“El diagnóstico de cáncer renal me llegó en agosto de 2021, en un momento en el que sentía un dolor en la espalda y no pensaba que era algo muy grave, pero decidí ir al médico por el consejo de un amigo”, cuenta Emilia Triador. Nunca se imaginó que la causa de esta molestia sería tan grave: salió de la guardia con diagnóstico de cáncer: tenía un tumor bastante grande en el riñón izquierdo y metástasis en la columna.
Así comenzó una nueva etapa de su vida. Se encontró con una patología que surge de la proliferación descontrolada de las células renales y que carece de síntomas en sus etapas iniciales.
En esa línea, en el marco del Día Mundial del Cáncer Renal, el 20 de junio, Bristol Myers Squibb (BMS) y la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC) lanzaron la campaña “Hablemos de Cáncer Renal”, dentro de su plataforma “Vivir con Cáncer”, donde se puede ver la entrevista completa a Emilia y conocer otros casos.
La iniciativa busca concienciar sobre esta patología silenciosa, resaltando la importancia de visibilizarla, informar sobre sus factores de riesgo y síntomas, y promover su detección temprana. “Hoy por hoy, convivo con la enfermedad e intento transmitir que se puede vivir con ella plenamente y que está muy estigmatizada la palabra cáncer. La calidad de vida es posible”, agregó Emilia.
Síntomas del cáncer de riñón
En la Argentina, el de riñón se encuentra entre los seis tipos de cáncer más comunes, tanto en varones como en mujeres. El número de nuevos casos en 2022 fue de 4.908, mientras que para 2030, se proyecta que aumentará a más de 5.700, un 18% más que hace dos años.
Justamente, su carácter silencioso representa una de las principales características de esta patología porque no presenta signos en su estadio inicial, sino hasta que los tumores sean más grandes y requieran atención médica. Los síntomas a tener en cuenta incluyen sangre en la orina, dolor en un lado de la espalda baja, cansancio, pérdida del apetito, fiebre y anemia.
“A diferencia de otros tipos de cáncer, los síntomas de cáncer renal suelen confundirse con otras enfermedades y eso genera que los pacientes tarden en llegar a los especialistas; por eso es frecuente encontrar este tipo de cáncer en estadios avanzados. En general, los pacientes llegan al diagnóstico cuando se realizan ecografías por otro tipo de causas”, explicó el oncólogo clínico Martín Ángel (MN 130.659), subjefe de tumores GU del Instituto Alexander Fleming e integrante de la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC).
Factores de riesgo y prevención
El cáncer de riñón es mayoritariamente esporádico, pero ciertos factores pueden elevar el riesgo de desarrollarlo. Fumar tabaco duplica el riesgo de desarrollar la enfermedad, responsable de aproximadamente el 30% de los casos en hombres y el 25% en mujeres.
Asimismo, cabe destacar que el género masculino tiene de dos a tres veces más posibilidades que el femenino de desarrollar cáncer de riñón. Se observa típicamente en adultos, con diagnósticos comunes entre los 50 y los 70 años.
La obesidad también incrementa el riesgo de padecer carcinoma de células renales. Incluso, las personas con presión arterial alta o hipertensión pueden ser más propensas a desarrollarlo.
La exposición al cadmio, una sustancia tóxica, es otro factor de riesgo. Además, las personas cuyos riñones funcionan de forma disminuida corren un mayor riesgo de desarrollar este tipo de cáncer. La diálisis a largo plazo, un tratamiento para la insuficiencia renal, también aumenta el riesgo de tumores malignos en los riñones.
Por otra parte, los antecedentes familiares juegan un papel importante. Aquellos con parientes de primer grado que han sido diagnosticados con esta patología, como padres, hermanos o hijos, tienen un mayor riesgo. “Estudios demuestran que estar físicamente activo puede reducir las posibilidades hasta en un 22%”, afirmó el oncólogo clínico Juan José Zarbá (MN 72.122), jefe del Servicio de Oncología del Hospital Zenón Santillán de Tucumán y miembro de la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC).
Asimismo, el profesional indicó que si una persona ya presenta esa enfermedad, puede realizar algunas acciones para mejorar los resultados del tratamiento, como una caminata corta, subir escaleras, yoga, tenis o natación, así como reducir la fatiga relacionada con el cáncer, la ansiedad, la depresión y mejorar la calidad de vida en general.
Con estos factores en mente, resulta fundamental que las personas tengan presente la importancia de la detección temprana y la consulta médica ante cualquier síntoma sospechoso, ya que son dos elementos cruciales para enfrentar el cáncer de riñón.