Ramsés II, conocido como Ramsés el Grande, es recordado como uno de los faraones más influyentes y longevos del Antiguo Egipto. Su vida personal, marcada por un legado familiar inmenso y complejas dinámicas internas, resulta tan fascinante como su carrera militar y sus logros arquitectónicos.
Nacido en 1303 a.C., Ramsés II fue el hijo del faraón Seti I y de la reina Tuya. Aunque su familia no pertenecía originalmente a la realeza, su abuelo Paramessu, un visir bajo el reinado de Horemheb, ascendió al trono como Ramsés I, fundando la 19.ª dinastía. La habilidad militar y la estrategia política fueron fundamentales para este ascenso. Desde joven, Ramsés fue preparado para gobernar, liderando tropas en campañas militares aún antes de asumir el trono en 1279 a.C.
A los 15 años, Ramsés ya estaba casado y era padre, marcando el inicio de una prolífica vida familiar que lo distinguiría en la historia.
Una red familiar monumental: más de 200 esposas y 100 hijos
Durante sus casi siete décadas de reinado, Ramsés II formó una familia gigantesca. Se le atribuyen más de 200 esposas y concubinas, y al menos 100 hijos, de los cuales entre 48 y 50 fueron varones y entre 40 y 53 fueron mujeres. Este extenso linaje reflejaba la riqueza y el poder del faraón, además de ser una herramienta política para fortalecer alianzas.
Grandes esposas reales: Nefertari e Isetnofret
Entre todas sus esposas, Nefertari y Isetnofret fueron las más prominentes. Estas mujeres ostentaron el título de Gran Esposa Real, reservado para las consortes principales.
- Nefertari: fue la primera y quizás la más amada de las esposas de Ramsés. Su influencia en la política y la diplomacia es evidente en documentos históricos que la muestran participando en negociaciones clave, como el tratado de paz con los hititas tras la batalla de Kadesh. Ramsés inmortalizó su figura en el segundo templo de Abu Simbel, donde su imagen tiene el mismo tamaño que la del faraón, un honor inusual en el arte egipcio.
- Isetnofret: aunque menos visible en la esfera pública durante los primeros años, Isetnofret ganó protagonismo tras la muerte de Nefertari, en el año 26 del reinado de Ramsés. Fue madre de varios de los hijos más destacados del faraón, incluido Merneptah, quien eventualmente lo sucedió en el trono.
Esposas secundarias y concubinas
Además de sus grandes esposas reales, Ramsés tuvo muchas otras esposas secundarias y concubinas. Algunas de estas uniones fueron motivadas por la diplomacia, como sus matrimonios con princesas hititas después de la firma del tratado de paz en 1258 a.C. Estas alianzas matrimoniales eran comunes en el Nuevo Reino, consolidando relaciones entre las potencias del momento.
Los hijos de Ramsés II: protagonistas y rivalidades
El faraón integró activamente a sus hijos en el gobierno, otorgándoles títulos como príncipes, sacerdotes y líderes militares. Esto tenía como objetivo consolidar la lealtad dentro de la familia y fortalecer su dominio político. Sin embargo, la magnitud de su descendencia también generó conflictos internos y rivalidades que complicaron la sucesión.
Hijos prominentes
- Amenherkhepshef: hijo mayor de Nefertari, fue el heredero aparente hasta su muerte prematura a los 25 años.
- Khaemwaset: hijo de Isetnofret, destacó por su labor como restaurador de monumentos antiguos y su rol como Sumo Sacerdote de Ptah. Es considerado uno de los primeros arqueólogos de la historia.
- Merneptah: también hijo de Isetnofret, fue el decimotercer hijo de Ramsés, pero ascendió al trono tras la muerte de sus hermanos mayores. Gobernó durante una década, enfrentando invasiones y tensiones internas que marcaron el inicio del declive de la 19.ª dinastía.
Matrimonios con hijas
En la tradición faraónica, Ramsés II siguió la práctica de casar a sus hijas con él mismo. Estas uniones, consideradas más ceremoniales que físicas, tenían como propósito reforzar la idea de la divinidad del faraón y asegurar la pureza de la línea dinástica. Hijas como Bintanath y Merytamon ostentaron el título de Gran Esposa Real y participaron en roles ceremoniales y religiosos importantes.
Arte y arquitectura
La devoción de Ramsés hacia su familia quedó inmortalizada en sus monumentos. Además del templo de Abu Simbel, dedicado a Nefertari, su familia aparece representada en templos como el de Beit el Wali y en colosos que flanqueaban sus palacios.
Un ejemplo notable es el homenaje a Nefertari en el templo de Hathor, donde se inscribió: “Nefertari, por quien brilla el sol”. Estas representaciones glorificaban a su familia y servían como propaganda política para reforzar la imagen divina de Ramsés.
Conflictos y el declive de la dinastía
La avanzada edad de Ramsés —vivió cerca de 90 años— significó que sobrevivió a muchos de sus hijos. Esto creó incertidumbre respecto a la sucesión, debilitando la cohesión del gobierno. Merneptah, que ascendió al trono a los 60 años, enfrentó un reino plagado de tensiones internas y ataques externos. Al morir sin un sucesor claro, las rivalidades entre los hijos sobrevivientes de Ramsés llevaron al colapso de la 19.ª dinastía alrededor del 1189 a.C..
Ramsés II dejó un legado contradictorio: por un lado, su prolífica familia reforzó su poder y consolidó su imagen como un faraón divino; por otro, las rivalidades internas y la falta de un plan claro de sucesión contribuyeron a la caída de su dinastía.