Fue durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, que duró de 1988 a 1994, cuando la leyenda del chupacabras explotó en tierras mexicanas.
Un rumor nacido en Puerto Rico sobre una extraña criatura que mataba el ganado y atemorizaba a los campesinos se filtró en nuestro país y dio inicio a una polémica historia que hoy en día los mexicanos recuerdan con gracia.
Los medios de comunicación de aquella época, como el conducido por Javier Alatorre, empezaron a cubrir el tema y a reportar supuestos avistamientos.
Todavía se puede ver en internet un video del noticiero de Alatorre donde éste reporta animales muertos en diversos Estados de la República tales como Baja California, Tamaulipas, Chihuahua, Sonora, Sinaloa, Jalisco, Durango, Querétaro, Estado de México, Puebla y Veracruz.
En su reportaje, se decía que era un animal mitológico que asechaba animales pequeños como perros, pero que tenía un gusto especial por las cabras, a las cuales les quitaba la sangre hasta dejarlas secas. Mostraba imágenes de dibujos hechos por niños y narraba reportes de avistamientos de Objetos Voladores No Identificados (OVNIs) en El Paso, Texas, Estados Unidos.
Esta cobertura se repitió por un tiempo, generando histeria en los habitantes del país, especialmente aquellos que tenían ganado a su cargo y que vivían en las zonas rurales de México.
En otras partes de México, la leyenda del chupacabras derivó en que comerciantes aprovecharan la situación y nombraran a sus productos como aquella bestia sobrenatural. Así fue como se originó una especie de moda en torno a la criatura.
Por supuesto, este mito dejó de tener vigencia un tiempo después, y desde entonces se convirtió en una broma, un chiste perteneciente a la cultura popular mexicana.
La gente aparece en reportajes de la época diciendo que se imaginaban al chupacabras como “un animal como un guajolote” o un “murciélago medio chistosón”.
Que los medios de comunicación se tomaran tan en serio las noticias sobre la existencia del chupacabras y los supuestos estragos que hacía en la población de México tiene dos teorías, la primera que la cobertura fuera simplemente un acto natural ante la demanda del tema, que estaba de moda y que había explotado después de un inocente rumor proveniente de Puerto Rico.
La otra tiene que ver con aquello que manifestaban los opositores del gobierno priista de Carlos Salinas de Gortari. A su juicio, toda esa cobertura y fiebre por el chupacabras no era otra cosa que parte de una cortina de humo para distraer a los mexicanos y las mexicanas de problemas que azotaban al país.
Por aquellos días, los problemas económicos en el país estaban a la alza, y algunas críticas contra el Tratado de Libre Comercio (TLC) que conectaba comercialmente a México con Estados Unidos y Canadá se estaban haciendo escuchar. Del mismo modo, las personas hablaban del asesinato de Colosio y de las devaluaciones de la moneda nacional.
Hoy en día, las redes sociales han permitido recordar aquel episodio curioso de la historia de México, no sólo a nivel anecdotario, sino político. Recientemente, Twitter sirvió para que los usuarios recordaran los reportajes del programa de noticias de Javier Alatorre, y tundieron al conductor en redes porque, en días pasados, él había lanzado una recomendación a la ciudadanía para que no hicieran caso de lo que decía Hugo López-Gatell sobre la pandemia de covid.
Los usuarios de internet comentaron con ironía que el conductor pedía no tomar en serio información oficial y científica, pero que varios años atrás, en la década de los 90s, ocupaba su noticiero para hablar de una farsa.
La historia del chupacabras es sólo una de tantas que forman el anecdotario más curioso de México.