Las palabras de Florencia Mascheroni, una empleada administrativa de Nimbus, fueron claves en el procesamiento que dictó la semana pasada el juez federal de Lomas de Zamora Federico Villena. Su testimonio sirvió para describir, desde adentro, cómo se movía la financiera que comandó Ivo “El Croata” Rojnica, un personaje central para el Gobierno en el alza del dólar blue antes de las elecciones generales.
“Hemos tenido días de retiro de 500 mil dólares totales. En pesos me acuerdo más que nada en lo visual porque era mucha cantidad. No puedo decir un monto específico. Me habló de más de 10 millones de pesos por día que se movían, podremos haber tenido días de un poco más o un poco menos, lo mismo con los dólares”, detalló. “El pez gordo, como se dice, era evaluado por ellos. Las cosas grosas, problemas y demás siempre era tema de reunión entre ellos tres, Federico, Ivo y Jonathan”, afirmó.
La joven aseguró que su jefe era el titular de “un montón de sociedades afuera”. “Yo creo, no puedo decir con seguridad, que ni Fede ni Ivo tenían declaradas las cuentas acá en Argentina. Sé que el director final de las sociedades estas era Ivo”, dijo. También confirmó sus vínculos con Emanuel García, un condenado en la causa de narcotráfico Bobinas blancas por el manejo de bitcoins, al que describió como un “mano larga”.
En un momento, recibieron la orden de borrar todos sus teléfonos. Un detalle: la joven también trabaja en negro. “Nimbus, que era un nombre de fantasía, no estaba registrada y nosotros tampoco estábamos registrados como empleados, hacía cambios de compra y venta de dólares, en muy pocas veces, de algún cliente que viajaba, de euros y de uruguayos. Muchas veces se prometió que iban a tratar de ponernos en blanco y demás, por el tema de los aportes nosotros siempre tratamos de lograrlo pero nunca se llevó a cabo”, afirmó.
Rojnica y su socio, Federico Pulenta, quedaron procesados la semana pasada con prisión preventiva y arresto domiciliario por los delitos de lavado de activos y asociación ilícita. Se les trabó un embargo sobre sus bienes hasta cubrir la suma de 100.000 millones de pesos, una cifra récord. Otro grupo de personas fueron procesadas como miembros de la banda. Y hay un prófugo que armaba las sociedades en el exterior: Jonathan Rivas Fuentes, autoridad de la sociedad DCDB Group, una consultora de servicios financieros que abría cuentas en el exterior.
“A partir de los elementos probatorios recolectados se constató que la organización investigada concretó al menos 4.763 transferencias de dinero por una suma 348.196.900 dólares. Para ello utilizaron diferentes sociedades, ocultando el origen ilícito de los fondos puestos en circulación en el mercado”, sostuvo el juez Villena en su resolución, de casi 400 páginas.
Al dictar el procesamiento, el juez se declaró incompetente y mandó el caso a Comodoro Py 2002, donde el día del alza del blue se abrió una investigación en el juzgado de Marcelo Martínez De Giorgi. Esa decisión aún no quedó firme y por eso todavía no se hizo el traslado. Pero se descuenta que el caso se remitirá en los próximos días. Será allí, en la Cámara Federal porteña, donde se revise el fallo que dictó Villena.
Las maniobras quedaron detalladas en distinta prueba de una investigación que duró cinco años, que incluyó escuchas telefónicas y hasta el secuestro de una libretita en los allanamientos. Pero también en el testimonio de una empleada: Florencia Mascheroni.
En la declaración a la que accedió Infobae, la joven contó cómo llegó a la financiera a trabajar. Empezó como recepcionista, pero al poco tiempo la pasaron al área administrativa. Fue Federico Pulenta quien se lo ofreció. “Le dije que sí porque quería crecer, que no sabía nada de lo que se trataba pero que si me preguntaba a mí no tenía problema. Arranco a laburar con ellos en la parte interna, me empiezan a capacitar. Los chicos me dan unos formularios de banco donde ellos me pasaban los datos de sociedades o clientes donde yo tenía que completarlo, llenar los formularios en la compu y bueno, obviamente, se los mandaba a Ivo en realidad. Y esos formularios, después, según entiendo, eran enviados a J.R., él era el que terminaba de dar el visto bueno para ver si estaba todo ok con la empresa o persona física”, detalló.
“En los formularios, los datos de nuestra empresa ya estaban llenos y yo completaba con la información de los clientes”, apuntó. “Así empecé, con esos formularios, yo mandando por correo al de Ivo, ahí es donde digo que tuve contacto con Jonathan porque al tiempo me habían pedido que al primer mail donde yo mandaba el formulario que lo copiara directamente a Jonathan”, detalló.
“A veces venía Ivo y me decía que iba a pasar un cliente, que preparáramos pesos o dólares y los buscaba. La financiera cambiaba mayormente dólares, menos euros y algún que otro uruguayo. Yo no tenía ningún poder de decisión. Me decían, ‘entregá tanta plata a tal persona’ y yo cumplía. Yo preparaba lo que me ordenaban. Sea un envío, sea un retiro, pero yo ahí obedecía a alguien. Jamás tome una decisión. Después de salir de lo de bancos, yo por decisión propia decidí tener solo una tarea, estar más tranquila”, afirmó
En las operatorias en el exterior, la testigo afirmó que “las cuentas de afuera no son eternas, se usan por un período”. “Jonathan era la única persona que asesoraba a Ivo por estos temas. Las cuentas podían durar dos meses y, la que iba bien, como un montón estaban en funcionamiento 2, 3 años. Como eran cuentas para mover dinero las cerraban, o las cerraba el mismo banco o la cerraba Ivo. Cuando el banco cerraba la cuenta, antes avisaba que se podía sacar la plata”, dijo.
La joven destacó: “el que manejaba las cuentas en definitiva era Ivo, incluso ahora se necesitaba su confirmación telefónica para las transferencias, así que lo llamaban a él directamente. Se escuchaba por ahí que había habido quilombo con alguna cuenta, pero nada más que eso, porque eran cosas que no pasaban por nosotros, lo resolvían directamente Fede e Ivo. Las cuestiones bancarias por arreglar o para solucionar se veían con Jonathan Rivas. Si había quilombo o no, el laburo seguía, si había cosas por arreglar se encargaban Ivo y Federico siempre con Jonathan”.
“Emmanuel García también me suena, lo he visto muy pocas veces en la oficina de Perón y se juntaba a hablar con Fede, a mí nunca me cayó bien, incluso mano larga, nunca le di cabida por eso. No venía seguido, pero cuando venía se reunía un rato largo con Fede. No recuerdo con exactitud, pero se que han hecho algún negocio, por ahí no a su nombre. Yo sé que Emmanuel García se dedicaba a algo de los Bitcoins, pero no sé si vino a la oficina por algo de eso o por cable. Sí sé que era cliente, tampoco sé si operó muchas veces con nosotros”, dijo.
La joven afirmó que en un momento “hubo una bajada de línea de Fede”, quien les pidió que salieran de los grupos y que borraran los chats: “Es más, teníamos un grupo de los empleados nomás y también se dio de baja”.
“Siempre obedeciendo órdenes de los jefes, nos dijeron que por seguridad borráramos todo, me pidieron que cambie la línea también”, agregó en su declaración.
Lo hizo. “Obviamente, porque me dio miedo y porque el pedido fue tan directo que lo cambié. Fede dijo, ‘chicas please, borren las líneas, borren todo de los teléfonos por seguridad’. Esto en verdad se lo dijo a mi hermana y a mí me llega el mensaje a través de Carla. De hecho, creo que ella por miedo cambió el teléfono en el día, me dijo apurate y trata de cambiarlo hoy. Teníamos mucho miedo”.
No obstante, la joven buscó subrayar: “Ivo en lo personal siempre fue un caballero, yo hablé con él sobre el tema de mi mamá y siempre me escuchaba. Hace un mes que yo me operé de la rodilla, estaba de licencia, cuando iba a volver ya estaba todo gris y se había decidido no abrir la oficina. Obvio que ahí me asusté y mi mamá me recomendó hablar con un abogado. Yo con Federico y con Ivo no hablé más, sólo vi lo que se decía en los medios, pero fui una empleada a la que le pagaban un sueldo con el que ayudaba a mi familia”
En toda su declaración, la testigo subrayó que ella no decidía nada y sólo cumplía órdenes. “Yo no tomaba ningún tipo de decisión, entonces ante estos cambios les pedíamos que hablaran directamente con Ivo. Tanto yo como los chicos que estábamos en el grupo no hacíamos más que cuidar nuestro laburo y cumplir con lo que decían nuestros jefes”, finalizó.