El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) lanzó una contundente crítica a la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) por su pronunciamiento en razón del controversial Plan B de la Reforma Electoral.
Durante su tradicional conferencia matutina, el Jefe del Ejecutivo Mexicano demeritó a la organización de la Iglesia Católica tras ser cuestionado por el video que ésta compartió el pasado 18 de febrero y en la cual externó preocupación por la iniciativa de reforma secundaria.
Fue a través de un video de YouTube que el Mons. Ramón Castro Castro, Secretario General de la CEM, destacó las inquietudes que obispos de México han demostrado por las supuestas irregularidades en el proceso legislativo y “el contenido de modificación a diversas leyes electorales”.
“Hacemos un llamado para que las decisiones legislativas y judiciales que se acuerden, respeten los principios constitucionales de certeza, legalidad, independencia, imparcialidad y objetividad, que rigen nuestro sistema electoral”, abundó en el audiovisual.
Fue así que el mandatario tabasqueño dio la espalda a la CEM tras declarar que el único referente para el movimiento de la autodenominada Cuarta Transformación (4T) con suficiente legitimidad de la Iglesia Católica es el Papa Francisco.
“Cuando se habla de la Iglesia que está apoyando a un bloque conservador de México, yo digo: ‘No. Esto no tiene que ver con el Papa Francisco“, declaró desde el atril de Palacio Nacional, no sin antes asegurar respeto para todas las creencias religiosas.
“Sí me preocuparía muchísimo si el Papa Francisco se pronunciara sobre ese tema. Pero si es aquí (en México), hay que entender cómo las élites de todas las corporaciones siempre se unen, se alimentan y se nutren”.
Y es que, según Andrés Manuel, “el tipo de iglesia” que representaría el pontífice de Argentina es aquella “que condena a los saqueadores; a los que explotan y humillan a los hombres, (...) defensor del pensamiento y obra de Jesús que siempre estuvo del lado de los poseídos”.
Cabe señalar que esta no es la primera ocasión que grupos de la Iglesia Católica se manifiestas en contra de la reforma al Instituto Nacional Electoral (INE), pues el pasado 13 de noviembre la Arquidiócesis de México se unió a las expresiones en contra del Plan B.
En aquella entrega del semanario publicado en el portal Desde la Fe, la Iglesia declaró que la iniciativa presidencial “pretende debilitar” la autonomía del INE cambiando su estructura y “poniendo en riesgo la democracia y las libertades que se han conquistado como nación mexicana”.
A ello, la arquidiócesis primada de México denunció una campaña de “difamación” en contra del órgano electoral por parte de la administración de Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Plan B divide al Congreso
El pasado 19 de febrero la comisiones unidas de Gobernación y de Puntos Constitucionales hicieron público su proyecto de dictamen en relación a la segunda mitad del Plan B, donde no reconocen la modificación de la Cámara de Diputados en relación a la cláusula de “vida eterna” a partidos políticos con baja votación; sin embargo, el resto del proyecto avanzará.
La cláusula de vida eterna señala que los partidos grandes podrán traspasar parte de sus votos a los partidos chicos que tengan en su alianza o coalición para que conserven el registro como partido político. Dicha cláusula fue condenada por la oposición parlamentaria, pues sostuvo que se trata de un truco para que los partidos satélite puedan seguir viviendo de las prerrogativas del Estado.