás de las cuales también estaría el grupo de Los Zetas, antiguo brazo armado del CDG.
“No hubo disculpa ni súplica de perdón tras la matanza de esos migrantes o de los ciudadanos abatidos en Reynosa”, resaltó el periodista como parte de su análisis. Conviene mencionar que la ola de violencia del 3 de marzo se suscitó a la par que distintos congresistas de EEUU han insistido que la solución a los crímenes y el trasiego de droga sería una intervención militar desde aquel país en contra de los cárteles mexicanos.