La historia detrás de Hands Across America, el evento benéfico que reunió a 5 millones de estadounidenses en una cadena humana

El ambicioso proyecto de 1986 unió a millones en Estados Unidos, pero su impacto financiero y social generó divisiones

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El evento conocido como Hands
El evento conocido como Hands Across America se convirtió en un acontecimiento emblemático de los años 80, reuniendo a más de cinco millones de estadounidenses (Wikimedia Commons)

En 1986, Hands Across America se convirtió en un evento emblemático de los años 80, reuniendo a más de 5 millones de estadounidenses en una cadena humana que atravesó 16 estados y 550 ciudades. Diseñado para recaudar fondos y combatir la pobreza en Estados Unidos, el evento aspiraba a simbolizar la unidad nacional frente a problemas sociales profundos. Sin embargo, a pesar de su impacto cultural y su ambicioso propósito, Hands Across America fue también objeto de críticas, al recaudar menos dinero del esperado y ser percibido por algunos como un gesto superficial.

El propósito y contexto de Hands Across America

Hands Across America nació como la visión de Ken Kragen, un representante de talentos conocido por su participación en causas benéficas. Su trabajo más destacado había sido el proyecto We Are the World, una iniciativa que recaudó más de 63 millones de dólares en 1985 para ayuda humanitaria en África. Tras este éxito, Kragen buscó crear un evento de alcance similar, pero enfocado en la pobreza dentro de los Estados Unidos.

Hands Across America nació como
Hands Across America nació como la visión de Ken Kragen, un representante de talentos conocido por su participación en causas benéficas (Captura de video)

La idea de formar una cadena humana que uniera el Océano Pacífico con el Atlántico surgió de un ejecutivo de relaciones públicas que trabajaba con Kragen. Aunque inicialmente parecía una propuesta poco realista, Kragen la adoptó como un símbolo de unidad nacional para abordar los problemas sociales que aquejaban al país. El evento fue planeado para el 25 de mayo de 1986, con la meta de recaudar entre 50 y 100 millones de dólares. Para participar, los voluntarios debían donar 10 dólares, con lo que también recibieron una camiseta como recuerdo.

A pesar de la nobleza de su propósito, el contexto político y social de la época trajo complicaciones. En los meses anteriores al evento, el presidente Ronald Reagan había declarado que no existía hambre en Estados Unidos, afirmación que generó indignación entre activistas. Esta desconexión entre el simbolismo del evento y las políticas públicas se convertiría en uno de los temas más controvertidos de Hands Across America.

El desarrollo del evento

El 25 de mayo de
El 25 de mayo de 1986, aproximadamente 5,5 millones de personas participaron en Hands Across America (Wikimedia Commons)

El 25 de mayo de 1986, aproximadamente 5,5 millones de personas participaron en Hands Across America, uniendo sus manos en una cadena humana que cruzó 16 estados y 550 ciudades. La línea comenzó en el extremo sur de Manhattan, en Nueva York, y avanzó hacia el oeste a través de Nueva Jersey, Filadelfia, Baltimore y Washington DC, donde el presidente Reagan y su esposa se unieron desde la Casa Blanca. La ruta continuó hacia Ohio, Texas, Nuevo México y Arizona, finalizando en Long Beach, California, donde una familia sin hogar cerró la cadena junto a celebridades como Lionel Richie y Mickey Mouse.

La organización del evento requirió nueve meses de trabajo de un equipo de 400 personas y tuvo un costo operativo de entre 14 y 16 millones de dólares. A pesar de los esfuerzos, la cadena humana no fue continua. En áreas rurales y zonas desérticas, donde no hubo suficiente participación, se recurrió a métodos simbólicos para mantener la “conexión”, como cintas y ganado en lugar de personas.

A lo largo de la cadena, el entusiasmo era palpable. Cinco parejas se casaron durante el evento, y para muchos fue una experiencia inspiradora.

Impacto cultural y optimismo inicial

En sus 15 minutos de duración, Hands Across America logró algo único: movilizar a millones de personas en un acto de solidaridad nacional. Aunque la cadena física tuvo interrupciones, el evento simbolizó un momento de unión para luchar contra problemas sociales profundos.

En Nueva York, un participante compartió al Washington Post: “En el pasado no habría hecho mucho para ayudar, pero sentí que tenía que estar aquí”. Este sentimiento de compromiso personal fue replicado por otros participantes a lo largo del país. Ken Kragen, al cierre del evento, alentó a la acción continua, afirmando: “Esto es solo el comienzo. Arremánguense las mangas y salgan a trabajar en su comunidad”.

Críticas y controversias

Sin embargo, a pesar del entusiasmo, Hands Across America se enfrentó a críticas significativas. La cadena no fue completamente ininterrumpida, lo que engañó a muchos. Además, algunos estados y regiones, como Nueva Inglaterra, quedaron excluidos del proyecto, generando resentimiento entre sus habitantes.

La participación del presidente Reagan fue particularmente controvertida. Apenas días antes del evento, el mandatario había minimizado la existencia del hambre en Estados Unidos, lo que llevó a activistas a criticar su presencia como hipócrita. “Nos molesta que Reagan esté ahí parado agarrando manos como si fuera parte del esfuerzo por eliminar la falta de vivienda y el hambre. Él es parte del problema”, declaró un activista a ABC News.

Otro punto de controversia fue el resultado financiero. Aunque se esperaba recaudar hasta 100 millones de dólares, los costos operativos redujeron el monto final a 15 millones. Además, muchas personas participaron sin hacer la donación requerida, lo que limitó los ingresos. Estas cifras llevaron a algunos críticos a considerar el evento como un “gesto superficial” que no abordó las raíces de la pobreza.

Un participante resumió el sentimiento crítico al decir: “Cualquier cosa patrocinada por Coca-Cola, Citibank y Ronald Reagan debe verse con escepticismo”.

Legado y referencias posteriores

A pesar de sus deficiencias, Hands Across America dejó un legado cultural duradero como un momento emblemático de los años 80. Fue una expresión de esperanza, aunque imperfecta, y reflejó el espíritu de una época en la que grandes gestos simbólicos intentaban abordar problemas estructurales.

El impacto del evento fue tal que el guionista y director Jordan Peele lo utilizó como referencia en su película de terror Us (2019). Peele describió el evento como “una idea de optimismo y esperanza estadounidense” que, al mismo tiempo, representaba “lo más oscuro de lo oscuro”.

Hoy en día, Hands Across America sigue siendo un símbolo de cómo las grandes iniciativas pueden inspirar y dividir a partes iguales. Aunque las dudas sobre su efectividad persisten, pocos cuestionan que representó un momento único en la historia del activismo social estadounidense.

En retrospectiva, el evento muestra tanto el poder de la movilización colectiva como las limitaciones de los gestos simbólicos para abordar problemas complejos como la pobreza. Aunque es poco probable que un evento similar se realice en el futuro, Hands Across America continúa siendo un recordatorio de la capacidad humana para imaginar y perseguir un cambio, incluso frente a obstáculos significativos.

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