El cáncer de próstata es una enfermedad que impone un gran desafío en la salud pública mundial, particularmente en los hombres. Se caracteriza por ser un tumor silencioso, avanzando en muchos casos sin presentar síntomas evidentes.
Esta condición hace que el diagnóstico precoz sea una pieza clave en la lucha contra la patología ya que, en muchas ocasiones, el diagnóstico llega en estadios avanzados limitando así las posibilidades de tratamiento eficaz.
Es por eso que en este contexto, la prevención y la investigación cobran un papel determinante. “El cáncer de próstata afecta a uno de cada siete hombres aproximadamente, y es el tumor más frecuente en el hombre. La incidencia de esta enfermedad aumenta con la edad, siendo más común en individuos después de los 50 años y predominando en mayores de 65. La edad figura como el principal factor de riesgo, pero no el único”, destacó el médico oncólogo Juan Pablo Sade (MN 105141).
Además, el médico señaló que el control periódico a través de análisis de sangre para medir el antígeno prostático específico y el tacto rectal por parte del urólogo es esencial, considerando que los síntomas solo suelen presentarse cuando la enfermedad está avanzada.
La importancia de la concienciación sobre esta enfermedad y la participación activa de los hombres en las consultas urológicas regulares, están vinculadas a evitar las consecuencias de un diagnóstico tardío. “Si queremos diagnosticar el cáncer en etapas tempranas, donde es más curable y los tratamientos dejan menos secuelas, tenemos que hacer los controles”, aclaró Sade.
Por su parte, las cifras que refleja el Observatorio Global de Cáncer de la OMS, marcan la magnitud del cáncer de próstata en la región que para América Latina y el Caribe muestran una alarmante prevalencia. Anualmente hay 214.522 nuevos casos y unas 57.415 muertes vinculadas a esta enfermedad, siendo la más común en hombres mayores de 50 años.
Ahora bien, la innovación en tratamientos para el cáncer de próstata metastásico también ha sido notable. Las terapias más recientes han demostrado ser capaces de reducir el riesgo de muerte y de retrasar la progresión de la enfermedad de manera significativa, cambiando las expectativas de vida para los pacientes.
En ese sentido, Bayer está jugando un rol fundamental donde la farmacéutica alemana logró desarrollar terapias dirigidas como la darolutamida. “Hoy tenemos un producto que es un inhibidor androgénico para pacientes con adenocarcinoma de próstata”, explicó el Dr. Darío Galmarini (MN 99848) oncólogo clínico y asesor médico para Bayer Cono Sur, quien afirmó que su eficacia se ha observado no solo en casos metastásicos sino también en etapas tempranas de la enfermedad.
A nivel mundial, la cifra de pacientes que se han beneficiado de estas intervenciones supera los 30.000, con aprobaciones regulatorias en países clave de Latinoamérica. Estas terapias -Aramis y Arasens- ya están disponibles en la Argentina y Brasil y son una muestra tangible del progreso científico y terapéutico desarrollado por Bayer en su continúo desarrollo de soluciones en la lucha contra el cáncer de próstata.
Respecto al futuro, Galmarini mantiene un optimismo basado en la evidencia científica y en su propia experiencia profesional. “Hemos duplicado, triplicado y cuadruplicado el tiempo de vida de los pacientes con cáncer de próstata avanzado”, afirmó. Este panorama esperanzador que plantea el oncólogo continuará mejorando gracias al desarrollo de nuevos fármacos y a la implementación de protocolos de investigación innovadores en el país.
De esta manera, el avance sostenido en la investigación y la inclusión de pacientes en ensayos clínicos son esenciales para seguir extendiendo y mejorando la calidad de vida de quienes sufren esta enfermedad. Con ello, se espera no solo un beneficio directo para los pacientes actuales sino también un legado de conocimiento y posibilidades terapéuticas para las futuras generaciones.