Daniel Andreas San Diego, un fugitivo incluido durante años en la lista de los más buscados del FBI, fue arrestado en Gales del Norte el pasado lunes 25 de noviembre de 2024, después de haber estado prófugo durante más de 20 años. Su captura, resultado de una operación internacional cuidadosamente orquestada, pone fin a uno de los casos más persistentes en la historia reciente del FBI. San Diego fue acusado de estar detrás de una serie de atentados con bomba ocurridos en San Francisco en 2003, cuyo objetivo era protestar contra lo que él consideraba prácticas inmorales de las empresas biotecnológicas.
Los atentados de 2003: el inicio de la búsqueda
El 28 de agosto de 2003, San Diego presuntamente colocó dos bombas en el campus de la corporación biotecnológica Chiron Inc. en Emeryville, un suburbio de San Francisco. La primera bomba explotó a primeras horas de la mañana, mientras que la segunda estalló aproximadamente una hora después. Afortunadamente, debido a una evacuación temprana de la zona, no hubo víctimas fatales, aunque los daños materiales fueron sustanciales. Sin embargo, los atentados crearon una atmósfera de pánico y ansiedad en la ciudad, especialmente al ver que alguien había tenido la capacidad de perpetrar tal ataque sin ser detectado.
El 26 de septiembre de ese mismo año, San Diego estuvo vinculado a un tercer atentado, esta vez en Pleasanton, cuando una bomba atada con clavos explotó en las instalaciones de una empresa dedicada a productos nutricionales. Aunque no se registraron víctimas mortales, la bomba fue diseñada para causar el mayor daño posible, usando clavos para maximizar los efectos de la explosión. A raíz de estos atentados, el FBI emitió una orden de arresto el 5 de octubre de 2003, acusando a San Diego de varios delitos relacionados con terrorismo.
La búsqueda internacional de San Diego
Desde el inicio de la investigación, las autoridades del FBI y otras agencias de seguridad internacionales trabajaron arduamente para localizar a San Diego, quien desapareció rápidamente tras la emisión de la orden de arresto. El FBI sospechaba que el fugitivo había huido fuera de los Estados Unidos, posiblemente a Europa o América Latina, donde pudo haber adoptado una nueva identidad. En 2006, el FBI ofreció una recompensa de 250.000 dólares por cualquier información que condujera a su captura. Tres años más tarde, en 2009, fue incluido en la lista de terroristas más buscados del FBI, lo que elevó aún más la presión sobre las fuerzas de seguridad internacionales para encontrarlo.
A pesar de que la pista de San Diego se fue desvaneciendo con el paso de los años, las autoridades nunca dejaron de buscarlo. La tecnología avanzada, el intercambio de inteligencia y la colaboración con organismos internacionales, como Interpol, fueron claves para seguir el rastro de San Diego. A lo largo de los años, el caso se mantuvo abierto, y el FBI seguía comprometido con su resolución, reiterando cada cierto tiempo la recompensa para quienes pudieran ofrecer pistas sobre su paradero.
La operación de captura en Gales
Finalmente, la captura de San Diego tuvo lugar en el norte de Gales, específicamente en una pequeña localidad del Reino Unido, el 25 de noviembre de 2024. Las autoridades locales, apoyadas por varias unidades especializadas, incluidas las de Policía Antiterrorista y el Equipo de Policía de la Alianza Armada de Gales del Norte y Cheshire, llevaron a cabo una operación cuidadosamente planeada para arrestarlo.
El operativo fue el resultado de una exhaustiva investigación que permitió a las autoridades británicas rastrear el paradero de San Diego hasta su residencia en Gales, donde había estado viviendo bajo una nueva identidad. En la operación, participaron varias agencias, entre ellas Interpol y otros organismos de seguridad europeos, lo que reflejó la magnitud de la búsqueda y la cooperación internacional en casos de terrorismo. El FBI, al estar al tanto de que el fugitivo podía estar fuera de los Estados Unidos desde hace muchos años, se coordinó estrechamente con las autoridades británicas para ejecutar la operación.
La captura fue realizada sin incidentes mayores. San Diego fue arrestado en su hogar y se le notificó de inmediato que enfrentaba cargos relacionados con los atentados ocurridos en San Francisco en 2003. La extradición del fugitivo a Estados Unidos es ahora el siguiente paso en el proceso judicial, donde San Diego deberá enfrentar cargos de terrorismo, fabricación de explosivos y otros delitos relacionados con los atentados.
La reacción del FBI: Las declaraciones de Christopher Wray
La detención de Daniel Andreas San Diego fue celebrada por el director del FBI, Christopher Wray, quien destacó la relevancia de la operación y la determinación de las fuerzas de seguridad para hacer justicia, independientemente de cuánto tiempo pudiera transcurrir. En su comunicado, Wray subrayó que la captura de San Diego, un fugitivo que había estado prófugo durante más de 20 años, demostraba la constancia y la eficacia de las operaciones del FBI para resolver casos complejos.
“La captura de Daniel San Diego después de más de 20 años como fugitivo demuestra que no importa cuánto tiempo pase, el FBI siempre te encontrará y te hará responsable”, afirmó Wray en el mismo comunicado, quien destacó la importancia de no dejar que los casos se enfríen con el tiempo. Para el director del FBI, el arresto era una prueba de que la agencia no descansaría hasta llevar ante la justicia a quienes cometieran crímenes tan graves, como el terrorismo doméstico.
Wray también hizo énfasis en que el caso de San Diego no solo se trataba de una persona prófuga, sino de un atentado terrorista que había afectado a la sociedad en su conjunto. “Hay una manera correcta y una manera incorrecta de expresar tus opiniones en nuestro país”, dijo Wray en el comunicado del FBI, destacando que recurrir a la violencia y la destrucción de la propiedad no solo es injustificable, sino también ilegal. Esta declaración refuerza el compromiso del FBI de erradicar el terrorismo en todas sus formas, especialmente el terrorismo doméstico, que sigue siendo una amenaza creciente en los Estados Unidos.
Este caso también resalta el esfuerzo continuo del FBI por mantener sus listas de los más buscados actualizadas y relevantes, además de subrayar la importancia de los recursos internacionales en la lucha contra el terrorismo. A través de una red de contactos globales y la tecnología más avanzada, el FBI pudo finalmente cerrar el cerco en torno a un fugitivo que, por años, parecía haber desaparecido de la escena.
El futuro del caso y la extradición
Una vez capturado, San Diego se enfrenta ahora a la extradición a los Estados Unidos, donde será juzgado por los atentados de 2003. Las autoridades estadounidenses, al igual que las británicas, se encuentran en el proceso de coordinar los detalles de su entrega, lo que podría tardar algún tiempo debido a los procedimientos legales y diplomáticos implicados.
El arresto de San Diego pone un fin a un caso que había dejado abiertas muchas preguntas sobre la naturaleza del terrorismo doméstico en los Estados Unidos. Aunque el caso se resuelva judicialmente, sigue siendo una advertencia sobre el alcance de las ideologías extremistas y la persistencia de individuos dispuestos a recurrir a la violencia para hacer valer sus creencias. Para el FBI, esta captura es un hito en su lucha contra el terrorismo, un recordatorio de que la justicia, aunque tarde, siempre puede alcanzarnos.