No todos los días son iguales en la vida de Floppy Tesouro (34), aunque cuando despierta repite una breve rutina: desayuna mate con huevos revueltos y arranca su día. Después lleva a su hija Moorea (dos años y 10 meses) al jardín maternal, y más tarde libera endorfinas en el gym. Dos veces por semana participa como panelista en Incorrectas (América), el ciclo que conduce Moria Casán.
En su agenda también aparecen clases de canto, Pilates, Rt Fit y baile. Y ultima detalles de su marca homónima de ropa deportiva, proyectándose a lanzarse como empresaria del fitness. "Soy una típica ariana: multifacética e hiperactiva. Vivo a 220 revoluciones. Me relajo cuando estoy manejando y me pongo a cantar. Es como ir a terapia", cuenta Floppy.
–¿Cómo te sentís en tu nuevo rol de panelista?
–Súper cómoda. Soy una "vayaina" empoderada, como decimos con Moria y mis compañeras. A pesar de ser todas mujeres nos llevamos bien, todas tiramos para el mismo lado. La Casán es genial. Tiene una gran energía. Nos deja lucirnos.
–Me enteré de que te vas a trabajar a Miami.
–Voy a grabar un reality, Palm House, con modelos de distintos países. Soy la única argentina que eligieron. Vamos a mostrar la vida misma: todas las actividades relacionadas con fitness, beauty y lo más divertido: ir de shopping.
–¿Te gusta más actuar, bailar, conducir, diseñar o modelar?
–Todo. Siento que soy multifacética. Por eso disfruto de cada una de las cosas que hago. Bailar, conducir, diseñar y modelar me encantan. Pero elijo conducir. Me gustaría tener mi propio programa de fitness, porque mucha gente me pregunta cómo me cuido. Ahí podría contar mis Floppy tips. Me encantaría ser una referente. En mi Instagram comparto algunos secretos.
–Hablando de redes sociales, hace tiempo que ni vos ni tu marido, Rodrigo Fernández Prieto (42), suben fotos juntos. Coincide con que se dijo que están separados…
–Sé que estuvo dando vueltas ese rumor, pero no es verdad. Si fuera cierto lo diría. Las versiones comenzaron porque él no vino al bautismo de nuestra hija, pero la verdad es que nosotros aprendimos a fluir juntos, a veces también por separado. Puedo ser muy independiente en mi trabajo, pero asumo que soy muy dependiente de mi pareja, porque me gusta estar en familia. Siento que fuimos padres muy rápido. Con Rodrigo aprendimos a aceptarnos. Al principio me costó entender que él fuese tan independiente.
–¿Te arrepentís de que hayan sido padres?
–No, para nada. Moorea es lo mejor de nuestras vidas. Siento que puedo ser buena madre y no olvidarme de ser mujer.
–¿Qué hacés para salir de una crisis de pareja?
–Cuando las tuve, las padecí. Es difícil y angustiante, pero siempre intento encontrarle la vuelta, no tiro la toalla. Ahora, si la cosa no va, no está bueno forzar situaciones. Las relaciones son de a dos.
–¿Rodrigo es de hacerte escenas de celos?
–Nooo, es cero celoso. Sabe que amo lo que hago y me impulsa para que crezca. Le gusta que disfrute de mi trabajo.
–¿Qué es lo que más te apasiona compartir con tu hija?
–Todo. Es mi gran compañera. Jugamos juntas, nos maquillamos, hacemos selfies con efectos. Es una mini artista. Lo que más nos gusta es bailar y cantar, pero lo mejor es cuando organizamos una pijamada con juegos y nos vamos a dormir juntas. Aprendí a combinar sin culpas mis roles de mamá y mujer sexy. Puedo ser buena madre y buena esposa empoderada. Soy muy sexual, pero obvio que al tener una hija los momentos hay que encontrarlos… No es imposible. Le doy importancia al amor. La llama no debería apagarse nunca. Cuando tuve a Moorea recuperé mis curvas muy rápido. No creas que por arte de magia: me esforcé con ejercicio y cuidándome en la alimentación. Gracias a Dios, tengo buena genética.
Por Pablo Procopio.
Fotos: Gentileza Marité de Jesús. Arte y diseño: Gustavo Ramírez
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