El pasado viernes 10 de febrero, Argel Ahumada, un cinefotógrafo y docente de 38 años, conducía su automóvil con dirección a una junta que tenía en avenida Legaria, al poniente de la Ciudad de México. Sin embargo, justamente en la esquina de las calles Monterrey y Bajío, en la colonia Roma, Alcaldía Cuauhtémoc, un automóvil se metió a su carril y se frenó “en seco”.
En entrevista para Infobae México, cuenta que esto lo tomó por sorpresa, por lo que frenó rápidamente, pero la inercia del freno provocó que su coche se recargara sobre el de la persona que manejaba el auto de enfrente. “No fue necesariamente un golpe, porque yo llevaba bastante distancia, entonces sí alcancé a frenar, y el recargón no provocó un golpe visible ni en su coche ni en el mío”.
Cuenta que tras el percance, ambos bajaron de sus autos, de manera muy tranquila. Al notar que ninguno de los dos autos tenía algún daño aparente, Argel, por la prisa que llevaba para llegar a su reunión, optó por decirle al otro conductor que cada quien se retirara con su golpe. “Pero no, él insistió en que su carro tenía un rayón, y me lo quería mostrar a fuerza y empezó la extorsión, quererme obligar de alguna manera a que yo pagara por un golpe que ni siquiera era visible, entonces ahí identifiqué que era un montachoques, y no quise caer, le dije: no tiene nada tu carro, ya me voy, me di media vuelta para irme a mi coche, y como él se dio cuenta que no iba a ceder, cuando me di media vuelta me atacó por las espalda, me agarró del cabello y me estrelló contra el cofre de mi coche”.
Cuenta que con ese primer golpe perdió la conciencia, pero los testigos le dijeron que el hombre lo siguió golpeando mientras estaba inconsciente. “Cuando recobré el sentido, la gente me estaba ayudando a levantarme, me llevaron a la banqueta para que me sentara y a los pocos minutos llegó la ambulancia. La gente fue muy solidaria, ellos notaron la violencia con la que actuó este señor, de nombre José Alberto Pardo Navarro, vieron la violencia exacerbada con la que actuó, la gente me lo quitó de encima, no dejó que me siguiera golpeando, y me defendieron hasta que llegó la ambulancia y la policía, evitaron que se escapara, porque en algún momento tengo entendido que intentó irse, y la gente no lo dejó”, cuenta Ahumada.
Explica que el hombre no le pidió alguna cantidad en específico, como reparo del supuesto golpe, porque fue muy rápido. “Cuando yo me bajé del carro y él se bajó, que yo vi que los golpes eran muy leves y que incluso mi carro tenía el golpe más fuerte, luego luego fue que yo le dije que lo dejáramos así”.
Ineficiencia de la autoridad
Luego de recobrar la conciencia, Argel optó por llamar a su madre y a su hermano, y ellos llegaron al lugar de los hechos. Su madre lo acompañó al médico, mientras que su hermano fue al Ministerio Público (MP) a levantar la denuncia correspondiente.
Pasó la tarde de ese viernes en un hospital privado en observación para verificar que no hubiera un daño cerebral y que no necesitara una tomografía; después de unas horas de que el médico consideró que se encontraba bien, mandaron a un policía para que lo llevara del hospital a la delegación Cuauhtémoc, al MP para seguir con el proceso. Sin embargo, cuando llegó, el MP desestimó sus lesiones, pues según el reporte del médico legista, son lesiones que aparentemente sanan en los primeros 15 días, por lo que no es un delito del orden penal, sino civil. “Desestimó el juez mis lesiones, y mandaron el caso al juez cívico, o sea, que la mayor sentencia a la que aspira el señor, eran 36 horas (de arresto) y pues no iba a haber castigo para él”.
Cuenta que él tenía pensado proceder con la denuncia del orden penal con el MP, sin embargo, piensa que mientras él estaba en el hospital, y su agresor en la delegación con su abogado, llegaron a algún acuerdo económico con las autoridades. “En cuanto yo llegué del hospital, el Ministerio Público no me recibió a mí, y nunca habló conmigo, a mí no me dijo nada, me mandaron directamente con el médico legista, y él leyó el reporte que habían dado en el hospital”.
Cuenta que en el hospital, el personal se vio muy amable, pues describieron muy bien los golpes, sin embargo, el médico legista los minimizó, pues leyó los reportes y a pesar de que las valoraciones que hicieron siempre fueron por lo aparente, nunca le hicieron ninguna tomografía, y hasta el momento no lo ha revisado un oftalmólogo ni un odontólogo. “Las valoraciones que hizo el médico fueron en lo aparente, pero si hay un daño más profundo, no se sabe”.
Le dijeron que sus lesiones eran superficiales, entonces no era un crimen del orden penal, sino cívico, a pesar de que él denunció por montachoques. Incluso, Argel le insistió a la jueza que no había sido un accidente vial, sino que el agresor había provocado el accidente con la intensión de extorsionarlo, y como no cayó en ella, lo atacó. “La jueza me dijo que si yo quería proceder con una denuncia de orden penal, tenía que responder al golpe de su carro, tenía que hacerme responsable de él, pagarle por los daños que no eran visibles, pero un dinero me iban a cobrar, y que de mi parte, lo más que el señor podría obtener eran 36 horas de detención, porque mis lesiones son leves”.
Lesiones y “castigo” para el agresor
Las lesiones que le dejaron los golpes que recibió por parte del hombre que lo agredió, fueron varias. En el ojo izquierdo, tiene daño en el globo ocular; además, en el mismo lado, tiene dañado el párpado y el pómulo. También le abrió la ceja; los dos dientes de enfrente, de la parte superior, se los dañó; por dentro tiene deshecha la mejilla izquierda; por dentro del labio, en la parte inferior, tiene un hoyo, y además, tiene daño cervical, y dice, el cuello es la parte que más le duele del cuerpo.
Argel ve con esto que a pesar de que las autoridades dicen que van contra los montachoques, un modo de delincuencia muy visible en los últimos años en la Ciudad de México, “se sigue con lo mismo”. “Yo creo que hubo colusión de las autoridades con estos señores, porque además el abogado del señor, por ejemplo, para nosotros que somos víctimas, no estamos acostumbrados a hablar en términos legales, estar frente a un juez en un Ministerio Público, de pronto este tipo de personas, me di cuenta que sus abogados son muy mañosos, es gente que se ve que no es la primera vez que están en esa situación, y entonces ya saben que recursos utilizar para que a ellos no les afecte, al contrario, para que la ley los proteja”, explica Argel.
Al final, el cinefotógrafo contó que las autoridades prácticamente lo obligaron a llegar a un acuerdo con el presunto agresor, pues le dijeron que si no llegaban a un arreglo, se iba a ir con las manos vacías. El presunto montachoques tuvo que pagar la cuenta del hospital privado de ese día, que fue de 18 mil 800 pesos, sin embargo, las futuras consultas médicas, además del pago de dentista, por las piezas dentales que resultaron dañadas, tiene que salir de su bolsillo.
“La ambulancia me traslado a un hospital privado donde me hicieron radiografías y la valoración y ese fue el coste del médico solo de ese día, tengo la factura del hospital que tuvo que cubrir él, pero no son todos los gastos, aparte yo fui al oftalmólogo y voy al dentista, pero eso pues ya no fue a su cargo”, concluye.
¿Qué medidas toman las autoridades contra los montachoques?
Personal de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CDMX), contó a Infobae México que no tienen como tal un procedimiento en contra de los llamados montachoques. Mencionaron que en este caso, lo que se hace es proceder por las lesiones que llegara a presentar el afectado, y, además, por los daños que pudieran presentar los vehículos.
En el caso de las lesiones, comentaron, se dividen en lesiones primarias, que son las que pueden sanar en 15 días o menos, y que fueron con las que se diagnosticó a Argel, a pesar del daño cervical y en las piezas dentales. Estas solamente se castigan con 36 horas de arresto o servicio comunitario.
Cuando se puede proceder penalmente, es cuando las lesiones tardan más de 15 días en sanar.
¿Qué son los montachoques?
Los llamados montachoques operan principalmente en la Ciudad de México desde hace algunos años. Son conductores que, normalmente en grupos delictivos, provocan accidentes viales de forma intencional, para extorsionar y “sacarle dinero” al conductor involucrado en el percance, exigiendo dinero en efectivo, teléfonos celulares o alguna otra compensación, con la condición de no golpearlo o hacerle daño.
Estos grupos delictivos, regularmente, estudian a su víctima antes de emprender una acción. Realizan la simulación del accidente, pueden frenar de forma imprevista, como le ocurrió a Argel, e incluso golpear de manera moderada al vehículo para que el conductor se detenga y salga de su unidad para ver los daños.
Al salir del vehículo, la persona que provocó el accidente puede proponer llegar a un acuerdo monetario, primero, de manera amable, pero si la otra persona no accede, podría ser víctima de una amenaza e incluso podría ser golpeado.
Por medio de redes sociales se han dado a conocer varios de estos ataques.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México, ha dado a conocer algunas recomendaciones, en caso de que alguien sea víctima de un montachoques.
Entre estas se encuentran:
- Permanecer en el automóvil y orillarse para no obstruir el tránsito.
- Luego del incidente de tránsito, llamar al seguro y proporcionarle la ubicación en la que se dio el percance.
- Evitar acceder a un acuerdo monetario por los posibles daños de los vehículos.
- Verificar que la persona autorizada por la aseguradora cuente con documentos legales que los acredite como parte de la empresa.
- Procurar estar presente durante la verificación de los daños, revisión de pólizas y demás trámites