En un ranking que refleja la impresionante concentración de riqueza en áreas urbanas, Nueva York se mantiene como la capital mundial de los multimillonarios. Con 110 residentes cuyo patrimonio colectivo alcanza los 694.000 millones de dólares, la Gran Manzana lidera una lista dominada por unas pocas ciudades de élite.
Este título no es nuevo para Nueva York, que ha ocupado el primer puesto en 10 de los últimos 11 años, a excepción de 2021, cuando Pekín asumió brevemente el liderazgo, según el ranking de la revista Forbes. La cifra récord incluye a magnates de diversas industrias como finanzas, bienes raíces, moda y medios de comunicación.
Casi una cuarta parte de los 2.781 multimillonarios del mundo vive en 10 ciudades clave distribuidas en seis países, con una riqueza acumulada de 3 billones de dólares. En segundo lugar, se encuentran Moscú y Hong Kong, empatadas con 74 multimillonarios cada una. Moscú experimentó un ascenso notable, ganando 12 nuevos multimillonarios desde el año pasado y desplazando a otras ciudades en el ranking. Hong Kong, por su parte, añadió cuatro nuevos residentes multimillonarios, consolidando su estatus como uno de los principales centros financieros y de riqueza global.
Mumbai, con 69 multimillonarios, ocupa el cuarto lugar tras sumar 13 nuevos nombres a su lista, mientras que ciudades como Pekín y Shanghái han mostrado un descenso significativo, reflejo de las dificultades económicas de China. Londres, que durante años ocupó lugares más altos en el ranking, ahora se encuentra en el sexto lugar, afectada por pérdidas de residentes destacados y un estancamiento en la entrada de nuevos multimillonarios.
En Nueva York, los dos multimillonarios más ricos representan una cuarta parte de la fortuna colectiva de la ciudad. Encabezando la lista está Michael Bloomberg, con un patrimonio neto de 106.000 millones de dólares, seguido por Julia Koch, heredera de Koch Industries, cuya fortuna asciende a 64.300 millones de dólares. Entre los ocho nuevos multimillonarios de la ciudad figuran nombres como Jean Madar, cofundador de Interparfums, y Assaf Rappaport, cofundador de la startup de seguridad en la nube Wiz.
Moscú, por su parte, ha visto el surgimiento de multimillonarios como Vladimir Melnikov, propietario de Gloria Jeans, quien se benefició de la salida de competidores internacionales como H&M y Zara tras la invasión de Ucrania. En Hong Kong, los nuevos nombres incluyen a Jean-Louis van der Velde, líder en criptomonedas, y Solina Chau, inversora temprana en gigantes tecnológicos como Facebook y Zoom.
Cambios significativos en el ranking
Uno de los descensos más notables fue el de Shenzhen, que perdió 17 multimillonarios en el último año y cayó al puesto 12. Shanghái, que registró una pérdida neta de 11 multimillonarios, y Pekín, con una riqueza combinada que disminuyó un 14%, también reflejan las tensiones económicas y geopolíticas que han afectado a las ciudades chinas.
En contraste, ciudades como San Francisco y Los Ángeles han ganado terreno. Los Ángeles, en particular, mostró el mayor aumento en el número de multimillonarios, con 19 nuevos residentes de alto patrimonio, beneficiándose de la inclusión de áreas circundantes como Santa Mónica y Glendora.
Factores económicos y sociales que impulsan la concentración de riqueza
La preeminencia de ciudades como Nueva York, Hong Kong y Moscú se debe, en parte, a su capacidad para ofrecer oportunidades de negocio únicas y un entorno favorable para los ultrarricos. Según Forbes, la recuperación económica pospandemia y, en el caso de Moscú, las dinámicas geopolíticas, como la guerra en Ucrania, han catalizado la acumulación de riqueza. Por ejemplo, varios multimillonarios rusos vieron crecer sus fortunas al aprovechar la salida de competidores internacionales en sectores clave como la moda y la tecnología.
En Nueva York, la combinación de infraestructura financiera avanzada, una red cultural vibrante y la presencia de algunos de los códigos postales más exclusivos del mundo, como el 10001, continúa atrayendo a nuevos integrantes al club de los diez dígitos. Adicionalmente, la ciudad sigue siendo un imán para inmigrantes adinerados que ven en su entorno una plataforma para expandir negocios y asegurar su legado.
Récords asociados con Nueva York
La Gran Manzana no solo lidera en multimillonarios, sino también en extravagancia. Desde alojar el mayor depósito de oro monetario del mundo en la Reserva Federal, hasta poseer algunos de los rascacielos más emblemáticos y caros, como la Central Park Tower, Nueva York destaca como un epicentro de opulencia. Además, la ciudad tiene el récord de los alquileres comerciales más altos del planeta, particularmente en la icónica Quinta Avenida.
Su legado cultural y financiero se refleja en hitos históricos como el mercado de arte, donde la ciudad lidera con el 90% de las ventas de arte en Estados Unidos. Ejemplos como la subasta récord del cuadro Salvator Mundi de Leonardo da Vinci, que alcanzó los 450 millones de dólares en 2017, reafirman su posición como capital del lujo y la exclusividad.
Sin embargo, esta concentración de multimillonarios también amplifica los retos sociales. El alto costo de vida en Nueva York ha llevado a que muchas familias y trabajadores opten por vivir en estados vecinos como Nueva Jersey. Según el censo de 2024, el alquiler promedio de un apartamento en Manhattan alcanza casi 5.000 dólares mensuales, y los costos de cuidado infantil superan ampliamente la media nacional. Esta polarización económica refuerza las desigualdades y plantea interrogantes sobre el impacto de la ultra riqueza en el tejido social.
Desde sus luces neón hasta los rascacielos que rasgan las nubes, Nueva York encarna el poder magnético de la riqueza y la ambición. Es un lugar donde las historias de éxito se entrelazan con los desafíos de la desigualdad, y donde los sueños de opulencia conviven con realidades más ásperas. En este mosaico urbano, la ciudad se reafirma como un crisol de culturas y un faro para los ultrarricos, consolidando su posición como la capital mundial de los multimillonarios. En Nueva York, como en ningún otro lugar, las líneas entre el lujo, la influencia y la imaginación se difuminan en una danza interminable que nunca deja de fascinar.