En Estados Unidos ha surgido una nueva alerta entre las autoridades, pues detectaron la comercialización de una droga más tóxica que el fentanilo, un opioide sintético 50 veces más potente que la morfina y mezclado con otras drogas para potenciar su efecto.
Se trata de una sustancia que combina fentanilo con xilacina, un sedante aprobado únicamente para uso veterinario en Estados Unidos. El enervante es conocido como tranq, tranq dope o zombie drug y de comercializó por primera vez en Filafeldia, aunque al poco tiempo se expandió hacia California, donde en los últimos meses se han registrado cuatro muertes relacionadas con el enervante.
“La xilacina es un sedante, analgésico y relajante muscular no opiáceo autorizado únicamente en Estados Unidos para uso veterinario. La xilacina se detectó por primera vez como adulterante en Puerto Rico a principios de la década de 2000″, informó el reporte de la DEA The Growing Threat of Xylazine and its Mixture wieth Illicit Drugs (La creciente amenaza de la xilazina y su mezcla con las drogas ilícitas).
“Un kilogramo de xilacina en polvo puede comprarse en línea a proveedores chinos a precios que oscilan entre los 6 y los 20 dólares por kilogramo. A este precio bajo, su uso como adulterante puede aumentar los beneficios de los traficantes de drogas ilícitas, ya que sus efectos psicoactivos les permiten reducir la cantidad de fentanilo o heroína utilizada en una mezcla”, amplió el portal.
“También puede atraer a clientes que buscan un subidón más prolongado, ya que se dice que la xilacina tiene para los consumidores muchos de los mismos efectos que los opiáceos, pero con un efecto más duradero que el fentanilo solo. Algunos consumidores buscan intencionadamente heroína o fentanilo mezclado con xilacina, mientras que muchos ignoran por completo que se incluye como adulterante”, advirtió la DEA.
Respecto a los efectos adversos de la xilacina en humanos no se han realizado ensayos clínicos estándar, pero se se sabe que provoca sequedad de boca, somnolencia, hipertensión, taquicardia, hipotensión, bradicardia, hiperglucemia, disminución de la frecuencia cardiaca, hipotermia, coma, depresión respiratoria y disritmia.
Los síntomas también pueden llegar a incluir dolores agudos en el pecho y convulsiones, de acuerdo con la DEA.
“Me despertaba llorando por la mañana porque mis brazos se estaban muriendo”, relató una mujer identificada como Tracey McCann a The New Yotk Times.
“Hacer más”
La agencia antidrogas estadounidense (DEA, en inglés) pidió la semana pasada al gobierno de México que “haga más” contra el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), a los que responsabiliza de las miles de muertes por sobredosis de fentanilo en EEUU.
“Creemos que México tiene que hacer más para detener el daño que se está causando. Estos dos cárteles mexicanos, el de Sinaloa y el de Jalisco, dominan la cadena de suministro global de fentanilo”, remarcó la directora de la DEA, Anne Milgram, en una comparecencia ante el Senado.
Milgram criticó que México no comparta con Estados Unidos suficiente información sobre la incautación de fentanilo y sus precursores, no persigue suficiente los laboratorios clandestinos de drogas ni extradita a suficientes narcotraficantes.
Según la DEA, el Cártel de Sinaloa opera en al menos 19 de los 32 estados mexicanos, mientras que el CJNG lo hace en 23 regiones.
Por ello, Milgram instó al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador a que establezca como su “mayor prioridad” derrotar a ambas organizaciones, como ya hizo México con los Zetas en su lucha contra ese cartel entre 2012 y 2015.
“Queremos que México haga lo mismo que entonces”, afirmó.
México y la DEA tienen una relación tensa desde que López Obrador impulsó una reforma en 2020 que limitaba la presencia de agentes estadounidenses en territorio mexicano.