Johann Friedrich Struensee fue un médico alemán nacido en Halle en 1737, hijo de un sacerdote luterano. Estudió Medicina en la universidad y se involucró profundamente con las ideas de la Ilustración, lo que lo llevó a rechazar su formación religiosa inicial y abrazar el ateísmo. Tras varios traslados con su familia, finalmente logró independizarse en 1760 y estableció un consultorio en Schleswig-Holstein, donde comenzó a relacionarse con las élites aristocráticas danesas.
En 1768, Struensee fue nombrado médico asistente del rey Christian VII durante una gira por Europa. Fue en este viaje donde estableció una estrecha relación con el monarca, quien padecía serios problemas mentales, probablemente esquizofrenia. Esta conexión y el diagnóstico acertado de la enfermedad del rey le ganaron la confianza del soberano, lo que culminó en su nombramiento como Consejero de Estado y posteriormente Consejero Real. Struensee se convirtió en el confidente y hombre de confianza del rey, ejerciendo una notable influencia sobre él.
El contexto de Dinamarca en ese entonces estaba marcado por la creciente incapacidad mental de Christian VII para gobernar, lo que facilitó que Struensee asumiera gradualmente más poder. Durante su administración, Struensee implementó diversas reformas liberales inspiradas en los principios del despotismo ilustrado, incluyendo la abolición de la tortura, la censura de la prensa y la servidumbre. Sin embargo, estas reformas generaron una fuerte oposición entre la aristocracia danesa y otros sectores conservadores, quienes vieron en él a un advenedizo ambicioso.
Una infidelidad real
La relación amorosa entre Johann Friedrich Struensee y la reina Carolina Matilde se desarrolló en el contexto de la corte danesa, donde Struensee había ganado influencia y confianza. Inicialmente, la reina desconfiaba del médico alemán, pero su opinión cambió cuando Struensee vacunó al príncipe Federico, salvándolo de una peligrosa epidemia de viruela. A partir de ese momento, Carolina Matilde comenzó a ver a Struensee no solo como un médico, sino como una figura de confianza en la fría y hostil corte danesa.
Carolina Matilde, casada con Christian VII desde los quince años, vivía una vida infeliz debido a la condición mental y el comportamiento licencioso de su esposo. Christian VII, que sufría de esquizofrenia y se refugiaba en su vida de excesos, no le prestaba atención. Struensee, por su parte, le ofrecía a la reina apoyo emocional e intelectual, lo que derivó en una cercanía que fue ganando intensidad con el tiempo.
La relación se formalizó en un amorío que muchos en la corte sospechaban. La máxima confirmación del romance llegó cuando Carolina Matilde dio a luz a una hija, Luisa Augusta, en 1771. Aunque oficialmente el rey Christian VII reconoció la paternidad, la corte y el público creían que Struensee era el verdadero padre de la niña.
La llegada de Struensee al poder
El gobierno de Struensee, conocido como el Período Struensee, se caracterizó por una serie de importantes reformas inspiradas en los principios de la Ilustración. Convertido en regente de facto de Dinamarca, llevó a cabo cambios en la administración del país. Abolió la tortura, la censura de prensa, y las prestaciones personales laborales, eliminó subvenciones a fabricantes improductivos, redujo los privilegios de la aristocracia, y repartió tierras entre los campesinos pobres. Además, estableció la equidad para acceder al funcionariado, reorganizó el ejército y la universidad, reformó la sanidad pública, y abolió la esclavitud en las colonias.
Estas reformas, aunque progresistas, generaron una considerable oposición entre los miembros de la aristocracia y otros sectores conservadores que se beneficiaban del antiguo régimen. Struensee, sin embargo, siguió adelante con sus políticas, acumulando poder y nombrando a personas de confianza en puestos clave de la administración. Esta concentración de poder y su influencia en la corte, agravada por su incapacidad para aprender el idioma danés, alimentaron las tensiones políticas.
El escándalo de la hija de Carolina Matilde fue un punto de inflexión en la caída de Struensee. En 1771, la reina dio a luz a Luisa Augusta. El rumor de que Struensee era el verdadero padre debilitó aún más su posición y exacerbó el resentimiento entre los nobles y la familia real. La percepción de que un médico extranjero había no solo usurpado el poder real, sino se involucrado en una relación amorosa ilícita con la reina, fue el pretexto perfecto para sus adversarios.
La creciente oposición culminó en un golpe palaciego en enero de 1772, organizado por la reina madre Juliana María y el príncipe Federico. Struensee y su colaborador Enevold Brandt fueron arrestados y acusados de alta traición. Carolina Matilde confesó su relación amorosa con Struensee, esperando salvar su vida, pero ambos fueron condenados. En una ejecución pública el 28 de abril de 1772, Struensee sufrió una brutal muerte: le amputaron la mano, fue decapitado y su cuerpo desmembrado.
Tras la caída de Struensee, la mayoría de sus reformas fueron revertidas por el nuevo gobierno encabezado por sus opositores. Aunque su gobierno fue breve, el impacto de sus políticas progresistas dejó una marca en la historia de Dinamarca, reflejando la tensión entre las viejas estructuras de poder y las ideas reformistas de la Ilustración.