La cercanía geográfica entre México y Cuba, así como los movimientos sociales, han impulsado a que exponentes del deporte en la isla consoliden sus carreras en suelo azteca. Siguiendo los pasos de José Mantequilla Nápoles, Ultiminio Ramos consolidó una exitosa trayectoria fuera de su país natal, aunque también tuvo que lidiar con la muerte de dos de sus rivales en pleno combate.
El Sugar Ramos, como se dio a conocer en el medio boxístico, nació en la ciudad de Matanzas, Cuba, el 2 de diciembre de 1941. Su afición por el boxeo lo llevó a colocarse los guantes a los 14 años y abrirse paso en el ámbito amateur con una gran cantidad de peleas. De esa forma, con una formación de dos años, decidió debutar como profesional a los 16 en la capital de su país.
Al tiempo que daba sus primeros pasos como boxeador pagado, Fidel Castro comenzaba a planear el derrocamiento al gobierno de Fulgencio Batista. Fue en el año de 1959 cuando el rebelde logró tomar el poder del gobierno desde la ciudad de La Habana y diversas personalidades entre quienes se encontraron el Mantequilla Nápoles y Ultiminio Ramos, decidieron abandonar el país para obtener la nacionalidad mexicana.
De acuerdo con el registro de la plataforma BoxRec, Sugar Ramos disputó sus primeras 30 peleas con base en su país natal. No obstante, tuvo apariciones esporádicas en otras latitudes del continente como Venezuela y Panamá. Aunque el paso en dicha etapa de su carrera resultó sumamente prolífico, tuvo que lidiar con la primera tragedia.
El 8 de noviembre de 1958, en un recinto deportivo ubicado en la ciudad de La Habana, Cuba, Ramos enfrentó a José “El Tigre” Blanco, quien no figuraba por tener el mejor balance hasta ese momento. Y es que de las 12 peleas que había sostenido, solamente había salido victorioso en cuatro, mientras que en las ocho restantes tuvo que cargar con la derrota.
Con ese antecedente, y con la esperanza de vencer al formidable Sugar, El Tigre plantó cara pero no pudo tolerar el castigo de su rival. Debido a las lesiones padecidas por los guantazos cayó por la vía del nocaut, aunque instantes después perdió la vida debido a la gravedad del castigo.
La carrera de Ramos siguió adelante y con su llegada a México continuó acrecentando su carrera. Cinco años después del fatal episodio que marcó su carrera, Ultiminio tuvo que enfrentar un escenario similar durante su presentación en el Dodger Stadium de Los Ángeles, California.
En dicha ocasión, la víctima del ataque fue Davey Moore, quien buscaba quedarse con los cinturones del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) en peso gallo. No obstante, durante la pelea padeció una caída que provocó que su cuello impactara con la primera cuerda del ring.
Dos días después de la pelea, Davey Moore falleció en un hospital de los Estados Unidos debido a que el latigazo de la caída causó lesiones irreversibles en su tallo cerebral.
Adiós al querido amigo que siempre estuvo presente en las buenas y en las malas, un gran campeón de la vida y del ring ULTIMINIO RAMOS pic.twitter.com/7ESKJLtSwX
— Mauricio Sulaiman (@wbcmoro) September 4, 2017
A pesar de las dos muertes, Ramos no paró de boxear en los años posteriores. En el trayecto pudo consolidarse como campeón en las tres peleas de defensa que entabló después de haber vencido a Moore. No fue sino hasta octubre de 1966 cuando perdió la corona ante el mexicano Carlos Ortiz en el Toreo de Cuatro Caminos de la Ciudad de México.
En los 15 años que figuró en la Gran Carpa del boxeo, Ultiminio Ramos venció en 55 ocasiones, 40 de ellas por la vía del nocaut, y concedió siete derrotas. Pese a ello, su mérito deportivo lo llevó a ser considerado como Miembro del Salón de la Fama de Canastota, Nueva York, en el año 2000.
El 3 de septiembre de 2017, de acuerdo con un informe del CMB, Ultiminio Ramos murió en la capital mexicana, aunque no se dieron a conocer los detalles de su deceso.