Colombia es el principal productor mundial de café suave y un importante referente en producción de cafés especiales, los cuales se destacan por su origen, técnica de plantación y calidad premium. Ese país tiene el privilegio de contar con cosechas separadas en el primero y segundo semestre, lo cual permite tener abastecimiento confiable y de buena calidad durante todo el año.
La variedad nacional es Arábica, muy requerida por diversos factores: una mayor acidez y suavidad, mejor calidad de la infusión, aroma intenso y menor concentración de cafeína, es la que la convierte en la opción más saludable.
El café colombiano es producido en regiones con diferentes características climáticas y geográficas, lo que le permite contar con atributos particulares. De acuerdo con la Federación Nacional de Cafeteros, más de 540.000 familias forman parte de la cadena productiva del café.
Colombia se encuentra comprometido con la sostenibilidad ambiental y el bienestar de las comunidades vinculadas a la producción de café, por lo cual cuenta con cafés especiales certificados orgánicos, UTZ, Fair Trade y Rain Forest.
El argentino es sin duda un importante consumidor de café. En Argentina es muy común encontrar lugares donde se disfruta de una taza de café, que puede acompañarse, por ejemplo, con una tradicional “media luna” o una “facturita”. Es ahí donde Colombia ha visto una oportunidad para introducir en ese mercado el café dada su calidad y suavidad. Desde hace varios años se puede encontrar el café colombiano en diferentes lugares, y recientemente ha hecho una muy interesante entrada el café de especialidad.
La Misión de Colombia en Argentina, en cabeza del embajador Álvaro Pava Camelo, en un trabajo conjunto y articulado con la Oficina de ProColombia en Argentina, viene impulsando y facilitando las exportaciones colombianas de café hacia este país.
De acuerdo con ProColombia, hasta septiembre de 2021, Argentina ha importado 3,1 millones de dólares en café verde desde Colombia, a través de 13 importadores, de los cuales seis incluyen dentro de su portafolio cafés especiales. A la fecha, 14 exportadores colombianos proveen café verde al mercado argentino.
Buscando motivar e interesar a más importadores para que sigan apostando por el producto colombiano, el embajador en una corta pero sustanciosa conversación con Pablo Lapelosa, CEO de Café Registrado quiso conocer de primera mano, el interés por el producto colombiano, y comprender el proceso de elaboración del café de especialidad.
Café Registrado es un bar ubicado en Palermo, en la Ciudad de Buenos Aires, especializado en café de origen, donde el café de Colombia es protagonista, algo que, para el consumidor argentino, se convierte en un oasis a la hora de degustar un buen tinto, como se le dice a una taza de café negro en Colombia.
Hace aproximadamente diez años, Pablo comenzó a consumir café de especialidad. Esa experiencia inicial le generó la curiosidad y comenzar a investigar sobre el mundo del café y como resultado fundar Café Registrado. “A partir de interiorizarme sobre el café, nos convertimos en importadores. Acá importamos el grano verde y lo tenemos a la vista del público para que todos puedan apreciar el proceso de este grano. Además, contamos con un laboratorio y realizamos todo el proceso para cuidar esa especialidad del grano”, afirma Lapelosa.
Para el argentino, el café colombiano se destaca por su penetrante aroma y sabor. “El paladar de nuestros clientes busca este sabor. Es, para nosotros, la vedette del café”, agrega.
A pesar de admitir que desde su empresa importan granos de otros orígenes, no duda al afirmar que sus clientes eligen el café colombiano por encima del resto, por su suavidad y aroma.
Proceso de importación de granos y elaboración del café
A la hora de explicar por qué deciden importar el grano, detalla que, al contar con un laboratorio, tienen la posibilidad de realizar un minucioso y exhaustivo análisis del grano para poder controlar la calidad del café. “Para nosotros, el hecho de poder tostarlo es fundamental porque sabemos lo que estamos haciendo. Confiamos plenamente en nuestros tostadores y eso hace que sea más beneficioso que traerlo ya tostado. A lo mejor, no todos tienen la posibilidad de hacerlo. Acá, por suerte tenemos trato directo con las fincas en Colombia y contamos con maestros tostadores”, concluye.
Una vez que el grano llega a Café Registrado, es llevado al laboratorio. Allí se realizan diferentes tipos de análisis para determinar que realmente es un grano de especialidad. “Se busca el mejor perfil para ese grano. Se lo cata en diferentes perfiles de tueste hasta lograr cuál es el que más nos gustó y, en base a eso, ya se calibra la máquina para producirlo”.
Nada mejor que compartir una rica taza de “tinto” o de café. Poder deleitarse con un producto proveniente del país cafetero por excelencia es un privilegio que hoy se puede catar en todo el mundo, y Argentina no podía ser la excepción.