La madrugada del 5 de enero de 2023 el poblado de Jesús María, en Sinaloa, amaneció envuelto en llamas y bajo una intensa lluvia de balas por el operativo de las fuerzas federales para recapturar a Ovidio Guzmán López, alias El Ratón, hijo de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo.
Y aunque las acciones que permitieron aprehender al cabecilla de Los Chapitos fueron consideradas como una acertada participación de las Fuerzas Armadas y otras corporaciones de seguridad, aparentemente El Ratón habría cometido algunos errores que le facilitaron la tarea a los uniformados.
Un artículo escrito recientemente por el periodista Ismael Bojórquez, publicado en Ríodoce, enlistó las equivocaciones cometidas por Ovidio Guzmán y sus allegados frente a la extensa planeación del gobierno para detenerlo.
Primer error: no considerar la fecha
Los días y semanas contiguas a celebraciones como Navidad y Año Nuevo son particularmente atractivas para las autoridades, ya que en estas fechas, según consideró el comunicador, incluso los miembros de grupos criminales acostumbran estar en compañía de sus familias para festejar.
Por tal motivo, las organizaciones delincuenciales suelen “bajar la guardia”, factor que ha sido aprovechado tanto por el gobierno como por otras células delictivas, ya sea para ejecutar operativos o para “ajustes de cuentas”.
Uno de los eventos más recordados en la historia de la lucha contra el crimen organizado que responde a este modo de operar fue el asesinato de Marcos Arturo Beltrán Leyva, El Barbas, máximo líder de la dinastía criminal creada por él y sus hermanos.
El 11 de diciembre de 2009, las fuerzas especiales de la Armada Mexicana interrumpieron una fiesta en la que estaba el jefe de los Beltrán Leyva. Y aunque logró escapar, cinco días después fue sorprendido por casi 200 agentes de la Secretaría de Marina en la zona residencial de Cuernavaca donde se escondía. Tras horas de enfrentamiento, sucumbió al fuego de los uniformados.
Segundo error: la ubicación
El haber estado en su casa de Jesús María fue, de acuerdo con Bojórquez, uno de los mayores errores, pues la sindicatura cuenta con un solo acceso que es, al mismo tiempo, la vía de salida.
El Ratón habría estado más protegido en un entorno distinto, como en alguna comunidad localizada en alguna cordillera. La Tuna, un poblado rural sinaloense ubicado entre las montañas de la Sierra Madre Occidental, es uno de los ejemplos más cercanos mencionados por el periodista.
Otros jefes criminales, como Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, han optado por este tipo de zonas para resguardarse. Según reportes oficiales, el líder del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha utilizado la cadena irregular de montañas de la Sierra Madre Sur para esconderse.
Sumado a ello, Jesús María se ubica a sólo 48 kilómetros del cuartel de la Novena Zona Militar, desde el cual se desplegaron elementos para robustecer el operativo.
Tercer error: no saber de política
A consideración de Ismael Bojórquez, desconocer el contexto de la política mexicana fue una falla fundamental de Guzmán López para que las Fuerzas Armadas llegaran a él.
Como se ha sugerido en repetidas ocasiones, es poco probable que el operativo ocurriera días antes de la visita de Joe Biden a México por simple coincidencia. “Siempre que a México viene un alto funcionario de los Estados Unidos relacionado con la seguridad, el gobierno mexicano entrega una cabeza”, explicó el periodista.
En ese contexto, Ovidio Guzmán debió considerar que él, como cualquier otro miembro del CDS, era un blanco primordial y debía ocultarse hasta que el panorama se tranquilizara. “Pero el Ratón no sabe de política y parece que los encargados de su seguridad, tampoco”, escribió Bojórquez.
Cuarto error: exponerse ante el Ejército
Según el informe compartido por Luis Cresencio Sandoval, titular de la Secretaría de le Defensa Nacional (Sedena), las autoridades llevaban más de seis meses planeando la captura de Ovidio Guzmán. Aquel día, elementos de la Guardia Nacional habrían observado varias camionetas con blindaje artesanal en las que viajaban sujetos armados. Ante la petición de detenerse, estos agredieron a los oficiales.
Fue a raíz de ello que se estableció un perímetro de seguridad y se logró ubicar el domicilio del cabecilla criminal.
Con helicópteros y un grupo de Infantería que habría entrado a la propiedad sin obstáculo alguno, las Fuerzas Armadas se enfrentaron a un muy expuesto Ovidio Guzmán que, a pesar de contar con cuerpo de protección, nada pudo hacer.
“Cuando la escolta de Ovidio y sus anillos de seguridad reaccionaron, ellos estaban adentro de la casa. Por eso las manchas de sangre en el patio y los cientos de cartuchos percutidos”, detalló el reportero.
De esta manera, la caída en manos de la justicia del Ratón no habría sido producto únicamente de las labores de inteligencia de las Fuerzas Armadas, sino también de los múltiples descuidos del hijo del Chapo.
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