Del Templo Mayor a la Coyolxauhqui: estos son algunos de los tesoros más importantes del INAH, a 84 años de su fundación

El Instituto Nacional de Antropología e Historia fue fundado el 3 de febrero de 1939, por el entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río

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El Templo Mayor es uno
El Templo Mayor es uno de los descubrimientos más importantes del INAH. REUTERS/Henry Romero

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) es una dependencia de gobierno federal de México, dedicada a la investigación, preservación, protección, docencia y difusión del patrimonio arqueológico, antropológico e histórico de la nación. Fue fundada el 3 de febrero de 1939, o sea, este viernes se cumplen 84 años de su fundación, por el entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río.

Actualmente, el INAH coordina su trabajo a través de una Dirección General, de la que dependen dos secretarías, la técnica y la administrativa, tres escuelas, 48 bibliotecas, una Coordinación Nacional de Asuntos Jurídicos, la Dirección de Medios de Comunicación y, por medio de la Coordinación Nacional de Centros INAH, supervisa la realización de sus funciones principales y las actividades de los 31 Centros Regionales que posee el Instituto en los estados de la República Mexicana.

El INAH es responsable de alrededor de 110 mil monumentos históricos, construidos entre los siglos XVI y XIX (pues el patrimonio cultural datado a partir del siglo XX, está bajo el cuidado del Instituto Nacional de Bellas Artes), de más de 54 mil sitios arqueológicos, descubiertos hasta la fecha y también de los sitios paleontológicos, en el territorio del país. De esa enorme cantidad, solo 178 sitios arqueológicos y uno paleontológico están abiertos al público.

Bajo el cuidado del INAH, se encuentran algunos de los tesoros más importantes que se han encontrado en México. A continuación, mencionaremos algunos de los más destacados:

Coyolxauhqui

La piedra de Coyolxauhqui fue
La piedra de Coyolxauhqui fue descubierta por trabajadores de la extinta Luz y Fuerza del Centro.

El 21 de febrero de 1978, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, fue descubierto un monolito que reveló la asombrosa imagen de la diosa de la luna: Coyolxauhqui. Fueron trabajadores de la hoy extinta Compañía de Luz y Fuerza del Centro, que reportaron el hallazgo de lo que en aquel tiempo conformaba la esquina de las calles Guatemala y Argentina.

Hasta ese lugar se reportaron arqueólogos del INAH, quienes confirmaron que se trataba de la Coyolxauhqui. Actualmente se encuentra exhibida en el Museo del Templo Mayor.

Templo Mayor

Luego del descubrimiento de la Coyolxauhqui, se continuaron con excavaciones, pues la gran piedra fue descubierta a los pies de la escalinata principal del Templo Mayor, lugar en el que Axayácatl, sexto gobernante de Tenochtitlan y padre de Moctezuma II, la había depositado entre los años 1469 y 1481.

Tras el hallazgo, se delimitó un área de 40 mil metros cuadrados donde se puso en marcha una de las excavaciones arqueológicas más importantes y productivas del siglo XX: el Proyecto Templo Mayor.

Tesoro de Moctezuma

En 1981 fue descubierto un
En 1981 fue descubierto un lingote de oro, que habría pertenecido al llamado Tesoro de Moctezuma, que intentaron robar los españoles. (@Cuauhtemoc_1521)

En la llamada Batalla de la Noche Triste, en la que los mexicas derrotaron a los españoles, quienes salieron huyendo de Tenochtitlan, en 1520, los europeos lo hicieron con un botín de oro en forma de láminas, entre otras cosas.

El 13 de marzo de 1981, al norte de la Alameda Central, se halló en la ruta de fuga de los españoles, una barra metálica que fue bautizada como Tejo de Oro. Tras ser estudiado, hace cuatro años, en 2019, los resultados fueron dados a conocer por Leonardo López Luján, director del Proyecto Templo Mayor:

“Compaginando la información química, histórica, arqueológica e iconográfica, llegamos a la conclusión de que se usaron joyas mexicas para elaborar este lingote español y que esto habría sucedido entre el 8 de noviembre de 1519 y 30 de junio de 1520, es decir, entre la primera llegada de Cortés a Tenochtitlan y su huida en la llamada Noche Triste”, dijo.

Templo de Ehécatl

Las excavaciones realizadas para la construcción del metro fueron un parteaguas en lo que a descubrimientos arqueológicos se refiere. De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), las obras de esta red de transporte permitieron recuperar más de 20 mil objetos que datan de la prehistoria al siglo XX.

El Templo a Ehécatl fue
El Templo a Ehécatl fue descubierto durante las excavaciones para la creación del metro. (Foto: Twitter/@MetroCDMX)

Uno de los hallazgos más importantes en estas excavaciones, fue el templo dedicado a Ehécatl, en la estación del metro Pino Suárez. El adoratorio a Ehécatl, que es una de las manifestaciones de Quetzalcóatl como deidad del viento, se encuentra en las entradas del metro Pino Suárez, de la Línea 1 hacia el pasillo de correspondencia de la Línea 2, además de que se convirtió en la iconografía de la estación.

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