A lo largo de la historia de Tenochtitlan, alrededor de 12 tlatoanis gobernaron el imperio mexica. Cuauhtémoc es uno de los más recordados por ser el último líder antes de la caída de la ciudad y aunque haberse aferrado a la defensa de su pueblo ante las tropas de Hernán Cortés le brindó un lugar destacado en la historia, sus restos no pudieron volver a su ciudad de origen tras su muerte.
Luego de la caída del imperio de México-Tenochtitlan, el 13 de agosto de 1521, el huey tlatoani Cuauhtémoc cayó como prisionero de Hernán Cortés. En primera instancia, la intención del conquistador fue la de interrogar al emperador y algunos más de sus allegados para averiguar más detalles acerca del tesoro que le fue arrebatado a su ejército durante el episodio conocido como “La Noche Triste”.
La osada personalidad de Cuauhtémoc prevaleció durante el interrogatorio, motivo por el cual fue sometido al suplicio de quemarle los pies. En medio de la tortura, el huey tlatoani fue cuestionado acerca de la ubicación del botín conocido como Tesoro de Moctezuma; no obstante, de acuerdo con registros históricos, su respuesta fue negativa y pronunció: “¿Estoy en algún deleite o baño?”.
El gesto de Cuauhtémoc fue mal visto por el conquistador y tomó la decisión de mantenerlo bajo estrecha vigilancia y en calidad de prisionero. Incluso, el 12 de octubre de 1524, cuando Cortés decidió conformar una comitiva para viajar hacia la región de Las Hibueras en Honduras, con la finalidad de reprender una supuesta rebelión del capitán Cristóbal de Olid, decidió llevar consigo al tlatoani.
Existen diversas versiones en torno al suceso que obligó a Hernán Cortés a tomar la decisión de asesinar a Cuauhtémoc lejos de la tierra que lo vio gobernar; no obstante, una de las más documentadas en fuentes históricas obedeció a la supuesta intención del gobernante por organizar una sublevación para derrocar al poder español en Tenochtitlan.
Pese a ello, el dato sobre el cual sí existe la certeza es el lugar en el que Cortés ordenó el asesinato del último huey tlatoani de México-Tenochtitlan. El recorrido hacia el territorio de América Central contempló diversos puntos de descanso entre la expedición; no obstante, de acuerdo con Diego Prieto Hernández, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el lugar donde Cuauhtémoc padeció la horca fue en la región de El Tigre o Itzamkanac, Campeche, al norte de la frontera con Guatemala.
La orden de Cortés fue clara. El último emperador azteca fue colgado de un árbol de pochote el 28 de febrero de 1525. A partir de dicho momento, la información acerca del paradero de los restos de Cuauhtémoc comenzó a perder certeza en las fuentes históricas.
Algunas estimaciones basadas en documentos sugieren que el cuerpo del “Águila que desciende” reposa en las inmediaciones de la zona donde fue asesinado; no obstante, la conclusión a la que han llegado diversos arqueólogos e investigadores es que los restos del gobernante no volvieron a estar en la ciudad de México-Tenochtitlan pese al regreso de la comitiva.
¿Cómo fue el imperio de Cuauhtémoc?
Hijo del tlatoani Ahuizotl, Cuauhtémoc nació en casa gobernante y fue formado como guerrero en el calmécac. En 1515 recibió el cargo de Tlacatécatl en Tlatelolco y desde ahí apoyó las campañas militares de Cuitláhuac con la intención de repeler las ofensivas españolas a la ciudad de Tenochtitlan. Uno de sus pasajes más gloriosos aconteció cuando obligaron a los rivales a retirarse en “La Noche Triste”.
Fue en 1520 cuando cuando Cuauhtémoc fue elegido como sucesor en el trono de Cuitláhuac, quien murió a causa de la viruela, aunque su mandato vivió diversas dificultades. Pese a su intención de aliarse y resistir, la presencia de la enfermedad y el asedio español lo obligaron a rendirse para evitar una tragedia mayor entre sus gobernados. De esa forma, su imperio cayó el 13 de agosto de 1521.