La capital del país es reconocida como una de las ciudades que más cuenta con edificaciones y monumentos emblemáticos, en los que destacan el Palacio de Bellas Artes, la Torre Latino y más. Sin embargo, sus fuentes y estatuas también han sido elogiadas por su presencia artística, de las cuales resalta la famosa Diana Cazadora, ubicada en una de las principales avenidas de la ciudad: Paseo de la Reforma.
Conocida inicialmente como “La Flechadora de las Estrellas del Norte”, el monumento fue inaugurado el 10 de octubre de 1942 bajo la dirección arquitectónica de Vicente Mendiola Quezada y la escultura de Juan Fernando Olaguíbel, en el sexenio de Manuel Ávila Camacho.
La Diana Cazadora integró el proyecto de reconstrucción de embellecimiento por parte de las autoridades mexicanas, quienes entre los años 30 y 60 iniciaron a colocar grandes monumentos y fuentes en espacios públicos siguiendo los pasos del movimiento muralista y el realismo socialista.
En ese entonces, el regente del Distrito Federal, Javier Rojo, sugirió a Mendiola y Olaguíbel para encargarse de distintos proyectos en los que destacaba la fuente de la ahora conocida Diana Cazadora, la cual debía de representar la diosa romana Artemisa, perteneciente a la mitología griega.
Dicho monumento fue criticado ante la aún persistente idea conservadora social, pues la fuente mostraba el cuerpo completo de una mujer al desnudo. Este fue uno de los principales motivos por los que la modelo de la Diana Cazadora tardó tanto en revelar su identidad, pues desde que se inauguró, en 1942, tuvieron que pasar 50 años para saber quién había sido la mujer que inspiró al monumento.
Helvia Martínez Verdayes, originaria de la capital del país, tenía solo 19 años—según fuentes históricas— cuando los encargados del proyecto la invitaron a posar y modelar para la construcción del monumento. Y es que la joven mujer habría conocido a Juan Olaguíbel a través de su entonces jefe, Vicente Mendiola.
La joven había estudiado la carrera para ser secretaria, por lo que a la par comenzó a trabajar en las oficinas de Petróleos Mexicanos, la cual era dirigida en ese entonces por Mendiola, y en donde obtuvo la propuesta para modelar. Sin embargo, no recibió pago alguno por el trabajo y a cambio solo pidió no ser revelada su identidad.
Pero Helvia Martínez no solo posó para la Diana Cazadora, sino que diez años más tarde, en 1952, también fungió como modelo para el monumento realizado con motivo de la conmemoración de la Expropiación Petrolera de México, estatua que se encuentra actualmente en la conocida Fuente de Petróleos.
La identidad de la emblemática figura quedó en suspenso hasta que en 1992, la propia modelo público su libro: El secreto de la Diana Cazadora, en donde reveló el proceso que ella tuvo que pasar durante su construcción, sus motivos para resguardar su identidad y más.
Cabe destacar que Helvia Martinéz habría ocultado su trabajo como modelo por miedo a perder su empleo como secretaria. Sin embargo, como se mencionó anteriormente, el motivo principal fue el pensamiento ultraconservador que permeaba en esa época, que de hecho incentivó la protesta ante el monumento del arquitecto Vicente Mendiola Quezada y el escultor Juan Fernando Olaguíbel.
Un año después de su inauguración, la Liga de la Decencia—la cual integraba la esposa de Miguel Ávila Camacho—, en forma de protesta, colocó ropa interior a la estatua, por supuestamente ir en contra de los valores cristianos. Estas manifestaciones hicieron que sus creadores colocaran “una vestimenta” acorde, la cual consistió en “calzones de bronce” sobrepuestos en el cuerpo, los cuales, años después, fueron removidos ante la nuevas ideas liberales artísticas de la sociedad.