A dos meses que la ministra Yasmín Esquivel fuese señalada por plagio en su tesis de licenciatura, el caso que acecha su cargo dentro la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) continúa avivando a la opinión pública — especialmente tras la suspensión provisional que prohibió a la comunidad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) retomar la controversia en lo que el Comité de Ética debate la resolución de la misma.
No obstante, aún cuando dicho organismo dictamine la inocencia de Esquivel Mossa, la polémica ya habría afectado la credibilidad y reputación (sin miras a reconstruirse) de la que aspiró por la presidencia de la Corte; siendo ella la principal responsable de “hundir” la percepción como posible culpable de plagio, según planteó el periodista Raymundo Riva Palacio.
En su columna para Eje Central, el analista político señaló a la medida cautelar aprobada el pasado 15 de febrero contra la Máxima Casa de Estudios como “el tiro de gracia a la honra” de la magistrada con un efecto búmeran: “La hace ver como culpable del delito”, aseveró.
“Esquivel quisiera que nadie hablara de este caso porque afecta su reputación, pero con lo que hizo, ella misma le dio el tiro de gracia a su honra. (...) Sólo amplió la idea negativa sobre ella al hacerla parecer como culpable”.
Por su puesto, la egresada por la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón ha reiterado en su inocencia y en su rechazo por renunciar o tomar licencia de su cargo en el tercer Poder de la Unión. Sin embargo, destacó Riva Palacio, dichas actitudes únicamente le han valido de contundentes críticas en su contra por “falta de ética institucional”.
“Entre más trata de salir del pantano, la percepción es que más se hunde”, declaró en su escrito, abundando que “las contradicciones y ambigüedades” del mismo presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) han dificultado de igual manera la eventual salida de Esquivel Mossa del escándalo.
Esto, comentó, en razón de la incongruencia de la postura que el Jefe del Ejecutivo Mexicano ha adoptado ante la polémica de su cercana en los espacios públicos y privados: mientras AMLO defendía a Esquivel y atacaba a la UNAM desde el atril de Palacio Nacional, tras bambalinas consultaba posibles vías para que la ministra “fuera hecha de lado” — mismas que el tabasqueño continuó analizando hasta febrero del 2023, afirmó Riva Palacio.
“No se tomó la decisión, pero el presidente, mientras todo esto pasaba, se refería a ella y a la ministra Loretta Ortiz (...) aunque no las mencionaba por nombre, que él había propuesto a la Corte, como ministras leales a su proyecto. Es decir, que votaban a favor de los intereses de López Obrador”.
El 20 de febrero, Alejandro Romano, defensor de la integrante de la SCJN, acudió al Comité de Ética de la UNAM para entregar pruebas a favor de Esquivel Mossa por el presunto plagio a su trabajo de grado, tales como dictámenes periciales o declaraciones de testimonios.
Sin embargo, Raymundo Riva Palacio apuntó que cualquier información, en efecto, podría matizar o incluso cambiar el rumbo de la decisión del Comité; no así el de la percepción que ya cobró factura al prestigio de la ministra.
“La ministra tampoco hizo nada por enfrentar la acusación con valor, no con arrebatos; con inteligencia racional, no con inteligencia emocional, y sin crear enemigos externos para buscar consenso interno”, agregó.
A ello, el periodista atajó al señalar que dichas actitudes de Yasmín Esquivel sólo impidió “actuar eficientemente ante los contrapesos”, mientras que su respecto se sepultaba con su férrea negativa a solicitar licencia durante el deslinde de responsabilidades: “El daño reputacional está hecho y se puede alegar que será irreversible”, apuntó.
“Su ética institucional es inexistente y con el paso de las semanas se ha ido pudriendo como servidora pública, pasando a ser de activo para Palacio Nacional y para la Corte, a lastre”.