Más de 339 millones de personas en el mundo y alrededor del 10% de los argentinos sufren de asma, una enfermedad crónica que no se cura. Aun así, si está bien tratada, los pacientes pueden hacer una vida normal.
No obstante, la mayoría de las personas con asma desconoce los tratamientos disponibles, pese a un mayor conocimiento sobre la enfermedad y el desarrollo de nuevas opciones para tratarla. Por tal motivo, para generar conciencia y debatir sobre el cuidado de esta patología, se celebra cada 3 de mayo se celebra el Día Mundial del Asma, impulsado por la Iniciativa Global para el Asma (GINA).
Hasta no hace mucho se consideraba al asma una enfermedad que sólo generaba dificultad para respirar debido a la broncoconstricción, esto es: una contracción anormal de los músculos que estrecha las vías aéreas, lo que bloquea el flujo de aire y dificulta la respiración. Así, su abordaje terapéutico se basó en el uso de broncodilatadores de acción corta (SABA, por sus siglas en inglés), los que revierten rápidamente la obstrucción de los bronquios y permiten el ingreso de aire. Pero no se reparaba en los problemas del uso frecuente de los SABA y la importancia del uso correcto de la medicación.
Lo que se sabe hoy es que el asma es una enfermedad inflamatoria crónica de la vía aérea. “Esta nueva visión generó la necesidad de un cambio en el paradigma del tratamiento: ya no se trata de aliviar los síntomas solamente, sino que es imprescindible tratar la inflamación y evitar que el paciente esté expuesto a sufrir exacerbaciones’', sostuvo el Dr. Sergio Zunino (MN 88737), médico especialista en neumonología del Staff del Dpto. de Neumonología del Hospital Italiano de Buenos Aires y country president IPCRG (International Primary Care Respiratory Group), Argentina Asthma Right Care Argentina.
Las dificultades también se presentan a nivel sanitario, en la identificación del nivel de riesgo de un paciente cuando llega al primer nivel de atención, lo que significa un retraso en su derivación a un especialista. En la misma línea, el análisis de los datos argentinos del estudio SABINA Internacional arroja que a una de cada tres personas con asma se le prescribieron tres o más inhaladores SABA al año, lo que las expone a un mayor riesgo de exacerbaciones severas. Asimismo, se detectó que un 20% los adquirió sin prescripción médica.
Por otra parte, se realizó una encuesta en farmacias de la provincia de Córdoba, Argentina, para conocer el consumo de SABA para el asma. Ella confirmó impactantes datos de la vida real: el 63% de los pacientes que compran SABA en farmacias lo tienen como único tratamiento por su enfermedad.
Para responder a la necesidad de un cambio de paradigma, se creó la iniciativa Asma Zero, un espacio con recursos y servicios para la educación de pacientes con asma y de sus cuidadores. La plataforma también cuenta con herramientas para poder detectar las señales de alerta y tiene un mapa en el que se puede buscar al especialista más cercano.
Asimismo, en Asma Zero la persona diagnosticada puede realizar una evaluación de su enfermedad para medir el grado de impacto en su vida diaria, gracias a un test basado en los parámetros establecidos por GINA. Además, desde este año los pacientes, sus familiares y cuidadores pueden descargar de manera gratuita desde Google Play Store, la aplicación Vik Asma y tener, así, siempre a mano información de calidad sobre la enfermedad.
La iniciativa Asma Zero se lleva adelante en el marco de un acuerdo de colaboración entre la compañía farmacéutica AstraZeneca y diferentes sociedades científicas de Argentina, tales como la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC), la Sociedad Argentina de Medicina (SAM), la Sociedad Argentina de Emergencias (SAE) y la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR).