En una votación que captó la atención nacional, los líderes de la ciudad de Tavares (Florida, Estados Unidos) decidieron eliminar el flúor del suministro de agua pública.
Según Newsweek, con una votación de 4 a 1, el consejo municipal aprobó la medida tras semanas de debates y la revisión de estudios relacionados con los efectos del flúor en la salud.
La única voz disidente fue la del miembro del consejo, Sandy Gamble, quien expresó su oposición a la decisión. La votación también estuvo marcada por la participación del Cirujano General de Florida, el Dr. Joseph Ladapo, quien calificó la fluoración como una “mala praxis de salud pública”.
Motivaciones y contexto
La decisión de la ciudad de Tavares de eliminar el flúor del suministro de agua pública no se dio de manera espontánea, sino que estuvo influida por un clima político y científico en constante debate.
Uno de los principales impulsores de este cambio fue Robert F. Kennedy Jr., candidato de Donald Trump para Secretario de Salud, quien cuestionó abiertamente la seguridad del flúor en el agua potable. Kennedy, antes de la reciente victoria electoral de Trump, dejó clara su postura, argumentando que el flúor podría tener efectos adversos en el desarrollo intelectual de los niños, una preocupación que resonó en otras regiones de los Estados Unidos.
Un fallo del juez federal Edward Chen, en San Francisco, reconoció en septiembre que, aunque no es concluyente si las cantidades típicas de flúor en el agua afectan el coeficiente intelectual de los niños, existe un creciente cuerpo de evidencia que indica un posible riesgo irrazonable. Como resultado, se instó a la Agencia de Protección Ambiental (EPA) a tomar medidas para mitigar ese riesgo, aunque los detalles del proceso aún no están claros.
Dos semanas antes de la votación, el debate en Tavares se había pospuesto para que los funcionarios pudieran evaluar con más detenimiento las investigaciones existentes sobre los efectos del flúor, un indicio de que el tema es complejo.
A favor y en contra
El debate sobre la eliminación del flúor del agua pública en Tavares reflejó profundas divisiones entre quienes apoyan la medida y quienes la defienden como una práctica esencial de salud pública.
Por un lado, los partidarios de la eliminación argumentaron que el flúor representa un riesgo para la salud y que su inclusión en el agua potable debería ser una decisión individual.
El alcalde de Tavares, Walter B. Price Sr., expresó su escepticismo sobre la seguridad del flúor con un comentario directo: “Si por casualidad le entra más pasta de dientes de la que necesita para cepillarse los dientes, debe buscar ayuda médica o llamar a un centro de control de intoxicaciones de inmediato, entonces, ¿por qué la ponemos en el agua?”.
La vicealcaldesa Lori Pfister también apoyó la decisión, afirmando que se trata de una solución que beneficia a ambas partes, ya que quienes lo deseen pueden obtener flúor por otros medios sin necesidad de incluirlo en el suministro público de agua.
Por otro lado, los opositores a la eliminación, como el Dr. Johnny Johnson Jr., doctor en medicina dental, defendieron con vehemencia la práctica de fluoración comunitaria.
Johnson destacó los beneficios comprobados de esta medida, afirmando que reduce las caries en al menos un 25% sin requerir cambios en los hábitos diarios de la población.
Según Johnson, los más afectados por la eliminación del flúor serían los sectores más pobres y vulnerables, quienes dependen del agua fluorada para mantener una salud dental adecuada.
Este punto fue respaldado por la Sociedad Americana de Fluoración, que en su sitio web reafirma que existe un consenso científico y profesional sólido que respalda la seguridad y efectividad de la fluoración del agua para prevenir caries.
Mientras los defensores de la eliminación citan estudios que sugieren posibles riesgos para el desarrollo intelectual infantil, quienes apoyan la fluoración señalan décadas de investigación que avalan sus beneficios y seguridad.
La decisión de Tavares de eliminar el flúor del agua refleja una tendencia que se replicó en otros lugares de Estados Unidos.
El mes pasado, legisladores republicanos en Arkansas presentaron proyectos de ley para eliminar la fluoración en el estado, mientras que en niveles federales, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) fue instada por un juez a tomar medidas para abordar los riesgos potenciales del flúor en el desarrollo infantil.
Aunque la EPA aún no delineó un plan claro, el debate continúa creciendo a medida que más comunidades consideran eliminar este químico de su suministro de agua.