¿Por qué la comunidad LGBT+ sufre más ansiedad que otros grupos?

En América Latina las personas con una orientación sexual diferente a las demás llegan a ser atacadas o incluso discriminadas, razón por la cual los que son parte de la comunidad LGBT+ suelen vivir con miedo o incluso llegan a pensar en el suicidio

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La comunidad LGBT+ sufre tres
La comunidad LGBT+ sufre tres veces más problemas psicológicos que los heterosexuales. (skynesher/E+/Getty Images)

La discriminación, el aislamiento, la humillación, el acoso, la estigmatización, la homofobia, la marginación social, la violencia verbal y física: la comunidad LGBT+ enfrenta a diario prejuicios que otros grupos no sufren. Ese ambiente hostil acumula una serie de factores de estrés adicionales.

Como consecuencia, la salud mental se ve afectada: tres veces más problemas psicológicos que los heterosexuales, desde ansiedad hasta depresión, pasando por trastornos alimentarios, son el costo que los prejuicios imponen a las minorías sexuales y de género. El rechazo familiar y los delitos de odio son sólo hitos en una larga concatenación de temores que cotidianamente rondan a las personas que no responden a las normas patriarcales.

A veces los síntomas son tristeza o frustración; otras veces pueden llegar a la autolesión o el suicidio.

Las actitudes pueden variar dependiendo del país, ya que tanto la cultura como la educación generan distintos comportamientos que intervienen en los análisis. Sin embargo, un hecho se repite más allá de las diferencias: la comunidad LGBT+ sufre más ansiedad que otros grupos. Se trata de un sentimiento de alarma seguido de reacciones fisiológicas y perspectivas de miedo y malos presagios.

Ansiedad y depresión, las peores en EEUU

Desde ansiedad hasta depresión, pasando
Desde ansiedad hasta depresión, pasando por trastornos alimentarios, las consecuencias de la discriminación se hacen sentir. (EP)

Un estudio reciente de las universidades estatales de Michigan y de Ohio comparó la salud mental y física de los estadounidenses bisexuales y homosexuales con las de los heterosexuales.

Con datos de las Encuestas Nacionales de la Salud y entrevistas realizadas entre 2013 y 2018, desglosó datos de angustia psicológica, depresión, ansiedad, salud física autoevaluada y limitación de la actividad según las generaciones. Se esperaba encontrar que, con el paso del tiempo, el sufrimiento mental decayera.

Sin embargo, las tasas crecieron: “Para la generación boomer, las personas homosexuales y lesbianas tienen un 150% más de probabilidades de experimentar ansiedad y depresión que las personas heterosexuales. Para bis es el mismo 150% de ansiedad, pero con 250% de tasa de depresión”.

En cuanto a los millennials lesbianas y gays, “el margen de ansiedad es del 200% y la depresión del 250%”, agregó el estudio. Para sus pares bi, “esas cifras son 300% y 380 por ciento”.

Los autores del estudio señalan que los adultos que alcanzaron la mayoría de edad en los años 1950, 1960 y 1970 “experimentaron durante toda su vida eventos socioculturales discriminatorios en relación con las personas que alcanzan la mayoría de edad en la actualidad, con fuertes implicaciones probables para la salud”.

“Del mismo modo, aquellos que vivieron los disturbios de Stonewall de 1969, la crisis del VIH/sida de la década de 1980 y el subsiguiente movimiento de liberación gay probablemente se vieron afectados por esta agitación social (y discriminación absoluta) de manera profunda”, mencionaron.

Homofobia, la ansiedad de México

Los síntomas pueden ser tristeza
Los síntomas pueden ser tristeza o frustración; otras veces pueden llegar a la autolesión o el suicidio. (Reuters)

En México, el 80% de la población LGBT+ ha sufrido alguna agresión, según un estudio de 2013. Una vez superado, la consecuencia pincipal es el miedo de volver a sufrirlo.

En La ansiedad como causa negativa de las experiencias homofóbicas, David Jiménez Rodríguez, Jesús Baca Salinas y Lynnet G. Reyes Mendoza se plantearon como objetivo “evaluar el impacto de experiencias homofóbicas y su influencia en el sujeto, de tal modo que origine un cuadro de ansiedad”.

Uno de los factores que se destacan es la falta de aceptación de la propia orientación sexual, derivada del rechazo social. “Uno de los principales problemas es el aislamiento” dijo Diana Cover, directora de Te Queremos Escuchar, a la agencia EFE. “Al no poder vivir su sexualidad, la personas de la comunidad LGBT+ sufren abandono, y eso lleva a una ansiedad extrema y depresión que deriva en otros problemas de salud”.

Un estudio de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), realizado en 2009, reveló que el 62 % de los adolescentes LGBT+ mexicanos han tenido alguna vez ideas suicidas, contra 45,9 % de los heterosexuales, y que 31,5% han intentado suicidarse, contra 15,6 por ciento.

Se trata de muchas personas: el primer censo oficial sobre la comunidad, una encuesta nacional realizada por el Inegi, reveló que cinco millones de mexicanos mayores de 15 años son LGTB+, o el 5,1% de la población. De ellos, 4,6 millones se presentaron como lesbianas, bisexuales, pansexuales, asexuales o demisexuales, y 909.000, como transgénero.

La salud mental de los más jóvenes

En México, el 80% de
En México, el 80% de la población LGBT+ sufrió alguna agresión y el 62% de los jóvenes del colectivo pensó en el suicidio. (EFE)

En los Estados Unidos, The Trevor Project es una organización sin fines de lucro para prevenir las crisis de angustia y los suicidios de jóvenes LGBT+. Tiene la única línea de ayuda 24 horas, The Trevor Lifeline, que atienden consejeros formados para manejar las situaciones más delicadas. Desde hace cuatro años realiza una Encuesta sobre la Salud Mental de los Jóvenes LGBT+ y halló un incremento del pensamiento suicida entre los adolescentes.

A partir de entrevistas a casi 34.000 jóvenes LGBT+ de 13 a 24 años —el 45%, además, pertenecientes a minorías étnicas y el 48% transgénero o no binario— encontró que algunos factores son particularmente estresantes: “El riesgo de suicidio único que enfrentan los jóvenes LGBT+, las principales barreras para la atención de la salud mental y los impactos negativos del COVID-19 y la implacable legislación anti-transgénero”.

Entre los resultados se destaca que el 45% de los jóvenes LGBT+ consideraron seriamente intentar suicidarse en el último año y que el 60% de aquellos que buscaron atención de salud mental en el último año no pudieron obtenerla. También que los jóvenes con un alto apoyo social de su familia tenían una tasa de menos de la mitad de intento de suicidio que quienes sentían apoyo moderado o bajo.

Algo similar se verificó con respecto a la la educación y la socialización: los adolescentes de la comunidad LGBT+ cuya escuela aceptaba su orientación mostraron las tasas menores de intentos de suicidio.

Consecuencias de las burlas y el rechazo

Las personas bisexuales o inseguras
Las personas bisexuales o inseguras de la orientación sexual tienen una prevalencia mayor de trastornos de ansiedad.

La investigación Orientación sexual y trastorno de ansiedad social: una revisión sistemática, que realizaron en 2017 Adalberto Campo Arias, José Luis Vanegas García y Edwin Herazo, se enfocó en el trastorno de ansiedad social (TAS) a causa de las burlas o el rechazo de la sociedad hacia las personas del colectivo LGBT+.

Las TAS “se caracteriza por marcada aprensión o temor en interacciones o situaciones sociales en las que se puede ser evaluado o juzgado”, razón por la cual la víctima vive en estado de alerta y miedo. El estudio analizó investigaciones de 20 años almacenadas en la Biblioteca Virtual en Salud, Medline, PsycArticles y Scopus, bases de datos en español, inglés y portugués.

“Las personas no heterosexuales estigmatizadas afrontan un mayor nivel de estresores sociales”, concluyeron los científicos. “Este complejo estigma-discriminación se asocia a dificultades en el control de las emociones, dificultades en las interacciones interpersonales y sociales y procesos cognitivos que incrementan el riesgo de malestar emocional”.

El trabajo destacó el caso particular de “las personas bisexuales o inseguras de la orientación sexual”: tienen una prevalencia mayor de TAS. “Es posible que la incongruencia esperada entre el género y orientación sexual sea menos comprendida en el contexto social de las personas bisexuales (o inseguras)”, analizaron los autores. “Además de afrontar con los principios sociales heteronormados que enfrentan gays y lesbianas, las personas bisexuales tienen que luchar contra el complejo estigma-discriminación asociado a la bisexualidad, en particular la negación de esa condición, la necesidad de decidir entre la heterosexualidad y la homosexualidad, las dificultades en la construcción de una identidad sexual y menos apoyo social de otras personas no heterosexuales”.

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