Genaro García Luna solía ser el hombre a cargo de la seguridad en la Guerra Contra el Narco. Su sueño de niño era ser futbolista, pero desde temprana edad inició con actividades de espionaje, en las calles del entonces Distrito Federal. Ese acercamiento con la delincuencia y los agentes policiacos lo alejó pronto de su sueño de la infancia.
A lo largo de su carrera estuvo al frente de distintas instancias de seguridad, en algunas accedió a documentos confidenciales que usó a su favor.
Su ascenso meteórico y la fortuna que amasó en poco tiempo, despertó sospechas de nexos con el narco que se intensificaron en 2019, tras su captura. Este martes inicia su juicio, uno de los más esperados por la información que podría revelarse sobre sus cómplices, pero ¿quién es García Luna y por qué enfrenta a la justicia en EEUU?
García Luna y sus primeros pasos en instituciones de seguridad
Según el escritor, Francisco Jiménez Cruz, autor de García Luna, el señor de la muerte, el exfuncionario nació en Michoacán el 10 de julio de 1968. Fue registrado como Genaro García Luna en el entonces Distrito Federal un año después. Sus padres huyeron de esa entidad a mediados de 1960, aunque se desconocen las razones de su migración.
La historia de García Luna con el crimen organizado y dependencias de seguridad comenzó en la alcaldía Venustiano Carranza. A los 11 años, soñaba con ser futbolista; pero a esa edad se convirtió en un espía para la extinta Dirección Federal de Seguridad. El trabajo del chico era identificar a comerciantes ricos para luego ofrecer esos datos a los agentes, quienes los asaltaban y extorsionaban, contó en su momento a Infobae México Jiménez Cruz.
Fue en la Navidad de 1987 que el joven García Luna de 19 años debutó, aunque no lo hizo en una cancha de fútbol como había soñado; sino entre las bandas delictivas de la colonia Romero Rubio, donde robó 250,000,000 de pesos de aquella época, de acuerdo con el escritor.
El atraco quedó impune, el “Chango” García Luna, como lo apodaban por su brutalidad, logró evadir la prisión debido al silencio de su familia respecto al crimen y el trabajo de su abogado. Años después se tituló como Ingeniero Mecánico en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En 1989, había presentado sin éxito exámenes para ingresar a la Policía Judicial Federal. Eso no lo detuvo, pues fue reclutado para ser agente del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen). Uno de sus fundadores, Jorge Tello Peón avaló a García Luna en 2006 para ocupar la Secretaría de Seguridad con el entonces presidente de México, Felipe Calderón.
“El Topo” del espionaje y la manipulación
En sus primeros años en el Cisen, el ingeniero informó las actividades de los grupos guerrilleros en México, luego se especializó en las fuerzas antisecuestros. El éxito de García Luna, además de su aptitudes para la investigación, se debe a que usó secretos sucios de funcionarios para asegurar su posición. Esos documentos, según Jiménez Cruz, permitieron su permanencia en el servicio público, mientras labraba sus nexos con el narcotráfico, delito por el cual está acusado en EEUU.
En su libro, Jiménez Cruz revela que Joaquín el “Chapo” Guzmán, en ese entonces cabecilla del Cártel de Sinaloa, conocía al exfuncionario como el “Topo”, por su habilidad para escarbar en los secretos sucios y oscuros de la clase política en México.
Durante el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León, en 1999, García Luna se incorporó a la hoy extinta Policía Federal Preventiva (PFP). Se repitió la historia en 2000, cuando fue nombrado Coordinador de Inteligencia para la Prevención de la PFP. Este último cargo fue crucial para que pudiera asegurarse nuevas conexiones con los políticos y destruir las carreras de quienes no lo favorecieron.
Por órdenes de sus superiores en la PFP, García Luna se encargaría de desmontar y destruir los expedientes peligrosos, estratégicos o informes de alta clasificación. Sin embargo, usó algunos para controlar a políticos influyentes que eran un obstáculo para él o para el partido en el poder.
El libro García Luna, el señor de la muerte, registra cómo el exfuncionario actuó de esa forma con Manlio Fabio Beltrones Rivera, quien movía los hilos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la Cámara Baja del Congreso de la Unión.
Uno de los escándalos más sonados en la carrera de García Luna sucedió en 2005. Como titular de la Agencia Federal de Investigación (AFI), encabezó un operativo para entrar a un rancho conocido como Las Chinitas, en Cuernavaca, Morelos. En el sitio, detuvo a la banda de secuestradores conocida como “Los Zetas”, además de su líder Israel Vallarta y su pareja sentimental, Florence Cassez. La francesa declaró desde prisión que todo era un montaje y acusó a García Luna de fabricar el arresto.
García Luna y Felipe Calderón
En 2006, el expresidente Felipe Calderón designó a García Luna como secretario de Seguridad Pública Federal. Su desempeño fue considerado tan eficiente por sus superiores que lo apodaron el “súper policía”. Sin embargo, las sospechas sobre García Luna y sus nexos con el crimen organizado ya figuraban desde que estaba en la AFI y fueron más constantes en el sexenio del 2006 al 2012.
Un hecho violento que cerró la administración de Calderón, en 2012, fue la balacera en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde murieron tres policías. Genaro García Luna, quien lideró el operativo de la Secretaría de Seguridad federal, durante el conflicto reconoció que los uniformados asesinados estaban involucrados con cárteles del narco.
Las sospechas se confirmaron hasta el 10 diciembre de 2019. García Luna fue arrestado en Texas, EEUU, acusado de usar su puesto para favorecer al Cártel de Sinaloa desde el 2001 a cambio de sobornos multimillonarios. Por ejemplo, entre 2002 y 2007, habría colaborado en al menos seis cargamentos con más de 50,000 kilos de cocaína.
La Fiscalía General de la República (FGR) informó en junio de 2022 que había obtenido tres órdenes de aprehensión en contra de Genaro García Luna. Se le acusa de los mismo cargos más el de tráfico de armamento durante la operación “Rápido y Furioso”.
Otro revés para García Luna fueron las declaraciones del narcotraficante Jesús “El Rey” Zambada. Durante el juicio de EEUU contra “El Chapo” en 2019, Zambada aseguró que pagó tres millones de dólares a García Luna. El soborno era para asegurar que apenas llegara a su cargo como secretario en el gobierno del presidente Felipe Calderón, nombrara a un jefe de la policía en Culiacán que fuera aliado del Cártel de Sinaloa. El hermano del Mayo también reveló que García Luna presuntamente se “embolsó” al menos 50 millones de dólares por parte de otros grupos de narcotraficantes para garantizar su seguridad.
El 7 de octubre del 2020 tuvo su cuarta audiencia ante el juez Brian Cogan, en la Corte Federal de Brooklyn, Nueva York, es el mismo que juzgó al “Chapo”. El ex secretario se declaró no culpable de los cinco cargos que se le imputan, cuatro de ellos por narcotráfico (tres por tráfico de cocaína, empresa criminal continua y falsedad de declaraciones).
Después de seis retrasos para celebrar el juicio (uno fue debido a la pandemia del Covid; cuatro, por petición de la defensa para preparar el caso y uno más para elegir al jurado), el juez Cogan fijó el 17 de enero como la fecha para continuar con el proceso. Además detalló que contarán con la protección del Servicio de Alguaciles de Estados Unidos durante el periodo que dure el proceso.
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