Este 27 de febrero se cumplen tres años desde que el virus SARS-COV-2 llegó oficialmente a México y, con él, millones de personas se contagiaron de COVID-19, enfermedad que causó cientos de miles de defunciones, histeria colectiva e incalculables pérdidas económicas.
Fue durante la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) del 28 de febrero de 2020 que el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, confirmó el primer caso oficial de un contagiado por la enfermedad originada en Wuhan, China, el cual se reportó un día antes.
Se trataba de un hombre de 35 años de edad, originario de la Ciudad de México y quien había regresado de un viaje a Italia. El paciente era atendido por el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER).
“Tenemos un caso confirmado de coronavirus. El individuo está en condiciones de salud estables. Tiene una enfermedad leve. Leve se refiere a que no tiene neumonía, tiene los síntomas parecidos a un catarro”, expresó López-Gatell en aquel entonces.
A las pocas horas se habló de un posible segundo caso. Era un hombre de 41 años resguardo en un hotel de Sinaloa. A partir de ese momento las autoridades sanitarias en el país comenzaron a poner en marcha acciones para frenar la avanzada de contagios; no obstante, en el país se presentaron seis olas subsecuentes.
Sin embargo, tras diversas revisiones a los diagnósticos previos al primer caso que la Secretaría de Salud (SSa) realizó durante la segunda mitad del 2020, se encontró que algunas personas presentaron el mismo cuadro sintomático que desencadena el coronavirus, pero en su momento no fueron catalogados con tal enfermedad. Es por ello que, de acuerdo con los Datos Abiertos de la Dirección General de Epidemiología se tiene registrados casos desde diciembre de 2019, cuando el virus ya azotaba China.
En contraste con los datos oficiales, Corriente Alterna compartió la historia de un caso ocurrido en octubre de 2019. José Elizalde, un médico del Instituto Nacional de Nutrición, compartió que —en el hospital privado en el que también trabajaba— atendió a un hombre de 50 años con sintomatología respiratoria y problemas digestivos intensos. Se trataba de un ingeniero estadounidense quien viajó a México, aunque días antes había estado en Wuhan.
De acuerdo con lo relatado por el doctor al medio de la UNAM, al paciente se le hizo un estudio para identificar 23 virus diferentes, pero no se le encontró nada. Tras ser aislado, a los pocos días el sujeto mejoró. En su momento se pensó que se trataba de influenza, aunque cuando estalló la pandemia por COVID-19, el médico se dio cuenta de que en realidad era el nuevo virus.
Y así como aquel caso, en el país fueron re-catalogados al menos una veintena más. Se trataba de personas que ingresaron a México con afecciones respiratorias y síntomas similares a los dados a conocer posteriormente.
El virus recibió su nombre cuando las autoridades chinas lo dieron a conocer el 7 de enero de 2020, mientras que días antes, el 31 de diciembre de 2019, la Comisión de Salud Municipal de Wuhan reportó 27 casos de una neumonía desconocida.
En febrero —ya con casi 10 mil contagiados en el país asiático— la Organización Mundial de la Salud (OMS) envió un equipo de investigación al presunto lugar de origen. Ahí, se estableció un surgimiento orgánico a partir de murciélagos. En esas fechas, la OMS nombró a la enfermedad COVID-19. Ahora, instituciones de Estados Unidos especulan que el virus se originó a partir de una fuga en un laboratorio chino.
Tras su llegada a México, el brote ha dejado —a la fecha— un acumulado de 7 millones 430 mil 816 casos de contagios al pasado 21 de febrero, mientras que ya suman 332 mil 850 defunciones totales. La Ciudad de México fue la entidad que más afectados registró, con un millón 842 mil 931 de contagios.