La fuga de 30 reos del Centro Estatal de Reinserción Social (Cereso) No. 3 en Ciudad Juárez, Chihuahua, no sólo reveló la capacidad de organización de Los Mexicles, sino que también dejó en evidencia la participación de las autoridades locales con grupos criminales.
Una de las primeras evidencias de ello fue el potente arsenal que resguardaban los presos. Tan solo Ernesto Alfredo Piñón de la Cruz, “El Neto”, escondía en su propia celda armas provenientes de Estados Unidos, Rumania y la extinta Yugoslavia.
Sin embargo, los hallazgos no se detuvieron ahí, pues en recientes inspecciones de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del Estado fue hallado un gato color café, de la raza conocida como egipcia, que tenía un rasgo peculiar: estaba tatuado.
Al revisar al felino, los uniformados se percataron de que tenía múltiples marcas en la piel, pero una resaltó de las demás. Aparentemente, fueron miembros de Los Mexicles quienes tatuaron al animal, ya que uno de los símbolos que tenía en el costado izquierdo es la marca característica que indica la pertenencia a este grupo criminal.
Se trata de un águila real con la leyenda “Hecho en México”, similar al logotipo utilizado como parte de una campaña gubernamental nacida en 1978. Este distintivo es utilizado por Los Mexicles para reforzar la identidad mexicana de sus integrantes, pues aunque la banda se originó al sur de Estados Unidos, muchos de los que han estado en sus filas han sido migrantes deportados.
Hasta el momento no se ha reportado el estado de salud en que fue encontrado el gato. Tras ser rescatado, agentes de la dependencia lo llevaron al refugio de Rescate y Adopción de Mascotas del Municipio (RAMM) para recibir la atención necesaria.
Otro animal que encontraron los oficiales de la SSP en la prisión fue una serpiente, la cual estaba dentro de una caja de acrílico transparente.
Después de una primera intervención de la Fiscalía General estatal, la SSP tomó el control del Cereso No. 3 para inspeccionar las instalaciones.
Durante los operativos se percataron de la existencia de una puerta secreta que permitía la entrada y salida del penal con total libertad. El acceso estaba escondido tras un contenedor de basura y tenía aproximadamente 1,20 metros de altura por 80 centímetros de ancho. Según los reportes retomados por Borderland Beat, esta puerta estaba en un área exclusiva para el personal carcelario.
Hasta el momento se desconoce cuándo, cómo y quién construyó dicho acceso, el cual podría haber sido utilizado por los reos para esconder algunos objetos durante las auditorías.
Asimismo, fue encontrado un toro mecánico y una gran cantidad de aparatos eléctricos, desde televisores de plasma hasta refrigeradores industriales, hornos de microondas, bocinas, parrillas y ventiladores. Cabe destacar que, según los informes, no hay registro oficial del ingreso de ninguno de estos objetos.
Entre los lujos de los que gozaban Los Mexicles dentro del Cereso No. 3 se localizó un par de tenis, presuntamente de uno de los líderes, que aún contaba con la etiqueta que indicaba su precio: 19.500 pesos mexicanos.
Medios locales reportaron que, tras una reunión de la Mesa Estatal de Seguridad en Ciudad Juárez realizada en los patios de la prisión, personal del gobierno destruyó gran parte de los objetos decomisados utilizando una aplanadora. En un video quedó registrada la amplia variedad de aparatos a los que tenían acceso los presos del Cereso.
La fuga masiva del 1 de enero del penal de la ciudad fronteriza fue planeado por Los Mexicles como un intento por regresarle la libertad al “Neto”, su líder. Sin embargo, este murió apenas cuatro días después de su escape y perdió a su principal subalterno, “El Chilín”, durante el ataque al Cereso. “El Cubano”, quien figuraba como el tercero al mando del grupo, fue capturado el pasado 27 de enero, por lo que se desconoce quién asumirá el liderazgo de la banda.