Corría el año 2006 cuando Felipe Calderón, envuelto en señalamientos de fraude electoral, tomó protesta como presidente de México, no obstante y al mismo tiempo, en el norte del país La Gerencia -como es conocida la alianza entre el Cártel de Sinaloa y el Cártel de los Beltrán Leyva- comenzaba a consolidarse y a posicionarse como la organización criminal más relevante de aquellos años.
La coalición de los grupos delictivos encabezados por Ismael “El Mayo” Zambada, Joaquín “El Chapo” Guzmán y los hermanos Beltrán Leyva les permitió controlar las rutas más importantes del tráfico de drogas en la frontera con Estados Unidos, no obstante, el crecimiento exponencial de La Gerencia no hubiera sido posible sin tener de aliado a un peculiar personaje de la política mexicana que actualmente se encuentra enfrentando un juicio en Estados Unidos: Genaro García Luna.
Por ello, de acuerdo con lo expuesto por el periodista J. Jesús Lemus en su libro El Licenciado, al haber ganado Felipe Calderón las elecciones presidenciales, Ismael “El Mayo” Zambada se reunió con Arturo Beltrán Leyva, alias El Barbas, en Culiacán, Sinaloa para buscar la forma de acercarse al mandatario panista con la finalidad de persuadirlo para que nombrara a Genaro García Luna como titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), tarea que los capos le encomendaron a Sergio Villarreal Barragán, mejor conocido como El Grande.
Ismael “El Mayo” Zambada, quien fue descrito por el periodista J. Jesús Lemus como un hombre de pocas palabras pero ideas concretas, propuso en aquella ocasión a su socio Arturo Beltrán Leyva que Sergio Villarreal Barragán, El Grande, se acercara a uno de sus parientes, quien curiosamente no solo militaba en las filas del Partido Acción Nacional (PAN) sino que formaba parte del círculo cercano del recién presidente electo Felipe Calderón.
Y es que, el cofundador del Cártel de Sinaloa sabía que el círculo de confianza del expresidente panista era reducido, sin embargo, quienes estaban dentro de él ejercían un alto grado de influencia sobre sus decisiones políticas.
De este modo, entre tragos de whisky, en la conversación saltó el nombre de Guillermo Anaya Llamas, quien además de desempeñarse en aquel entonces como Senador de la República por el Partido Acción Nacional (PAN), era cuñado del hermano de Sergio Villarreal Barragán y tenían una buena relación de amistad.
“Estaban organizando la fiesta de bautizo de su hija, cuyos padrinos serían Felipe Calderón y Margarita Zavala. El evento tendría lugar (...) el 25 de septiembre (...) en la ciudad de Torreón. En esa llamada, Guillermo Anaya invitó al Grande a la recepción que se ofrecería después del acto sacramental. Ahí tendría la posibilidad de hablar con el entonces presidente electo Felipe Calderón y con ello cambiar la historia de la relación del narco con el gobierno federal”, detalló el libro El Licenciado de J. Jesús Lemus.
¿Quién es Guillermo Anaya Llamas?
Guillermo Anaya Llamas nació el 2 de julio de 1968 en la ciudad de Torreón, Coahuila. Es licenciado en Derecho y tiene una maestría en Derecho Corporativo, ambos por la Universidad Iberoamericana.
Desde 1996 ha sido un miembro activo del Partido Acción Nacional (PAN), también fue consejero estatal y nacional. En 2007 fungió como secretario general del CEN de la bancada blanquiazul y ha contendido en al menos dos ocasiones por la gubernatura del estado de Coahuila abanderado por dicho partido político.
Dentro de los cargos públicos que ha desempeñado destacan Diputado Local Propiertario PAN (1996-1999), Diputado Federal Propietario PAN (2000-2002), Presidente Municipal de Torreón (2003-2005), Coordinador de la campaña de Felipe Calderón en el estado de Coahuila y Senador de la República (2006-2012).
En octubre de 2007, el entonces gobernador del estado de Coahuila, Humberto Moreira, acusó a Guillermo Anaya Llamas junto al senador Ernesto Saro Boardman y el presidente nacional del PAN, Manuel Espino, de tener vínculos con el narcotráfico. Dicha acusación fue negada por el entonces funcionario público quien exigió a Moreira que probara sus señalamientos o de lo contrario procedería a demandarlo penalmente.
En ese sentido, el Semanario Proceso publicó una columna en donde supuestamente se confirmaban los lazos familiares de Guillermo Anaya con un lugarteniente del Cártel del Golfo, no obstante, una demanda por difamación en contra del autor de dicho artículo dio el fallo a favor del militante del Partido Acción Nacional (PAN).
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