Luego de la captura de Ovidio Guzmán en enero pasado, las especulaciones sobre quién ocuparía su lugar en el Cártel de Sinaloa (CDS) apuntaron a uno de sus hermanos: Jesús Alfredo Guzmán Salazar, alias “Alfredillo”. La influencia de este joven dentro de la organización criminal ha aumentado, de acuerdo con la Administración para el Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés).
Pedro Flores, el narcotraficante que facilitó información para procesar a Joaquín “El Chapo” Guzmán, señala a “Alfredillo” como el encargado de realizar entregas de cocaína con destino a EEUU. Esto genera aún más intrigas respecto a las actividades que desempeña para el Cártel de Sinaloa y el grupo delictivo conocido como “Los Menores” o “Los Chapitos”.
“Alfredillo”, junto con Joaquín, es el miembro más silencioso y discreto de los chapitos; sin embargo, tras el secuestro al que sobrevivió en 2016 a manos del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), fue difundida una selfie en la que aparece junto a la actriz Kate Castillo. Sería esta imagen la que lo expondría a más investigaciones que derivaron en acusaciones contra él desde una corte en EEUU.
El estratega del CDS que opera desde las sombras
El miembro más silencioso de la organización delictiva originada en Sinaloa, ha logrado mantener un bajo perfil. La DEA lo ubica en su lista de los 10 más buscados y establece que Alfredo Guzmán Salazar nació en 1983. Tiene 39 años y fue producto de la relación entre “El Chapo” con su primera esposa Alejandrina Salazar.
La DEA identifica su lugar de nacimiento en Culiacán, Sinaloa, pero se desconocen sus primeros años en esa entidad. Fue en 2012 que la entonces Procuraduría General de la República (PGR) anunció la detención de un hombre a quien confundieron con “Alfredillo”; con esto, se esfumaron las expectativas de construir un perfil claro del hijo de “El Chapo”.
Una de las primeras descripciones físicas suyas y sobre su papel en el Cártel de Sinaloa, la escribió Sean Peen en 2015, para la revista Rolling Stone. El actor aseguró que “Alfredillo” fue designado como escolta para llevarlo con su el Chapo Guzmán. También comentó que el entonces joven de 29 años era bien parecido y usaba un reloj de pulsera con más valor que algunos bancos centrales.
El encuentro que Joaquín Guzmán Loera, entonces líder del Cártel de Sinaloa, tuvo con los actores Kate Castillo y Sean Penn fue en octubre del 2015. Durante la reunión, “Alfredillo” se tomó una selfie con la actriz. Esta fotografía permaneció oculta durante casi un año hasta el 17 de agosto del 2016, cuando los medios de comunicación mexicanos difundieron la imagen.
La controversia de la selfie también generó preguntas sobre el papel del joven en la organización criminal de su padre. Los registros de la Secretaría de Marina lo identifican como uno de los principales dirigentes y elemento clave del cártel.
Además, los documentos del caso 1:09-cr-00383 en contra de Jesús Vicente Zambada Niebla el Vicentillo, en EEUU, a los que Infobae México tuvo acceso, identifican a “Alfredillo” como el coordinador logístico de la facción Guzmán-Loera para realizar entregas industriales de cocaína y heroína hacia aquel país. También fue el responsable de entregar grandes cantidades de dinero a su padre.
Otra evidencia contundente de la importancia de “Alfredillo”, fue la grabación telefónica de Pedro Flores, el distribuidor de droga a EEUU que ayudó a procesar a “El Chapo”. La conversación evidenció que Guzmán Salazar lideró una operación para traficar 20 kilos de heroína. También fue evidente que él se encargaba de establecer contacto entre Flores y el cártel.
“Alfredillo”, el prófugo con laboratorios de droga en Colombia
Aunque la cadena de mando de “Alfredillo” parece clara y goza de autoridad dentro del CDS, el 16 de agosto de 2016 fue secuestrado junto a su hermano Iván en Puerto Vallarta por “El Mencho”, líder del CJNG. Ambos hijos de “El Chapo” fueron liberados tras negociaciones.
Los informes de la Policía de México revelan que “Alfredillo” llegó a Medellín, Colombia para refugiarse de sus enemigos. El grupo criminal “La Terraza” lo ayudó a cruzar la frontera bajo un nombre falso y se encargaron de brindarle seguridad. Mientras tanto, comenzó la operación para montar un laboratorio de cocaína en las zonas más apartadas de Envigado.
Se estima que las instalaciones tenían la capacidad para producir 100 kilos de droga. Con el alias de “El Charro”, Guzmán Salazar caminaba libre por las calles de Medellín hasta que agentes de la Oficina Federal de Investigación (FBI por sus siglas en inglés) lo identificaron. Pasó varios meses escondido.
Las acusaciones contra “Alfredillo”
La DEA elaboró un perfil criminal de “Alfredillo”, donde aparece como un “miembro de alto rango” del Cártel de Sinaloa. La instancia estadounidense lo culpa por sobornar a funcionarios públicos corruptos y encabezar el transporte de narcóticos a lo largo del continente americano.
En el mismo documento, la DEA aseguró que “Alfredillo” ha ampliado sus operaciones con “sofisticados laboratorios de fentanilo en Culiacán”. Por las evidencias, el jurado federal del Distrito Norte de Illinois presentó en 2016 acusaciones contra él.
Las autoridades estadounidenses ofrecieron en 2021 hasta 5 millones de dólares a cambio de información que facilite su captura. En la actualidad, “Alfredillo” es acusado por los delitos de conspiración por posesión e intento de distribuir sustancias controladas, así como por conspirar para importarlas y exportarlas.