Falta de sueño y comer en exceso: los efectos del estrés en los animales salvajes

Los animales salvajes experimentan el estrés de manera física y mental, estos efectos pueden ser duraderos dependiendo de la especie. Al igual que los seres humanos, las especies realizan una serie de acciones para tratar de controlar este sentimiento.

Vivir en la naturaleza conlleva un constante estrés para los animales, pues se enfrentan a múltiples desafíos y situaciones que ponen en peligro su vida. De acuerdo con información de National Geographic, este trauma proviene de aspectos como si tendrán comida suficiente para sobrevivir, se convertirán en la presa de otro animal o las actividades que realizan los humanos.

El estrés genera en los animales problemas para dormir; en su alimentación, algunos comen en exceso para tratar de calmar los síntomas y, en ocasiones, este estado lo llegan a transmitir a otros integrantes de sus grupos.

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Barret Klein, entomólogo de la Universidad de Wisconsin-LaCrosse, explicó en entrevista para NatGeo que el no poder dormir genera en algunos mamíferos una situación de estrés y, a largo plazo, podría ser dañino para la salud de estos animales.

Este problema también se ha registrado en insectos como las moscas. En el estudio “El Aislamiento social crónica señala la inanición y reduce el sueño”, encabezado por Wanhe Li y Michael W. Young, académicos de la Universidad Rockefeller, se demostró que esta especie durmió menos y comió más cuando sufrieron aislamiento social.

Los académicos explicaron que el aislamiento social tiene efectos directos en la salud pública y sugirió que la calidad del sueño es un factor clave en estos casos.  La conclusión a la que llegaron es que este tipo de soledad reduce el sueño y genera que las especies consuman más alimentos.

Según NatGeo, este fenómeno también afecta a las mariposas, las que no alcanzan a dormir bien llegan a poner sus huevecillos en las plantas equivocadas.

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Klein explicó en la misma entrevista que las abejas que no duermen bien, tienen problemas al momento de realizar su danza del meneo, este movimiento que tiene el objetivo de fungir como GPS para el resto de la colonia se hace de forma incorrecta y podría mandar a las demás hacia otro lugar.

La investigadora de la Universidad Estatal de Oregón, Scott Heppell, explicó para la misma revista que los animales no reaccionan de la misma manera al estrés que los humanos, pero sí tienen cierto tipo de respuestas cuando se exponen a esta especie de estímulos.

“Podría decir que otros animales tienen respuestas algo análogas. Algunos pueden llegar afectar el rendimiento de sus hijos”, detalló sobre cómo es que se “hereda” el estrés de los padres a sus crías.

Este aspecto quedó demostrado en la investigación “Plasticidad específica del sexo a través de las generaciones II: los efectos del abuelo son específicos del linaje y del sexo”, en donde la investigadora Jennifer K. Hellmann junto a su equipo de trabajo detalló que los pequeños peces espinosos pueden transmitir sus traumas a sus bebés.

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Aunque no encontraron el motivo por el que a ciencia cierta se dé este fenómeno, detallaron que las crías de hembras espinosas que estuvieron expuestas a depredadores durante su vida tuvieron hijos ansiosos.