Porfirio Díaz fue uno de los personajes más destacados de finales del siglo XIX e inicios del siglo XX en México. Y es que el expresidente de México fue uno de los mandatarios que más tiempo ha durado en el poder, pues su gobierno duró más de 30 años.
En la figura de Díaz hay opiniones encontradas, pues mientras algunas personas lo consideran uno de los presidentes que más progreso trajo a México, otras lo consideran un dictador tirano y opresor con el pueblo. Y es que durante el tiempo que Díaz estuvo en el poder, se benefició, de manera muy notoria, a la clase alta, mientras que a las personas de clase baja, se les explotó y minimizó.
Díaz fue un personaje que estuvo presente en varias etapas históricas de México. Por ejemplo, de joven, le tocó vivir la invasión de Estados Unidos a México, en una guerra que duró un par de años, en la que el país vecino de apoderó de más de la mitad del territorio mexicano. Incluso, Díaz se enlistó para ir a pelear contra los invasores, pero poco tiempo después la guerra terminó y no pudo luchar contra los estadounidenses.
Díaz mantuvo varios hábitos desde su juventud. Uno de ellos fue el de levantarse en la madrugada para realizar ejercicios de gimnasia y practicar natación, dos deportes que le gustaban mucho y que practicaba. Cuando ya se encontraba en el poder, a tempranas horas dictaba órdenes y secibía a sus ministros en Palacio Nacional, sede oficial de la presidencia. Cuando los asuntos públicos se lo permitían, salía de la Ciudad de México hacia Querétaro, Michoacán o Jalisco, para practicar una de sus actividades favoritas: la cacería.
Estudios de Porfirio Díaz
El nombre completo del expresidente era José de la Cruz Porfirio Díaz Mori, y nació en Oaxaca, en la antes provincia de Antequera, la noche del 15 de septiembre de 1830, y fue bautizado por su padrino José Agustín Domínguez, ese mismo día. Porfirio Díaz fue el sexto de siete hijos, del matrimonio entre José Faustino Díaz Orozco y María Petrona Cecilia Mori Cortés, quienes se casaron en 1808.
Díaz comenzó sus estudios en 1835, a los cinco años, cuando ingresó a la Escuela Amiga, institución educativa controlada por la parroquia de Oaxaca, donde aprendió a leer y escribir. Posteriormente, el padrino de Porfirio, José Agustín Domínguez y Díaz, quien era sacerdote y llegaría a ser Obispo de Antequera, recomendó a la madre de Porfirio que apresurara el ingreso de su hijo al Seminario Tridentino de Oaxaca.
En 1843, Díaz ingresó al seminario, comenzando con un bachillerato en artes. Durante tres años, estudió física, matemáticas, lógica, gramática, retórica y latín, y en esta última asignatura logró calificaciones altas, por lo que, ante la necesidad de conseguir dinero para su familia, empezó a dar clases de latín a Guadalupe Pérez, hijo del licenciado Marco Pérez, quien tenía una cercana relación con Benito Juárez.
Un día al terminar una de las clases, Marco Pérez invitó al joven Díaz a asistir a una entrega de premios, en el Colegio Liberal. Díaz aceptó y fue al evento donde conoció al entonces gobernador del estado de Oaxaca, Benito Juárez.
Al observar el trato abierto y respetuoso de Pérez y Juárez, y al escuchar discursos que hablaban de los jóvenes como amigos y los derechos del hombre, Díaz decidió abandonar el seminario e ingresar al Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca, en ese momento considerado herético. Tras esto, su padrino José Agustín, quien ya había sido nombrado obispo de la diócesis, le retiró su apoyo económico y moral.
A pesar de haber sido un alumno regular durante toda su carrera escolar, Díaz logró salir adelante en sus estudios de derecho, y a finales de 1850, se convirtió en profesor de ese mismo instituto. Díaz estudió derecho romano, materia que aprobó con la mejor calificación de su generación. En el Instituto tuvo como compañeros a Matías Romero y José Justo Benítez, y de 1852 a 1853 fue alumno de Benito Juárez en derecho civil.