Carlos Reinoso es considerado como uno de los jugadores más icónicos en la historia de las Águilas del América. Aunque fue partícipe de una de las mejores épocas del equipo como jugador y director técnico, a la par de la fama vivió uno de los momentos más duros en su vida por su adicción a las drogas. Años después, contó al Burro Van Rankin los excesos que llegó a experimentar y su proceso de recuperación.
Durante una charla con el comediante en el programa SagFut, el Maestro Reinoso confesó que diariamente podía consumir hasta “20 pases de coca”. El consumo excesivo de la sustancia, de acuerdo con él, tenía su origen en la evasión de algunos problemas en su vida personal o la intención de disminuir el efecto de otras drogas y sustancias nocivas como el alcohol.
“Mi mayor triunfo en la vida fue salir de las drogas (...) Bendito sea Dios puedo decir que me recuperé hace más de 30 años. (Me costó) un mundo (de trabajo). No es fácil, pero me acerqué mucho a Dios y mi hija Paola me ayudó mucho. Es una lucha que gané con la fe en Dios y con el acercamiento a mis hijos”, recordó.
El futbolista chileno exploró las dos facetas más mediáticas de los personajes vinculados al balompié, es decir, la de jugador y la de director técnico. En su intervención no dio detalles sobre la temporalidad en la que tuvo que lidiar con las adicciones, sin embargo, por las referencias que dio es posible que haya sido en su etapa como entrenador.
Cabe mencionar que entre los años de 1992 y 1994, Reinoso ocupó el banquillo de los Tiburones Rojos de Veracruz. En ese sentido, afirmó que cuando vivía en el puerto recibió la visita de sus hijos Paola y José por lo cual tomó la decisión de volver a la Ciudad de México para comenzar a atender sus trastornos de adicción.
“Un día fuimos a Amistad Cristiana y yo iba con la droga en los bolsillos. Yo escuché la predicación del pastor y sentí como si todos los pecados del mundo yo los tenía y algunos más. En ese momento me puse a llorar, creo que estaba con mi hermano Víctor Hugo también, y cuando llegué a la casa tiré las drogas”, contó.
Reinoso experimentó un periodo corto de tiempo alejado de las drogas. Al mismo tiempo pudo tomar las riendas de Club Toros Neza pero algunos meses después confesó haber tenido una recaída. En ese momento, el Maestro pensó tener bajo control su adicción, pero su situación de salud era tan evidente que fue impulsado a pedir ayuda sin haberla solicitado.
“Tuve una recaída en Toros Neza y ahí me ayudó mucho Juan Antonio Hernández. Tuve una recaída porque me apareció mi hija Jessica de 18 años cuando estábamos ahí y cómo decirle a mi mujer. Entonces ahí recaí y el señor Hernández un día, entrenando a Toros Neza, dijo ‘Maestro, quiero que se vaya a Oceánica’”, afirmó.
La proposición del expropietario del equipo del Estado de México le tomó por sorpresa, pues hasta ese momento había decidido guardar en secreto su conflicto con las sustancias. Sin embargo, al valorar su estado de salud y la situación que había arrastrado desde su estancia en Veracruz decidió internarse.
De acuerdo con el Maestro, su recuperación comenzó la misma noche que recibió el consejo y se prolongó a lo largo del siguiente mes. Al salir de la rehabilitación decidió no volver a tomar ningún tipo de sustancia en su carrera pues reconoció que es de lo que más se arrepintió con el paso de los años.