La clave para la recuperación de un ACV es la rápida asistencia al paciente. Esto significa achicar al máximo los tiempos para su traslado, la realización de imágenes y el inicio de tratamiento específico. Esto debe ser así porque es fundamental restablecer la circulación en la zona del cerebro afectada para minimizar los daños que la enfermedad cerebrovascular puede producir.
El día internacional del Accidente Cerebrovascular (ACV) o Stroke, es una oportunidad para hacer hincapié en la gravedad de esta patología que no discrimina sexo, edad o condición social y depende, en gran medida, de la inmediata asistencia al paciente, sobre todo en las primeras tres horas del episodio. Para ello, el Sanatorio Trinidad Palermo, de la Ciudad de Buenos Aires, cuenta con el código Stroke, un protocolo clínico que activa toda la cadena de atención ante la sospecha de un paciente con ACV.
El ACV es una enfermedad aguda que se produce cuando se tapa o rompe una arteria del cerebro. Puede ser mortal o dejar a la persona afectada con una discapacidad. Puede ocurrir de forma muy rápida, y si se actúa con urgencia tras detección, se pueden reducir drásticamente las secuelas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que 15 millones de personas sufren un evento vascular cerebral al año en todo el mundo. De este grupo, cinco millones mueren y otros cinco millones sufren una discapacidad de por vida.
Esta patología es la principal causa de discapacidad, la tercera causa de muerte en Argentina y la segunda a nivel mundial. En el país se producen alrededor de 130.000 accidentes cerebrovasculares por año, lo que significa que hay un ACV cada 4 o 5 minutos. Además, una de cada cuatro personas podría sufrir esta enfermedad.
“Según las estadísticas, una de cada cuatro personas no considera una urgencia la aparición súbita de síntomas neurológicos. Y lo que es igualmente grave es que, una de cada tres, además, desconoce la existencia de un tratamiento específico, con un tiempo sensible y limitado para la asistencia, ya que, para obtener un resultado exitoso sólo se puede actuar en una ventana de tiempo determinada”, afirmó el Dr. Pablo Comignani (MN 82649), jefe de Terapia Intensiva y Emergencias del Sanatorio Trinidad Palermo.
Cómo prevenir un ACV
Tomar conciencia sobre las medidas que pueden prevenir este tipo de enfermedad, resulta crucial para mejorar la calidad de vida de las personas. Una de las acciones fundamentales es controlar y tratar la presión sanguínea.
Ejercitarse cinco veces por semana y tener una dieta saludable y balanceada reduciendo la ingesta de alcohol, mantener un peso adecuado y dejar de fumar también son de vital importancia. Además, realizar un tratamiento adecuado de la diabetes así como reducir el colesterol, se suman a la lista de mejores prácticas para evitar sufrir un ACV.
El Sanatorio Trinidad Palermo cuenta con el Protocolo Internacional Código Stroke que funciona las 24hs. todos los días y está en vías de acreditación como Centro Avanzado de ACV en la Organización Mundial de Stroke y en la Sociedad Iberoamericana de Enfermedades Cerebro Vasculares.
Este protocolo comienza en la fase prehospitalaria con la identificación del paciente por parte del servicio de emergencias, que ya informa datos útiles del mismo antes de arribar al centro de salud. El siguiente paso es su traslado al tomógrafo (directamente en guardia) donde se realizan las imágenes cerebrales y una reevaluación clínica.
Luego, y si no hay contraindicaciones, se administran fibrinolíticos para disolver los coágulos y restablecer la circulación del vaso sanguíneo afectado. En el Sanatorio Trinidad Palermo este proceso se realiza dentro de los 30-40 minutos tras la llegada del paciente, respondiendo a los estándares de calidad de atención que indican que este tiempo debería ser siempre menor a una hora.
Las imágenes de la circulación cerebral permiten identificar el sitio de la afectación, y si éste correspondiera a un gran vaso, se realizan procedimientos de extracción del coágulo por catéteres (trombectomía). Esta instrumentación permite extender las probabilidades de recuperación en casi 24 hs desde la aparición de los síntomas.
“Tratar esta enfermedad en una institución con la complejidad del Sanatorio Trinidad Palermo permite una verdadera integralidad de servicios, no solo por las especialidades médicas que intervienen, sino por contar con infraestructura especialmente desarrollada para brindar al paciente todas las alternativas terapéuticas disponibles”, destacó Comignani.
En tal sentido, en el Sanatorio trabajan de manera coordinada distintas áreas: diagnóstico por imágenes, neurología intervencionista y clínica, emergentología, terapia intensiva, cirugía vascular, médico Interno, enfermería y laboratorio.