La cultura laboral estadounidense es famosa por sus largas jornadas, su ritmo acelerado y su mentalidad de “trabajar a toda costa”. Las exigencias que se imponen a los empleados conducen a menudo al agotamiento, la ansiedad y la depresión. El estrés relacionado con el trabajo representa miles de millones anuales de pérdida de productividad, absentismo y aumento de los costes sanitarios. Esto subraya la urgencia de abordar los retos de salud mental a los que se enfrentan los trabajadores estadounidenses.
Los problemas de salud mental han sido una preocupación silenciosa, pero en constante aumento entre los trabajadores estadounidenses. La presión constante por rendir, cumplir objetivos y destacar en un entorno competitivo pasa factura.
Muchos empleados luchan silenciosamente contra la ansiedad y la depresión, temiendo el estigma o las consecuencias profesionales si buscan ayuda. El aislamiento y la soledad que pueden acompañar a un horario de trabajo exigente agravan aún más estos problemas de salud mental.
Los empleados se encuentran a menudo atrapados en un ciclo de estrés, ansiedad y menor productividad, que puede afectar no solo a su rendimiento laboral sino a su calidad de vida en general. Los episodios depresivos han aumentado un 90% en la última década, el 83% de los trabajadores declaran sufrir estrés relacionado con el trabajo y sólo el 24% de los trabajadores sienten que sus jefes se preocupan por su bienestar.
Armonías útiles
Dadas las exigencias y el estrés del lugar de trabajo moderno, tanto los ejecutivos como los empleados buscan constantemente formas de mejorar su bienestar mental, su productividad y su concentración.
Históricamente, muchos han recurrido a la cafeína, el ejercicio, la terapia o la meditación para darse un empujón mental durante el día, aunque a menudo estas opciones no son tan eficaces, accesibles o culturalmente relevantes como una herramienta que no suele recibir el reconocimiento que merece: la música.
Las investigaciones han demostrado que escuchar música mientras se trabaja puede mejorar el rendimiento cognitivo, mejorar el estado de ánimo y potenciar la creatividad.
También hay pruebas fehacientes de que la música puede mejorar la función ejecutiva, sobre todo en lo que se refiere al rendimiento en tareas cognitivas que requieren atención sostenida, inhibición de la respuesta, repetición y fluidez, lo cual es fundamental cuando queremos ejecutar tareas con eficacia y rendir al máximo en el trabajo.
Es importante comprender la ciencia que hay detrás de la música y el cerebro. Los estudios han demostrado que escuchar música puede mejorar los estados de ánimo negativos y reducir el estrés. Cuando estamos en un estado relajado y positivo, nuestro cerebro está preparado para la productividad: prestamos más atención al trabajo que tenemos entre manos y nos centramos más en él. La música destaca en este contexto porque es una de las formas más fáciles y accesibles de mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés, sobre todo en el trabajo.
Resulta que muchos empleados ya aprovechan las muchas ventajas de la música durante su jornada laboral: según Nielsen, el 75% de los trabajadores escucha música en el trabajo al menos una vez a la semana.
La banda sonora del éxito
No toda la música es igual, y hay que tener en cuenta muchos matices. Elegir la música adecuada requiere seguir estos cinco consejos clave.
1-No elijas en función del género
A menudo se comete el error de elegir un género como punto de partida, creyendo que uno es más útil que otro. Dado que dentro de un mismo género hay muchas variaciones estructurales, es mejor ser más específico.
Como orientación inicial, puede empezar con música instrumental para mejorar el rendimiento cognitivo. Esto se debe a que la música instrumental distrae menos que la música con letra, que puede interferir en el procesamiento verbal y la memoria.
2-Calibre el tempo y el volumen
A continuación, considere el tempo y el volumen. La música rápida puede ser excitante, lo cual es bueno, pero es importante no subir demasiado el tempo, ya que de lo contrario podrías montarte una fiesta de baile en lugar de ponerte manos a la obra.
Lo mismo ocurre con el volumen: si lo subes demasiado, tu cerebro empezará a centrarse en la música en lugar de en la tarea que tienes entre manos.
3-Familiarízate con la textura de la música
Ten en cuenta la textura de la música. La melodía con una textura densa probablemente llamará demasiado la atención como para ayudarte a concentrarte en el trabajo, y la música con una textura demasiado ligera puede no ser lo suficientemente estimulante.
Experimenta y descubre cuál es el equilibrio adecuado para ti. Este es un factor que suele ser bastante personal para cada uno de nosotros.
4-Adapte la música a su estado de ánimo
La música no es única y la selección de la música adecuada para concentrarse puede variar mucho en función del estado emocional, la tarea que se esté realizando y el entorno. Una regla empírica que puedes aprovechar de la musicoterapia es el principio iso, una técnica por la que la música se adapta al estado de ánimo de una persona y luego se altera gradualmente para afectar al estado de ánimo deseado.
Si se siente cansado, lo primero que puede hacer es seleccionar música de ritmo lento que se adapte a su perfil de baja energía, ayudándole a reconocer y aceptar su estado de ánimo actual. A continuación, seleccione gradualmente música que le saque del cansancio y le lleve a un estado de mayor energía.
Liberar el poder de la música para estimular el cerebro puede cambiar las reglas del juego a la hora de realizar las tareas más importantes del día. Es importante reconocerlo, ya que el estrés, la ansiedad y los problemas de salud mental ensombrecen la productividad y la satisfacción laboral.
El coste de este sufrimiento silencioso se mide en miles de millones de dólares y en incontables oportunidades perdidas, lo que tiene un impacto perjudicial en el lugar de trabajo.
La música es una parte crucial de nuestra vida cotidiana, pero no se considera a menudo una solución a problemas importantes como el estrés y la productividad. Sin embargo, sus beneficios están bien documentados y son evidentes.
Al incorporar la música a la rutina laboral, los empresarios pueden ayudar a reducir el estrés y mejorar el rendimiento cognitivo, lo que se traduce en un aumento de la productividad y la satisfacción laboral y, en última instancia, en una reducción de estos costes. Y para todos los trabajadores dispuestos a aumentar su productividad, con un poco de ensayo y error, puede que descubran que la música es justo el impulso que necesitan para subir de nivel.
(C) 2023, Fortune
Jamie Pabst es fundadora y consejera delegada de Spiritune, una aplicación de música terapéutica basada en pruebas que favorece la salud emocional y cognitiva. Jamie se dedica a ampliar el uso de la música para tratar una amplia gama de enfermedades mentales y ayudar a todos a beneficiarse del poder terapéutico de la música. También es DJ y considera que la música es un ejemplo en tiempo real de su capacidad para cambiar la energía y el estado de ánimo de un entorno.