Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presidente de México, compartió en redes sociales una fotografía de un supuesto aluxe. En la imagen se puede ver una silueta sobre un árbol, la cual señaló podría ser de uno de estos seres míticos.
El político tabasqueño compartió una segunda foto de una escultura prehispánica ubicada en la zona arqueológica de Ek Balam, en el estado de Yucatán. La figura tallada en piedra sería una representación de un aluxe.
La publicación generó polémica en redes sociales, donde mientras algunos lo tomaron con humor otros señalaron que los aluxes forman parte de la cosmovisión maya. Y es que para este pueblo, estos seres de pequeño tamaño forman parte de la tradición oral y son reconocidos por su íntima relación con la naturaleza, de la cual son protectores.
Los mayas creen que los aluxes rondan la selva y protegen los cultivos. Se dice que su hogar es el monte, de acuerdo con información del Instituto Nacional de los Pueblas Indígenas (INPI).
En los relatos su apariencia es descrita de diferentes formas, aunque generalmente las descripciones coinciden en que se trata de seres con la estatura de un niño de entre 3 y 4 años de edad pero que tienen la apariencia de personas de la tercera edad con barba, según información recopilada por la académica Nancy Beatriz Villanueva Villanueva.
Respecto a su vestimenta, historias de los milperos mayas apuntan a que utilizan alpargatas, sombrero, escopeta, tirahule (resortera), de acuerdo con el artículo de Villanueva, titulado La concepción de los aluxes, según niños de ascendencia maya yucateca.
Los aluxes son asociados a los vientos (ik’oob en maya), por lo que se cree que es posible oírlos por el ruido que hacen, cuando dejan caer objetos o cuando lanzan piedras a los intrusos que entran a las tierras de los que son protectores.
En la creencia popular a estos seres se les debe pedir permiso, con rituales y ofrendas, antes de comenzar a cultivar la tierra. A cambio de los ofrecimientos se piensa que los aluxes cuidan las milpas, las hacen productivas, ahuyentan a los ladrones e incluso atraen la lluvia durante época de sequía.
Sobre su origen, el Instituto Nacional de las Lenguas Indígenas, señala que en las leyendas mayas los aluxes surgieron en la época en que los dioses crearon a los seres que habitan la Tierra. Durante la creación las divinidades los dejaron incompletos.
Los dioses prohibieron a los aluxes dejar el cielo y les advirtieron que si lo hacían se convertirían en piedra. Sin embargo, los diminutos seres desobedecieron las órdenes de sus creadores y llegada la noche huyeron.
Mientras estaban en la Tierra, los aluxes quedaron atrapados luego de que cuando estaba a punto de amanecer tuvieron que esconderse para evitar ser petrificados. Entonces construyeron pirámides en un intento por alcanzar el cielo, hasta que un día la luz del sol los alcanzó mientras trabajaban y quedaron convertidos en piedra.
Finalmente, los dioses los perdonaron y les concedieron cobrar vida pero solamente por la noche, por lo que desde entonces recorren la selva al caer el sol, entre ruidos, risas y cantos.
De acuerdo con algunas versiones sobre el rol de los aluxes, éstos habrían sido considerados como dioses (ik’oob) por los primeros pobladores de Yucatán. En la cosmovisión maya estos primeros habitantes sobrevivieron a un diluvio debido a los poderes mágicos de estos seres.
Mientras que un análisis de la historiadora Mercedes de la Garza Camino apunta a que en los mayas del periodo clásico consideraban a los aluxes como seres de otra época que lograron trascender espiritualmente a los que representaron pictográficamente.