La privación de la libertad, tortura y posterior asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena en 1985 es un caso que, a casi 40 años, sigue sin resolverse por completo.
Información compartida por la periodista Laura Sánchez Ley en Milenio reveló que los únicos dos acusados por dicho crimen que continúan en prisión tienen una estrategia con la que buscarán recuperar su libertad.
El equipo de la reportera tuvo contacto con las representantes legales de Raúl López Álvarez y Javier Vásquez Velasco, quienes confirmaron la preparación de diversos recursos legales ante la Fiscalía de Distrito Central de California, en Los Ángeles, para salir de la cárcel.
De acuerdo con la periodista, Raúl López Álvarez, expolicía judicial de Jalisco, declarará ante las autoridades que él mismo habría inventado la historia con la que confesó haber asesinado a “Kiki” Camarena.
Aparentemente, su versión fue un intento por destacar entre los criminales de la época, pues al reconocer su participación en el crimen buscaría forjar amistades con los líderes del narcotráfico y ascender al interior del Cártel de Guadalajara.
Cabe recordar que esta no sería la primera vez que busca retractarse de sus testimonios previos, pues en primera instancia López Álvarez denunció que Rafael Caro Quintero se habría “dejado llevar” y habría torturado en exceso a Camarena. Trató de retirar sus acusaciones contra el capo tiempo después, pero las autoridades no creyeron en su palabra.
López Álvarez fue sentenciado a una condena de 249 años de prisión por ser el asesino confeso del agente Enrique Camarena.
Por otro lado, Javier Vásquez Velasco, declarado culpable por el asesinato de dos turistas en 1985 y vinculado al caso de “Kiki” Camarena, alegará aparentes irregularidades en la investigación efectuada por la Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos.
Específicamente, de acuerdo con Sánchez Ley, el argumento principal de Vásquez Velasco con el que tratará de salir de prisión será un supuesto montaje de evidencias en su contra.
Este individuo fue sentenciado en agosto de 1990 por el homicidio del escritor John Walker y su amigo Alberto Radelat, estudiante de medicina originario de Cuba. Las investigaciones dictaminaron que Vásquez Velasco los habría confundido con agentes infiltrados de la DEA y por eso los habría asesinado.
John Walker y Alberto Radelat fueron secuestrados en un restaurante en Guadalajara llamado Langosta, donde Rafael Caro Quintero y Enrique Fonseca Carrillo, “Don Neto” realizaron una fiesta.
Ahí, los llevaron a una sala de almacenamiento y, aparentemente, fueron torturados con un objeto punzocortante. Se presume que Vásquez Velasco habría ayudado a cargar a los turistas y golpearlos mientras estuvieron privados de su libertad. Ese mismo día, el 30 de enero de 1985, fueron ejecutados a las afueras de Guadalajara.
Estos hechos ocurrieron una semana antes del secuestro y homicidio de “Kiki” Camarena, por lo que el juez Edward Rafeedie consideró que ambos casos estaban relacionados, pues habrían sido actos de venganza del Cártel de Guadalajara debido a las labores de Camarena Salazar como infiltrado en la organización criminal.
La participación de “Kiki” como supuesto agricultor en 1981 permitió que el Ejército identificara y destruyera una gran plantación de marihuana en 1984 que le generaba a Caro Quintero alrededor de 8.000 millones de dólares.
Hasta el momento se desconoce si estos recursos llevarán nuevamente a juicio a Javier Vásquez Velasco y a Raúl López Álvarez, los únicos individuos que se encuentran presos por el caso de “Kiki” Camarena. Esta información se suma a las recientes confesiones de Rafael Caro Quintero compartidas por su aún esposa, Diana Espinoza, las cuales se contraponen a la versión oficial.
“Él me platicaba que llegó, no sabía qué estaba pasando, les dijo que no quería saber nada y que él no fue cómplice ni partícipe de algo como eso”, fueron las declaraciones de la exreina de belleza en una entrevista para Univisión.