Una pila de objetos donados al Ejército de Salvación de Hannibal, Missouri, ocultaba una colección de cartas de amor escritas durante la Segunda Guerra Mundial. Tina Eifert, gerente de la tienda, no imaginaba la sorpresa que la esperaba cuando, al revisar una caja a finales de 2023, encontró las cartas que el soldado Chester McMeen había enviado a su esposa, Alma Bernice Modglin, desde Filipinas.
“Fue un hallazgo asombroso. Hay mucha historia, así que quería saber a quién pertenecían”, relató Eifert en una entrevista con el canal de televisión local, WGEM-TV. Sin dejar rastro alguno de su procedencia, la caja de cartas llegó de forma anónima al almacén de donaciones, convirtiéndose en un fragmento de la historia personal de una pareja separada por la guerra.
Un amor a través de cartas
Chester McMeen era un soldado que, desde su puesto en Filipinas, enviaba regularmente cartas a su esposa Alma Bernice. En cada línea, su cariño y anhelo quedaban reflejados en frases dedicadas a imaginar el momento de su reencuentro y los planes de vida en común. Desde la primera carta fechada el 11 de septiembre de 1944 hasta la última, escrita el 27 de noviembre de 1945, las misivas relatan tanto su historia personal como las vicisitudes de un soldado lejos de casa.
Según explicó Megan Duncan, periodista local que analizó las cartas junto con Eifert, Chester soñaba en sus escritos con abrir un negocio familiar cuando regresara: “Cuando volvamos a estar juntos, abriremos un negocio, haremos estas cosas”. Ese sueño se cumplió, ya que, tras la guerra, Chester y Alma establecieron un negocio de carpintería en Carbondale, Illinois, y juntos criaron a tres hijos.
Fragmentos de amor
Además de ser un testimonio de su relación, las cartas revelan aspectos de la vida cotidiana y el contexto histórico que rodeaba a Chester y Alma. En una de ellas, el hombre describía con humor un día de trabajo sirviendo Coca-Cola sin gas en un club, y en otras mencionaba detalles de la vida en tiempos de guerra, desde las raciones hasta la noticia de la muerte del presidente Roosevelt.
Duncan explicó la importancia de estas cartas como documentos históricos: “Chester estaba hablando de raciones… de automóviles”, mencionó. Las cartas reflejan su cariño, las dificultades de la época y la fortaleza de una pareja que, pese a la distancia, lograba mantener su vínculo intacto.
Una misión para devolver el legado familiar
Con la colección de cartas en sus manos, la periodista Megan Duncan asumió el reto de rastrear a los familiares de Chester y Alma, quienes habían fallecido años atrás. Duncan contactó a excompañeros de clase de uno de los hijos de la pareja, buscando posibles direcciones para enviar una carta que diera noticia del hallazgo.
Finalmente, tras meses de investigación, logró ubicar una dirección y envió una misiva a uno de los hijos de Chester y Alma, en un intento por preservar este pedazo de historia familiar. “Mandé la carta y ahora estoy esperando una respuesta”, explicó.
El descubrimiento de las cartas, además de un testimonio de amor, posee un valor histórico invaluable. Como explicó Duncan, las cartas de Chester a Alma contienen “una historia de amor conmovedora, con peculiaridades de personalidad y todo”, reflejando el lado íntimo y humano en medio del contexto brutal de una guerra.
En ellas, Chester y Alma compartían planes y sueños, pero también una cotidianeidad cargada de preocupaciones y afectos. Este hallazgo, de una caja oculta durante décadas y desenterrada en una tienda de segunda mano, ofrece una ventana a las emociones y experiencias de una generación marcada por la guerra y la distancia.
Esta colección de cartas conecta a una nueva generación con un fragmento personal de la historia de la Segunda Guerra Mundial.
Aunque la devolución de estas cartas a los descendientes de Chester y Alma sigue pendiente, su redescubrimiento ya ha cumplido su propósito más profundo: preservar el eco de un amor verdadero y eterno, un vínculo que sobrevivió a la guerra y ahora atraviesa el tiempo en las manos de quienes desean proteger su legado.