Porfirio Díaz Mori es uno de los expresidentes que ha generado debates sobre su papel en la historia nacional, pues generó desigualdad social mientras modernizaba México. La expansión de vías ferroviarias, avances científicos y la consolidación de la industria eléctrica fueron algunos de los aportes del gobierno porfirista
El sitio Ciencia UNAM de la Universidad Autónoma de México (UNAM) explica que dos instituciones importantes en el desarrollo científico del porfiriato fueron el Instituto Médico Nacional, fundado en 1888, y el Instituto Geológico creado en 1891. El resultado de estas acciones, atrajo la inversión extranjera en México.
Antes de que Porfirio Díaz se exiliara tras la Revolución Mexicana que inició 1910, impulsó obras públicas como el gran canal del desagüe, que va del oriente de la Ciudad de México hasta Zumpango. También autorizó la construcción de las colonias Roma y Condesa en la capital. Sin embargo, los aportes del porfiriato al México moderno superan la arquitectura, pues se enfocan en avances científicos, educativos y culturales.
El porfiriato y su sistema político
Durante el mandato del expresidente Benito Juárez, reelecto en 1867, se celebraron elecciones extraordinarias en 1872. Sebastián Lerdo de Tejada venció al general Porfirio Díaz en la urnas, pero su mandato duró de ese año a 1876, cuando el militar comenzó una campaña militar contra Lerdo de Tejada cuya victoria se concretó el 23 de noviembre en la Batalla de Tecoac.
Un punto clave para que Díaz ascendiera al poder fue el Plan de Tuxtepec, promulgado el 10 de enero de 1876 en Oaxaca, de acuerdo a los registros del gobierno. El documento destituyó a Lerdo de Tejada de su cargo, por lo que Díaz fue recibido con júbilo al llegar a la Ciudad de México y asumió la presidencia interina el 28 de noviembre de ese mismo año. Así comenzó el régimen más largo de la historia del país.
Los siguientes 34 años que duró el gobierno de Porfirio Díaz se caracterizaron por el crecimiento tecnológico y político del país. De acuerdo a los archivos históricos de la Universidad Nacional Autónoma de México, el expresidente profundizó la negociación y conciliación entre los miembros de su gabinete.
El sistema político que instauró Díaz Mori, centralizó el poder a un círculo exclusivo. La UNAM explica que estaba basado en el autoritarismo y controlaba el sistema electoral. Además, perfeccionó las relaciones entre el gobierno federal, los estados y los diferentes actores políticos simpatizantes del expresidente.
Los resultados de la política porfirista garantizaron la estabilidad suficiente para impulsar el crecimiento económico. Sin embargo, la democracia establecida en la Constitución de aquel entonces, las libertades políticas y la representación popular fueron suspendidas.
Aportes tecnológicos: ferrovías, telégrafos y sistemas eléctricos
Con la inversión extranjera en el país, el porfiriato consolidó avances tecnológicos, sociales y médicos en 34 años que sentaron las bases para el desarrollo moderno. El artículo en línea “El Porfiriato: la llegada de nuevos inventos”, publicado por La Secretaría de Educación Pública (SEP), destaca el gran canal del desagüe como una de las grandes obras urbanas. La construcción sacaba el agua del drenaje y la lluvia de la cuenca de México hacia el valle del Mezquital, lo que redujo las inundaciones.
La industria ferrocarrilera también tuvo un crecimiento acelerado. En 1884, México tenía cinco mil 731 kilómetros de vías. Para 1898 había aumentado a 12 mil 173 y, en 1910, se extendieron a 19 mil 800, que representan el 80% de la longitud total en la actualidad.
El sitio Ciencia UNAM explica que el tendido de líneas de telégrafos creció de siete mil a 68 mil kilómetros entre 1877 y 1907. Con ellos, la era telefónica se inauguró en el porfiriato y la primera de ellas conectaba al Castillo de Chapultepec con el Palacio Nacional. Al finalizar el siglo XIX, el país contaba con cinco mil teléfonos.
En cuanto a la electricidad, en 1890 fueron construidas cuatro plantas de vapor y 14 hidroeléctricas con capacidad para producir 22 mil kilovatios. Esta infraestructura se quintuplicó en los 10 años siguientes. Con este avance fue posible impulsar la red ferroviaria que iba en aumento.
Contribuciones arquitectónicas, educativas y culturales
Las obras más importantes del porfiriato fueron realizadas por arquitectos franceses e italianos. Según la Universidad Autónoma de Tamaulipas, el Palacio de Bellas Artes fue construido por Adamo Boari, con un estilo Art Nouveau y Art Decó. Aunque fue inaugurado el 29 de septiembre de 1934, la obra fue iniciada durante la presidencia de Díaz Mori. Una historia similar pasó con El Ángel de la Independencia al que los mexicanos conocieron en 1910 con motivo de la conmemoración del centenario de la Independencia de México.
Pese a la fascinación de Díaz Mori por la arquitectura, otras áreas de desarrollo vieron un auge en su mandato. La SEP menciona que las industrias del cine y el fonógrafo fueron apoyadas en este periodo. Además, el teatro y la música tuvieron un gran impulso con los recintos De la Paz en San Luis Potosí, Calderón en Zacatecas, Juárez en Guanajuato y Macedonio Alcalá en Oaxaca.
Respecto a la educación, Díaz Mori la modernizó con dos congresos Higiénico-Pedagógicos, donde se establecieron los métodos educativos, manuales escolares, contenidos de los programas de estudio y la división de los grados que tendría la primaria. Incluso en 1890 se inauguró la primera Escuela Normal para Profesoras. Este sistema académico había comenzado el 2 de diciembre de 1867, con la fundación de la Escuela Nacional Preparatoria.
El plan educativo durante el porfiriato estaba pensado para ambos sexos. La SEP muestra un cuadro comparativo de hombres y mujeres que estudiaban en preparatorias y escuelas superiores durante 1900. Había 730 alumnas y tres mil 394 varones inscritos en estas instituciones.
Los científicos y el positivismo del porfiriato
El porfiriato tenía un principal objetivo: alcanzar un desarrollo económico sin presidentes. Para lograrlo, Díaz Mori se rodeó de hombres cultos a quienes la historia llamó científicos. El historiador Felipe Arturo Ávila, en el “Estudio introductorio. Porfirio Díaz y el Porfiriato en el centenario de la Revolución”, publicado por la UNAM, identificó a José Yves Limantour y a Justo Sierra como los líderes de este grupo.
Los científicos se hicieron cargo de la aplicación de políticas públicas, y fueron quienes hicieron eficiente al gobierno porfiriano. En el grupo había políticos e intelectuales elegidos para legitimar la dictadura. Entre ellos destacan: Francisco Bulnes, Sebastián Camacho, Joaquín Diego Casasús y los hermanos Miguel y Pablo Macedo. Junto a ellos, Díaz Mori desarrolló el positivismo, ideología que tiene como fin el establecimiento de un orden en la sociedad.