Durante el primer día del juicio en su contra, Genaro García Luna se limitó a permanecer sentado, observar a las y los candidatos para integrar el jurado, hacer algunas notas e incluso sonreír.
Este 17 de enero inició lo que podría ser un hecho histórico, pues el exsecretario de Seguridad Pública será el exfuncionario mexicano de más alto nivel en ser juzgado en un tribunal de Estados Unidos.
La primera jornada del proceso, como es común, estuvo dedicada a entrevistar a las y los aspirantes para conformar el jurado que determinará, al término de las audiencias, si el acusado es culpable o no.
No obstante, en el juicio contra García Luna hubo una amplia variedad de motivos por los que las y los candidatos se justificaron para no ser incluidos en la lista final del cuerpo colegiado.
Información proporcionada por el periodista Ioan Grillo, nacido en Inglaterra y radicado en México, destacó que la mayoría de las personas preseleccionadas entraron al interrogatorio individual con gran nerviosismo y ansiosas “por salir lo más rápido posible”.
Es pertinente especificar que, para este proceso, la Corte recibió previamente una lista de 400 posibles prospectos. Tras una primera depuración, el 13 de enero la Fiscalía estadounidense y la defensa de García Luna entregaron una lista de candidatos aceptables y una más de quienes debían ser rechazados, según sus consideraciones.
Las comparecencias individuales que iniciaron el 17 de enero tienen como objetivo indagar qué tanto conocen del caso y, principalmente, qué tan imparciales son al respecto. Una de las justificaciones más llamativas para excluirse del jurado provino de una mujer que, entre lágrimas, confesó: “Las personas involucradas me parecen alarmantes”.
Algunas personas expusieron que ya tenían vacaciones programadas para las fechas en las que se desarrollará el juicio, mientras que otras justificaron su posible ausencia por desempeñar labores de cuidado a niños y adultos mayores.
Incluso hubo un sujeto, de acuerdo con el periodista que estuvo presente en la Corte de Brooklyn, que dijo que preferiría mantenerse al corriente con sus clases de artes marciales.
Durante la extensa jornada de entrevistas con los candidatos resultó sobresaliente la cantidad de personas que, de manera explícita, dijeron estar en contra del combate al narcotráfico. En este sentido, algunos más expresaron su desconfianza en las fuerzas de seguridad y en los testimonios de los agentes.
“La guerra contra las drogas es algo imposible de ganar”, dijo uno de los interrogados. “Históricamente, el gobierno lo ha usado para subyugar a cierta clase de personas”, dijo otro. “Todo debería ser legal”, consideró alguien más, de acuerdo con Ioan Grillo.
Sumado a esto, en repetidas ocasiones se hizo referencia a la falta de confianza en los testigos que declararán en contra de García Luna, específicamente narcotraficantes condenados como podrían ser Édgar Valdez Villarreal, alias La Barbie, o Sergio Enrique Villarreal Barragán, alias El Grande.
Los reportes periodísticos mencionaron que el Tribunal excusó a varias personas de cumplir con esta labor luego de que admitieran, con total transparencia, que no podrían dar un veredicto justo.
Cabe mencionar que, cuando una persona es seleccionada como integrante del jurado para un juicio en EEUU, su presencia es de carácter obligatorio. En caso de no acudir puede ser sancionada con una multa y hasta con cárcel. En el caso específico de Nueva York, a las y los miembros de este cuerpo colegiado se les pagan 50 dólares por cada día de asistencia, una cantidad muy por debajo del salario mínimo en la ciudad, que es de 15 dólares por hora.
SEGUIR LEYENDO