58 millones de personas en el mundo viven con una infección crónica por el virus de la hepatitis C, de los cuales se estima que hay 332.000 en Argentina. El virus causa una inflamación del hígado que puede progresar a daño hepático grave, afectando la calidad integral de la vida.
La hepatitis C se transmite comúnmente a través del contacto con sangre infectada, incluida la exposición a prácticas médicas inseguras, transfusiones no analizadas, uso de drogas inyectables y prácticas sexuales que involucran contacto con sangre. El virus puede causar hepatitis aguda o crónica, que va desde una enfermedad leve que dura unas pocas semanas hasta una enfermedad grave como cirrosis o cáncer de hígado.
En la actualidad, la hepatitis C está significativamente subdiagnosticada porque las nuevas infecciones suelen ser asintomáticas hasta que la afección se vuelve crónica luego de varios años. En ese contexto, una solución viene de la mano de la prueba Bioline™ HCV, producida por el laboratorio Abbott, ya que permite la detección rápida y fiable de anticuerpos específicos del virus de la hepatitis C (VHC) en 20 minutos o menos, a través de una simple muestra de sangre por punción digital. Fue autorizada recientemente por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) para uso profesional de la salud.
“La prueba de hepatitis C es fundamental porque el tratamiento antiviral es muy eficaz cuando se diagnostica a tiempo. La prueba Bioline HCV de Abbott requiere una simple punción de sangre en el dedo, sin equipo especial, lo que permite a los profesionales de la salud evaluar rápidamente a los pacientes en un consultorio médico y obtener resultados en la misma visita. Con acceso a resultados rápidos, los profesionales de la salud pueden diagnosticar y derivar con más agilidad a los pacientes para pruebas de confirmación y planes de tratamiento”, dijo el Dr. Oscar Guerra (CMP 31925), director médico de diagnóstico rápido de Abbott.
Según la Organización Panamericana de la Salud, la hepatitis C causó casi 125 000 muertes por cirrosis y cáncer de hígado en 2019. De los argentinos que se estima viven con hepatitis C, se cree que solo el 35% está diagnosticado. En tal sentido, la detección temprana del virus de la hepatitis C puede ayudar a evitar riesgos graves para la salud.
“La Hepatitis C crónica es la única enfermedad viral que tiene cura con un tratamiento. Su evolución a la cirrosis y cáncer de hígado es insidiosa y silente. Por lo tanto, es muy importante fortalecer la estrategia de concientización y detección temprana a través de métodos eficaces y simples que faciliten la retención y tratamiento de los pacientes. Todas las personas mayores de 45 años de edad o aquellos con factores de riesgo deberían chequearse al menos una vez en la vida para tomar la enfermedad a tiempo y, así, poder realizar el tratamiento que corresponda”, afirmó el Dr. Marcelo Silva (MN 57660), médico consultor del Servicio de Hepatología y subdirector del Departamento de Desarrollo Académico del Hospital Universitario Austral.
El tratamiento antiviral está disponible y es muy efectivo para curar la hepatitis C. Las pruebas y el diagnóstico también brindan una oportunidad para intervenciones que reducen la transmisión, a través del asesoramiento sobre comportamientos de riesgo y la provisión de productos de prevención, como agujas estériles.
La Organización Mundial de la Salud diseñó una hoja de ruta para la eliminación de las hepatitis virales B y C como problema de salud pública para 2030, que incluye una reducción del 90 % en la incidencia y una reducción del 65 % en la mortalidad para 2030, en comparación con la línea de base de 2015. Ha instado a los países miembros, incluida Argentina, a invertir recursos para apoyar los esfuerzos de prueba y tratamiento, especialmente en las poblaciones de mayor riesgo.
Para alcanzar este objetivo, es fundamental obtener un diagnóstico temprano y confiable. En tal sentido, la prueba rápida de Abbott tiene una sensibilidad del 99,3% y una especificidad del 100%, y está disponible para los profesionales de la salud en toda Argentina.
“Con Bioline HCV podemos mejorar la detección de la hepatitis C con pruebas descentralizadas en una variedad de entornos convenientes donde las personas buscan atención. Esto se basa en el legado de Abbott de pruebas de enfermedades infecciosas y la misión de hacer que estas sean más accesibles para los gobiernos, los proveedores de atención médica y la gente común”, manifestó el Dr. Guerra.
Se requiere una prueba de confirmación para un resultado positivo del diagnóstico de Hepatitis C.