Sin dudas, la pandemia marcó un precedente en los hábitos y comportamientos humanos como también en los negocios que tuvieron que reinventarse frente a esta crisis para seguir siendo competitivos. Uno de los ejemplos más claros es el rubro gastronómico que, a pesar de estar habilitados desde el principio de la cuarentena para funcionar a través de entregas a domicilio y con modalidad take away, el deseo de que el sector vuelva a funcionar como lo hacía antes, sigue intacto.
En el mientras tanto, los chefs buscan nuevas ideas, sabores y texturas para seguir innovando en su negocio y generar nuevas tendencias gastronómicas. Infobae conversó con dos eminencias culinarias para saber más sobre este tema y entender con qué nos vamos a encontrar en un futuro cercano.
Roberto Petersen, uno de los chefs más reconocidos y excelentes que tiene el suelo argentino, se denominó como un “enloquecido de la cocina” que está siempre en busca de las nuevas tendencias ya que “está en constante cambio”.
Según Petersen, en la actualidad nos encontramos ante un escenario donde “hay muchos cocineros haciendo muy platos muy buenos y elaborados sin tanto protocolo como era en la década de los ´90. Además, creo que estamos yendo a comer cada vez más rico y menos pretencioso, por ejemplo: si voy a comer una milanesa casera que esté bien hecha, que se cocine con ojo de bife madurado, con buenos productos, es casi una versión más romántica de la comida”.
Dolli Irigoyen es otra de las chefs más reconocidas que tiene el país y la región latinoamericana que está en constante búsqueda de nuevas propuestas gastronómicas. A la hora de referirse al mercado culinario en general y las tendencias que se ven actualmente, la cocinera utilizó una frase de su colega, el Gato Dumas: “No sale de la olla nada mejor de lo que pongas”.
La frase hace alusión a la importancia que se le da hoy en día a los productos con los que se prepara un plato: “Hace rato ya que los grandes cocineros hablan sobre el origen del producto y si te fijas, encontrás aceites de oliva que vienen de San Juan, Córdoba, Mendoza, los hongos secos provienen de Bariloche o El Bolsón, el pimentón proviene de Cachi o de alguna otra región de Jujuy y así te puedo seguir nombrando una infinidad de productores que se preocupan por la calidad de la materia prima”, explicó Irigoyen.
La cocinera, apasionada como pocas, suele viajar constantemente a distintos países con el fin de encontrar inspiración y nuevas ideas. Por más que el contexto no se lo permite, Irigoyen se mantiene actualizada con el fin de innovar y marcar el rumbo cuando a la gastronomía se refiere.
Tanto Petersen como Irigoyen estarán presentes en la nueva y primera edición online de Masticar dando charlas, tips y recetas para poder cocinar desde casa. Además, los clientes de HSBC cuentan con la posibilidad de presenciar una clase de cocina de ellos. El sábado 3 de octubre, Dolli Irigoyen cocina risotto de hongos y el domingo 4, Roberto Petersen cocina pizzas al horno de barro
Asimismo, Dolli Irigoyen destaca una tendencia que se viene visibilizando hace ya varios años: los negocios tienden a ser más chicas y con cartas más cortas. “Me parece que esto se sigue viendo y hay muchos ejemplos de lugares pequeños donde la gente hace cola y se desespera por ir a probar dos o tres platos. Son lugares que hacen 60 cubiertos por día, donde se preocupan por absolutamente todos los detalles: desde el sabor, la textura, el ambiente, el origen de los productos. Eso es lo más lindo que pasa hoy en día”, afirmó la cocinera.
La pandemia y su reinvención
La llegada del COVID-19 fue un golpe fuerte para la industria gastronómica del cual todavía no se logra recuperar. Muchos restaurantes siguen cerrados en su totalidad debido a que no les resulta rentable abrir solamente para realizar entregas a domicilio: “El tema no es abrir, el tema es si la empresa se mantiene como negocio. Si uno abre y no le es rentable, a la larga vas a terminar cerrando. Abrir por abrir, no tiene sentido”, le comentó Roberto Petersen a Infobae.
Por más que la reapertura total de los restaurantes es un tema que está instalado en la agenda, tanto Roberto como Dolli creen que falta tiempo para que esto suceda: “Tenemos que ser pacientes y esperar. El mundo cambió y hoy tenemos que estar más alertas, más presentes y con más conciencia del prójimo y de cuidar al otro. Yo no puedo imaginar un restaurante con 200 personas sentadas comiendo al mismo tiempo”, comentó la cocinera.
Por su parte, Petersen afirmó la idea de que estén muchas personas juntas en un mismo lugar le parece de ciencia ficción: “Vamos a tener que ir paso a paso y ver que pasa también en Europa. Acá también es donde se ve la buena voluntad de todos, tanto empresarios, cocineros, las personas que trabajan en el rubro para sacar las cosas adelante y volver a la cancha”.
La incertidumbre es moneda corriente en la actualidad demostrando que todavía no hay definiciones sobre “la nueva normalidad”. La pandemia marcó una era donde la distancia social es protagonista. Por más que los que viven dentro del negocio gastronómico no pueden visualizar una multitud dentro de un mismo local por un largo tiempo, las expectativas de que la situación mejore para volver a recibir a los comensales y deleitarlos con sus platos, sigue intacta.