A más de tres años de su captura, este lunes comenzó el juicio en contra de Genaro García Luna en la Corte del Distrito Este de Nueva York, donde Joaquín “El Chapo” Guzmán fue condenado a cadena perpetua. Las autoridades estadounidenses acusan al exsecretario de Seguridad Pública de haber colaborado con el Cártel de Sinaloa para traficar múltiples toneladas de cocaína al país vecino.
Se trata del funcionario público mexicano de más alto rango que ha enfrentado un juicio en Estados Unidos. Cinco cargos pesan sobre García Luna, tres de ellos por narcotráfico, uno por permanecer de manera continua a una organización criminal y otro por falsedad de declaraciones.
De acuerdo con la justicia estadounidense, desde 2001 García Luna formó vínculos con el Cártel de Sinaloa, al cual ayudó a través de informes sobre operativos policiales. Sin embargo, no es el único funcionario identificado en esta red criminal. Al menos dos de sus colaboradores cercanos también fueron acusados de tráfico de drogas.
Por un lado está Luis Cárdenas Palomino (exdirector de Seguridad Federal de la entonces Policía Federal), y por otra Ramón Pequeño García (exjefe antidrogas de la misma corporación). Cada uno enfrenta tres cargos en Estados Unidos por distribución de cocaína en dicho país.
Cárdenas Palomino, “El Pollo”
Antes de dedicar su vida profesional a la seguridad pública y convertirse en el hombre de mayor confianza de Genaro García Luna, Luis Cárdenas Palomino, alias “El Pollo”, ya tenía una mancha negra en sus antecedentes penales.
El reportaje “El expediente secreto de Luis Cárdenas Palomino”, publicado por la periodista Anabel Hernández, dio cuenta de que en 1987 “El Pollo” confesó ser testigo de un triple homicidio junto con dos amigos y vecinos de la colonia Lindavista cuando tenía 18 años.
De acuerdo con la investigación, el 12 de agosto de 1987 Cárdenas Palomino, René Rosas y Octavio Navarro presuntamente cometieron los crímenes; uno de ellos contra un taxista “porque no tenían dinero para pagar el traslado de la colonia Guerrero a Lindavista”. Después de cometer el crimen, señaló el expediente, los responsables “se fueron tranquilamente a tomar unas cervezas y bailar a una discoteca en la Zona Rosa”.
Dos días después se giraron las órdenes de arresto contra los tres amigos, pero cuando iban a ser detenidos intervino el entonces comandante de la Policía Judicial, Pedro Rosales Quirzo, quien ordenó dar carpetazo al caso.
“Era un claro caso de tráfico de influencias, porque en aquel entonces la novia de Cárdenas Palomino era Teresa Rosales, hija de Rosales Quiroz”, detalló Anabel Hernández.
Al igual que Ramón Pequeño, Cárdenas Palomino comenzó su trayectoria profesional en el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN). En 1990 trabajó como miembro de la Policía Judicial del Distrito Federal, y ahí se le llegó a vincular con robos de vehículos y secuestros.
En 1993 comenzó a trabajar en la entonces Procuraduría General de la República (PGR, hoy fiscalía), donde se convirtió en el primer jefe del Grupo de Secuestros de la Unidad Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO).
“El Pollo’ quería un gran puesto, pero sus antecedentes criminales no le ayudaban mucho. En su historial había un expediente en la PGJDF por haber sido cómplice confeso de un triple homicidio. Así que decidió impulsar a su amigo Genaro García Luna”, describió Hernández en su libro “Los Señores del Narco” (2014, DeBolsillo).
“Cárdenas Palomino tenía derecho de picaporte en la PGR gracias a que su cuñado Humberto Castillejos era el coordinador de asesores de Macedo de la Concha, quien fue procurador general de la república”, refirió Hernández.
Palomino, a su vez, representó el vehículo perfecto para García Luna, pues él fungió como su nexo con Rafael Macedo de la Concha, ex procurador general de la República, ya que “El Pollo” estaba casado con Minerva Elizabeth Castillejos, hija del abogado Marcos Castillejos (ejecutado en 2008 en CDMX), quien era compadre de Macedo de la Concha.
La periodista describió la relación entre Pequeño y García Luna como “tirante”, pues ambos “sabían demasiado el uno del otro” y por lo tanto se sentían de alguna forma “atados”.
“Del equipo más cercano del secretario de Seguridad, él es a quién García Luna más le debe
“Los dos eran conscientes de que tarde o temprano uno iba traicionar al otro por mera supervivencia. La gran pregunta es quién lo hará primero”, describió la periodista de investigación.
Cárdenas Palomino se desempeñó como director general de Seguridad Privada, y luego como coordinador de Inteligencia para la Prevención del Delito y titular de la División de Seguridad Regional de la Policía Federal.
En 2001 se convirtió en el primer director general de Investigación Policial de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI). Durante el sexenio de Vicente Fox, el área de investigación de secuestros de la AFI se volvió una de las más activas bajo el mando de Cárdenas Palomino.
“Los súper policías de la AFI, inseparables todos de García Luna, formaron una especie de hermandad de la cual también fueron parte elementos de la PGJDF. En algunas oficinas del gobierno federal, la organización fue bautizada como ‘El Mega Cártel”, detalló la periodista.
Después de trabajar con García Luna en la AFI, el hoy juzgado en EEUU se llevó a “El Pollo” a la SSP Federal. Con la llegada de Felipe Calderón Hinojosa a la presidencia de México, asumió varios cargos dentro de la Secretaría de Seguridad Pública Federal, entre ellos la titularidad de Seguridad Regional y la coordinación de Inteligencia para la Prevención del Delito.
Por su trayectoria llegó a recibir varios reconocimientos por parte de los gobiernos de México, España y Estados Unidos. Sin embargo, en septiembre de 2020 un juez giró una orden de aprehensión en su contra por su presunta responsabilidad en el delito de tortura, concretamente por el caso de Israel Vallarta y la supuesta banda de secuestradores “Los Zodiaco”.
Actualmente se encuentra en el Centro Federal de Readaptación Social (CEFERESO) Número 1, mejor conocido como “El Altiplano”.
García Pequeño, el otro “brazo derecho” prófugo
Si bien Luis Cárdenas Palomino era considerado como “la mano derecha” de Genaro García Luna, también había otro funcionario que formó parte de su círculo cercano y con quien presuntamente colaboró para beneficiar al Cártel de Sinaloa. Se trata de Ramón Eduardo García Pequeño, quien ha sido señalado de supuestamente formar parte de la red criminal del “súper policía” mexicano.
Al igual que Palomino, Pequeño García enfrenta al menos tres cargos en Estados Unidos por conspiración para distribuir cocaína al país vecino. Es por ello que las acusaciones encontra de estos dos funcionarios podrían ser clave en el juicio contra García Luna, ya que permitiría conocer los vínculos entre integrantes del crimen organizado y funcionarios públicos de México.
Ramón Pequeño, al igual que Cárdenas Palomino, comenzó su trayectoria profesional como delegado del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), el cual se encargaba de alertar y establecer medidas de prevención, contención y disuasión de amenazas que vulneraran el territorio o la soberanía del país. Sin embargo, no fue sino hasta el sexenio de Vicente Fox (2000-2006) cuando su nombre comenzó a cobrar relevancia en la agenda de seguridad.
Según los autores del libro “Las Cinco Vidas de Genaro García Luna” (Siglo XXI, 2021), Guadalupe Correa-Cabrera y Tony Payan, Pequeño llegó a ser parte del círculo más cercano del “súper policía” desde la Agencia Federal de Investigación (AFI) en el gobierno de Fox Quesada. En ese entonces García Luna estaba al mando de dicha dependencia. A partir de ahí se formaría una alianza que se mantendría hasta la administración de Felipe Calderón (2006-2012).
De 2008 a 2009, Pequeño fue titular de la División de Seguridad Regional de la PF. Para ese tiempo, Genaro García Luna ya había sido nombrado como Secretario de Seguridad Pública por el expresidente Calderón Hinojosa, por lo que era una pieza clave en la llamada “Guerra contra las drogas”.
Al término de su gestión, García Pequeño encabezó la División Antidrogas de la PF hasta 2013, mientras que García Luna se despedía de los cargos públicos, pero no de sus nexoscriminales. Entre sus principales funciones se encontraba combatir a los cárteles del narcotráfico e inhibir el trasiego de drogas. Posteriormente, en el gobierno de Enrique Peña Nieto fue titular de la División de Inteligencia de la misma corporación, en la que se encargaba de monitorear las cámaras de seguridad de los centros penitenciarios.
Pero en julio de 2015, Joaquín El Chapo Guzmán -uno de los líderes del Cártel de Sinaloa- protagonizó una de las fugas más espectaculares de México. A través de un túnel de más de un kilómetro, el capo logró escapar del penal de “El Altiplano” en el Estado de México.
Por esta razón, Pequeño fue destituido de su cargo. Actualmente se encuentra prófugo de la justicia, luego de que el 6 de julio de 2021, un juez federal librara una orden de aprehensión en su contra por el delito de tortura, en relación al caso “Florance-Cassez”.
Vínculos con el CDS
El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha identificado a Cárdenas Palomino y Ramón Pequeño como dos colaboradores cercanos de García Luna. Según el expediente criminal 19-CR-576 de la Corte de Nueva York, los tres favorecieron y protegieron al Cártel de Sinaloa de diversas maneras a cambio de sobornos millonarios.
“Cárdenas Palomino y Pequeño García también eran funcionarios mexicanos de alto nivel encargados de hacer cumplir la ley, quienes trabajaron bajo las órdenes de García Luna durante esta época. Cada uno de ellos recibió millones de dólares en sobornos del cártel de Sinaloa”, se lee en el expediente.
De acuerdo con las autoridades estadounidenses, Pequeño y Palomino abusaron de sus cargos públicos al cometer actos en apoyo a las actividades del CDS, a cambio de altas cantidades de dinero. Entre los acuerdos se encontraba no interferir con los cargamentos de sustancias ilícitas que dicha organización criminal enviaba a EEUU.
Además, proveían información sensible sobre los operativos de seguridad en contra del CDS, con la finalidad de que sus miembros no fueran capturados y su estructura delictiva no se viera afectada. De igual manera, las autoridades del país vecino los acusan de colocar a funcionarios corruptos en posiciones de poder en los puntos controlados por dicho cártel.
Anabel Hernández dio a conocer en “Los Señores del Narco” que Joaquín Guzmán Loera, mejor conocido como “El Chapo”, tuvo la oportunidad de conocer directamente a los jefes de la AFI, es decir los hombres de mayor confianza de Genaro García Luna. Entre ellos, por supuesto, se encontraba Luis Cárdenas Palomino, que por entonces era director general de Investigación.
En 2019, la misma periodista dio a conocer que Sergio Villarreal Barragán, alias “El Grande” (expolicía ministerial que posteriormente formó parte del cártel de Los Beltrán Leyva), conoció en persona a Ramón Pequeño, según su declaración en una corte de Chicago en 2018. Lo anterior dejaría en evidencia los nexos del funcionario y la delincuencia organizada.
Es por ello que en 2020, Pequeño García fue acusado de tres cargos por conspirar en el tráfico de drogas, principalmente de cocaína, además de recibir cuantiosos sobornos del CDS, según se lee en el expediente F,#2019R00927, referente a la acusación levantada en el Tribunal del Distrito Este de Nueva York.
Si son declarados culpables de un cargo de conspiración de drogas, Cárdenas Palomino y Pequeno García podrían enfrentar una pena mínima obligatoria de 10 años de prisión y una máxima de cadena perpetua.
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